PHOTO/Casa Real - El comandante y la dotación del S-81, cuyas pruebas de mar en superficie y en inmersión van a ser observadas por las Marinas de guerra de muchas naciones
El S-81 “Isaac Peral”, el primer submarino español equipado con tecnología de nueva generación tiene comprometida su primera batalla naval mucho antes de ver la luz del Sol, de ser puesto a flote y de haber sido bañado por las aguas del Mediterráneo.
Cuando la princesa de Asturias, la infanta Leonor, en su calidad de madrina del nuevo buque, cortó la cinta que a mediodía del 22 de abril estrelló la tradicional botella contra el casco del “Isaac Peral”, no solo inauguraba una nueva era para la flota de guerra de la Armada española.
También refrendaba un proceso de proyección internacional protagonizado por el S-81 tras haber “despertado el interés” de marinas de otros países y “abrir la puerta” al mercado global en un sector “altamente tecnológico”, en palabras de Ricardo Domínguez, el presidente de Navantia, el astillero público responsable de dar vida al proyecto S-80.
Las pruebas de mar del primero de la serie ‒el S-81‒ en superficie y en inmersión que se prolongarán a lo largo de 2021 y 2022 van a ser observadas y analizadas con la máxima atención por las Marinas de guerra de otras naciones. En especial, por los altos mandos de la Armada de una de las dos grandes potencias militares de Asía: India.
Es así porque es en el subcontinente indio se está produciendo el primer enfrentamiento comercial, tecnológico e incluso diplomático en el que Navantia ha implicado al programa S-80 antes de nacer. No va a ser nada fácil alzarse con la victoria, porque se desarrolla en los despachos y con unos competidores del máximo nivel. El asunto en el que están envueltos Navantia y su recién llegado submarino es que participan en el importante concurso internacional que el Gobierno de Nueva Delhi tiene en marcha.
Denominado Proyecto 75 India o P75(I), la Armada de India está en pleno proceso de renovar la flota de guerra con la construcción de seis avanzados submarinos no nucleares, pero dotados con la sigilosa tecnología de la propulsión independiente de la atmosfera o AIP. La propulsión AIP está basada en un sistema de pila de combustible, donde el hidrógeno y el oxígeno se combinan para producir energía y agua. Nueva Delhi quiere una nueva clase de sumergibles que puedan permanecer unas tres semanas en inmersión para disuadir de acciones agresivas a las flotas de China y Pakistán, países que pugnan por el dominio de la región del Indo-Pacífico y del océano Índico.
La opción española es una de las que se tiene en cuenta. Pero hay cuatro competidores más, el concurso es muy complejo, tiene muchas aristas y en la decisión final influyen variados factores. Para empezar, el presupuesto de compra es algo mayor a los 7.500 millones de dólares y la construcción de submarinos tiene que efectuarse en el propio país bajo el marco de la política “Make in India” propugnada por el Gobierno. Pero el diseño y la tecnología de los nuevos barcos debe ser aportada por la industria extranjera, teniendo en cuenta que el componente nacional de fabricación no debe ser inferior al 65%.
El proyecto ha sufrido altibajos en su grado de prioridad e incluso paralizaciones, hasta que el recién reelegido primer ministro Narendra Modi se decidió en enero de 2020 a llevarlo a cabo y el Consejo de Adquisiciones del Ministerio de Defensa tomó cartas en el asunto. Su primera medida fue designar al astillero estatal Mazagon Docks Ltd. y al privado Larsen & Turbo como socios estratégicos nacionales, responsables de llevar el proyecto a buen puerto. A continuación se preseleccionó a los cinco astilleros extranjeros con submarinos dotados con distintos modelos de AIP.
Navantia compite con su propuesta de submarino denominada S-80 Plus; la compañía alemana ThyssenKrupp Marine Systems con su sumergible tipo 214; la francesa Naval Group con el Scorpene 2000 o SMX Ocean. También juega la partida la Oficina de Diseño rusa Rubin con su Amur 1650 y la coreana Daewoo Shipbuilding and Marine Engineering y su KSS-III. Las cinco empresas han tenido que establecer alianzas con los astilleros indios y con su cadena de suministros, teniendo en cuenta que cada uno de los cinco submarinos utiliza distinta tecnología AIP.
Por ejemplo, el alemán tipo 214 lo hace posible mediante hidruros metálicos que alimentan la pila de combustible, la opción francesa lo intenta conseguir reformando el gasoil, mientras que la de Navantia es a través del bioetanol. El resultado del concurso todavía queda lejos. La evaluación de las propuestas técnicas y financieras y la lista de finalistas se darán a conocer como muy pronto a mediados de 2022. La Armada de India ya tiene en servicio 18 submarinos de diseño ruso, francés y alemán. Navantia tendrá que demostrar las cualidades de su S-81 y las autoridades españolas empeñarse a fondo.
Mientras lo descrito tiene lugar en el subcontinente indio, el S-81 y sus tres hermanos gemelos inauguran el proceso de renovación tecnológica de la flota de guerra española de alta mar. Para el jefe del Estado Mayor de la Armada, el almirante general Antonio Martorell, la nueva generación de submarinos “aumenta la capacidad de proyección” que aportan los buques anfibios, la Infantería de Marina y la aviación embarcada que, junto con los buques de escolta y la Fuerza de Acción Marítima constituyen los “instrumentos que hacen relevante a la Marina española en el contexto internacional”.
La dotación militar del S-81 “Isaac Peral” tomará en sus manos las operaciones en febrero o marzo de 2023, mientras Navantia ultima la construcción del S-82 “Narciso Monturiol”, que será puesto a flote en diciembre de 2024. Le seguirán el S-83 “Cosme García” en octubre de 2026 y el S-84 “Mateo García de los Reyes” en febrero de 2028, los dos últimos ya equipados en origen con AIP.
El S-80 es un programa tractor para la industria de la comarca de Cartagena. Totaliza 19,9 millones de horas de trabajo productivo y otras 6,6 millones de ingeniería, lo que supone la “creación más de 6.000 puestos de trabajo directos, indirectos e inducidos”, según detalla Navantia. De todos los empleos, “unos 2.000” se generan en la Comunidad Autónoma de Murcia”, lo que supone el 10% del empleo industrial de la citada región y una aportación al PIB autonómico superior a los 200 millones de euros.
El programa también ha generado importante cargas de trabajo en otros centros de la compañía, en especial en Navantia Sistemas, en la bahía de Cádiz y Cartagena, donde se han desarrollado los simuladores, los sistemas integrados de combate, de control de plataforma, de comunicaciones y la dirección de lanzamiento de misiles y torpedos. En las instalaciones de Ferrol se han fabricado los tubos lanzatorpedos.
En el plano científico-técnico, en el programa S-80 han volcado sus conocimientos los profesores y técnicos de las Universidades de Sevilla y la Politécnica de Cartagena, las Fundaciones para la Investigación, Desarrollo y Aplicación de Materiales Compuestos y para la Investigación y Desarrollo en Transporte y Energía, así como el Centro Tecnológico Naval y del Mar de la Región de Murcia y la Asociación de Investigación Metalúrgica del Noroeste.
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