La Vila o Casa Winter |
La Casa Winter o Villa Winter está situada en la localidad de Cofete, en la isla canaria de Fuerteventura (España), frente a la cordillera que atraviesa la península de Jandía. La villa actual está diseñada encima de otra villa que fue construida en 1893 en la Selva Negra por el ingeniero Gustav Winter. Ésta se construyó en 1946 y presenta dos plantas y una torre en la parte noroeste y un balcón en el frente.
La villa fue renovada en 1985 y probablemente esperaban hacer de ella un restaurante o un hotel, algo que aún resulta dudoso. En la zona ha levantado mucha polémica y es objeto de numerosos cuentos y leyendas: está construida en terrenos que tienen exactamente la misma forma y en proporción el mismo tamaño que la isla. Además, su posición en estos terrenos casa perfectamente con la posición real de Fuerteventura.
Se ha dicho que sirvió como base de aprovisionamiento para la flota de submarinos nazis durante la Segunda Guerra Mundial, aunque puede decirse que ello resulta materialmente imposible, por la escasa profundidad de las aguas en la zona. Esta leyenda se mezcla con otras tan inverosímiles, como que pudo ser disfrutada para fiestas por oficiales nazis durante la guerra (realmente, la casa nunca llegó a acabarse) o que (lo cual sería incluso más razonable) podría haber servido como morada de algún alto cargo alemán huido tras la contienda, al amparo del cobijo que le dispensarían los militares españoles, aún bastante cercanos a los regímenes totalitarios de la época. Aun así, no dejan de ser leyendas que han profundizado el encanto fantástico del lugar, rodeado de una larga, bella y casi virgen playa.
Los rumores sobre el supuesto uso de Fuerteventura como base para el abastecimiento de submarinos de la Alemania nazi y el descanso de sus tripulantes son falsos y así lo demuestra la documentación existente al respecto, según sostiene el profesor universitario de Historia Juan José Díaz.
Este docente, doctor por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, ha llegado a esa conclusión, con la que trata de rebatir una leyenda que persiste desde hace más de medio siglo y que insiste en dar por veraz no poca gente, tras estudiar la documentación de un servicio clandestino de la Armada alemana que se dedicó a abastecer a submarinos alemanes en Canarias durante la Segunda Guerra Mundial.
En esa documentación, en la que "están registradas prácticamente todas las gestiones que hizo ese servicio clandestino" y que se halla repartida actualmente entre archivos de Alemania y Estados Unidos, "no queda constancia, por ningún sitio, de que se hiciera alguna actividad de este tipo en Fuerteventura", ha asegurado a Efe Díaz.
Así se pronunció antes de exponer sus conclusiones sobre el asunto en las XV Jornadas de Estudios sobre Fuerteventura y Lanzarote que se celebran en Puerto del Rosario, en la conferencia "El supuesto abastecimiento de submarinos alemanes en Fuerteventura durante la II Guerra Mundial".
Su intervención se basa en investigaciones que permiten desligar de dichas actividades al ingeniero alemán Gustav Winter, cuya decisión de levantar una gran mansión de arquitectura singular y coronada por una especie de torre en la entonces remota y aún hoy casi desértica playa de Cofete de Fuerteventura fue determinante para que se originara el rumor, sostiene Díaz.
Mapa del Lugar |
El historiador, que dice que "tiene claro que Winter no estaba relacionado con el servicio clandestino", achaca el surgimiento del rumor, al que se han dedicado escritos y hasta distintos programas televisivos, al "escepticismo" que generó el proyecto del ingeniero de promover la industrialización de la zona de Jandía. Ese proyecto, planteado entre 1937 y 1938, fue cuestionado por mucha gente por considerarlo "disparatado" para un área entonces casi desértica y despertó la desconfianza de la colonia británica asentada tiempo atrás en Canarias.
Entre ese colectivo, el plan del ingeniero, responsable de la creación de varias centrales eléctricas en España, "generó bastantes recelos, sobre todo en una época en la que las autoridades franquistas estaban propiciando el avance de los intereses económicos alemanes, al mismo tiempo que se mostraban más hostiles hacia los intereses británicos", según Díaz.
"De hecho, la documentación consular británica de entonces recoge precisamente varios rumores relativos a esta actividad, como, por ejemplo, el de que Alemania pensaba comprar las islas de Fuerteventura y Lanzarote, algo que era, realmente, una exageración", ha señalado.
Por todo lo expuesto, ha concluido que la actividad de aquel servicio clandestino alemán, cuya existencia y actividades sí están documentadas en las islas de Gran Canaria y Tenerife entre 1938 y 1944, aunque ya de forma residual a partir de 1942, "es coetánea al proyecto de Winter, pero Winter no tenía nada que ver" con ella.
Gustav Winter en 1971 |
Diversos estudiosos han comentado el caso desde el punto de vista histórico. Para algunos parece claro que el ingeniero alemán actuó como intermediario entre el gobierno alemán y los inversores de su país. Winter habría atraído capital público y privado alemán para electrificación y construcción de un muelle, una fábrica de cemento, unas salinas y una factoría de conservas y harinas de pescado con una flota de once pesqueros que efectivamente compró; capital que, según el Foreign Office, pudo llegar a los 30 millones de pesetas y que la guerra civil y la segunda guerra mundial impidieron se pusiera en marcha; de modo que Winter hubo de dedicarse finalmente a la agricultura y la ganadería. El destino de estas inversiones estatales o paraestatales no parece claro sin una motivación estratégica, militar o no, aunque para su viuda la motivación fue puramente económica, dada la gran proximidad de los caladeros saharianos. Lo cierto es que ya en 1937 Winter había mostrado los planos de su proyecto industrial en Jandía al periodista Vicente Martínez en Las Palmas, y en 1938 visitó Fuerteventura con una pequeña expedición de expertos alemanes a bordo del barco Richard Ohlrogge para investigar la zona, hacer fotografías y trazar mapas de las costas.
La guerra mundial alejó a Gustav Winter de su finca en Fuerteventura durante unos años. Aunque no fue alistado por sobrepasar la edad reglamentaria, fue reclutado como ingeniero para la Marina de Guerra alemana. Según declaraciones de su viuda, por otro lado sin contrastar, entre 1940 y 1944 dirigió un astillero de submarinos de la armada en Burdeos; pero, cuando los alemanes se retiraron de Francia, abandonaron allí a Winter, que tuvo que refugiarse por segunda vez en España, huyendo en agosto de 1944 a San Sebastián y luego a Barcelona. En Madrid y en junio de 1945 la conocería a ella, su segunda mujer, Elisabeth Althaus. Para Winter, que tras la derrota de Hitler perdió sus propiedades en su país (una mina de carbón, una empresa de transportes fluviales en el Rhin y el Danubio y otras industrias), así como la oportunidad de levantar un emporio industrial en Jandía, la segunda guerra mundial fue un desastre que, no obstante, no iba a acabar con su espíritu creativo y laborioso. Posteriormente, su nombre apareció en una Lista de repatriación de espías alemanes residentes en España “con la protección de Franco” elaborada por los aliados al final de la segunda guerra mundial (1945), con el fin nunca satisfecho de reclamarlos y juzgarlos; en ella, de manera coincidente con la leyenda, Winter es descrito como “agente alemán en Canarias encargado de los puestos de observación, equipados con telefonía sin hilos, y del abastecimiento de los submarinos alemanes”. Sólo en 1947 permitieron los aliados que la familia Winter regresara a Canarias. En cualquier caso, la leyenda ha servido para argumentar varias novelas de intriga. También existen varios sitios y páginas web dedicados a la leyenda de la Villa Winter.
Zona del Pueblo de Cofete en Fuerteventura |
Nacho Padró