Según esta fuente, a finales de agosto ambas partes firmaron un acuerdo marco que preveía la construcción conjunta de cuatro submarinos. Dos de ellos se construirán en Rusia y los otros dos en China.
“La exportación de tecnología no es la única analogía con el concurso indio sobre la compra de seis submarinos no nucleares. Se espera que los componentes de la producción china en la última fase no superen el 30%. La firma de un contrato sólido no se espera hasta 2015”, declaraba una fuente al periódico Kommersant, después de negarse a revelar el importe de esta transacción.
Otra fuente cercana a la situación añadía que “el contrato sobre los submarinos es extremadamente importante para Rusia y figura en primer lugar en la lista presidencial de los proyectos con China”.
Según esta, antes de finales de este año se podría firmar un contrato adicional para comenzar la primera etapa de la producción, aunque hasta la fecha no se ha definido ningún fabricante ruso para el proyecto.
Rosoboronexport no ha hecho ningún comentario sobre el posible acuerdo chino sobre los submarinos. Sin embargo, a mediados de noviembre el vicedirector del Servicio Federal de Cooperación Tecnológica Militar (FSVTS), Konstantín Biriulin, declaraba a Interfax-AVI que China era “nuestro socio estratégico”, añadiendo que “en los años 2011-2012 ambas partes han intercambiado visitas de delegaciones y se han conocido en materia de producción y de instalaciones existentes de construcción naval, así como de empresas de reparación naval en Rusia y China”.
Según los datos, conforme al acuerdo
preliminar entre los dos países, los primeros dos submarinos serán
construidos en Rusia para China y los dos restantes sumergibles se
ensamblarán en los astilleros chinos con la participación de los
fabricantes rusos y con uso de hasta un 30 % de piezas de fabricación
china.
Este será el tercer contrato de venta de
submarinos rusos a China firmado después de la desintegración de la URSS
en 1991. En los noventa, China compró cuatro sumergibles diesel de los
proyectos 877 y 636, mientras que en los 2000, adquirió ocho submarinos
más del proyecto 636. Todos estos submarionos siguen estándo en los
arsenales de la Marina de Guerra china. Usándolos como modelo, China
desarrolló los submarinos del proyecto 041 (Yuan) y los sumergibles
modernizados del proyecto 039B3 (Yuan II).
Los
expertos estadounidenses destacan que China ha alcanzado un notable
progreso en el ámbito de construcción de submarinos diesel en
particular, en lo que se refiere a la reducción de ruido. Según los
datos de Kommersant, los submarinos que se construirán en Rusia
para la Armada china serán dotados con varias tecnologías avanzadas
desarrolladas en China, por ejemplo, con plantas propulsoras no
dependientes del aire desarrolladas a base del llamado “motor
Stirling".
La creciente tensión que se observa en
las fronteras marítimas de China obliga a las autoridades del Imperio
Celeste a acelerar los ritmos de la incorporación de nuevos buques a su
Armada, suscribiendo para estos fines contratos de suministro con otros
países. Los submarinos del proyecto 1650 es la versión de los submarinos
rusos del proyecto 677 Lada destinada a la exportación. Los sumergibles
Lada que se construyen para la Armada rusa son buques de guerra de
nueva generación.
Los sumergibles de esta clase
fueron dotados con un gran número de equipo absolutamente nuevo, en
comparación con los sumergibles diesel más antiguos de la serie 877 y
636. Esto causó problemas durante las pruebas del primer submarino del
proyecto 677, "San Petersburgo", que fue construido en 2010. El
submarino está dotado con una planta de propulsión principal
modernizada, nuevas baterías para alimentar los motores, sistemas
avanzados de control y reconocimiento.
La
participación en la construcción de dos submarinos de este proyecto
ofrecerá a los fabricantes chinos un acceso adicional a las últimas
tecnologías rusas de construcción naval. Si la primera experiencia es
positiva, no se puede descartar la posibilidad de que continúe la
fabricación conjunta de los submarinos de este proyecto con el
incremento de la cuota de la participación china.
Se
prevé que el contrato definitivo entre Rusia y China se cierre en 2014 o
2015. Según las estimaciones de expertos, el importe del contrato
ascenderá a unos dos mil millones de dólares. Esto quiere decir que este
contrato puede acelerar el proceso de restablecimiento de la
cooperación militar ruso-china que se frenó a mediados de los 2000.
La
flota de submarinos no atómicos de China se basa en los submarinos de
producción rusa de los proyectos 877 y 636, según el vicedirector del Centro de
Análisis de Estrategias y Tecnologías, Konstantín Makienko.“En
la época postsoviética China ha adquirido 12 submarinos de este tipo. Además,
tienen submarinos de producción propia parecidos a nuestros 636-m. Aunque por
lo visto son bastante ruidosos y no acaban de satisfacer a los militares
chinos, hecho que podría ser la razón del contrato sobre los 'Amur”, señala el
experto.Makienko señala que Rusia podría obtener con este contrato de transferencia de tecnologías hasta 2.000 millones de dólares. Por otra parte, las fuerzas marítimas de la India son bastante modestas y apenas cuentan con diez submarinos rusos del proyecto 636M Kilo, cuatro submarinos alemanes de HDW y un submarino atómico Akula-2 (proyecto 971), alquilado a Rusia por 1.000 millones de dólare
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