El Puerto Deportivo de Radazul, a unos 13 kilómetros al sur de Santa Cruz de Tenerife, se ha convertido en el centro de operaciones del submarino Pisces VI. La ubicación elegida no es casualidad, la riqueza natural que se encuentra en la superficie es solo una parte de todo lo que se puede ver bajo sus aguas. La isla volcánica canaria es una auténtica joya medioambiental, todo un campo de estudio para la comunidad científica donde el submarino de exploración es clave para analizar las profundidades marinas.
El Pisces VI lleva en la isla desde febrero de este 2021, unos meses en los que la actividad acuática de los 13 integrantes de la compañía no se ha detenido y cuyo trabajo será clave en el estudio de la erupción volcánica de la vecina isla de La Palma. Al frente del submarino se encuentra Scott Waters, que nació hace 34 años en la ciudad de Salinas (Kansas, Estados Unidos). Aunque ahora trabaja en su submarino por la costa tinerfeña, donde ha recalado tras un largo periplo nada sencillo.
Watters participó en el Space & Underwater Tourism Universal Summit (SUTUS o Cumbre Universal del Turismo Espacial y Submarino) que se celebró en la sede de Les Roches en Marbella (Málaga). Allí explicó cómo es su submarino y qué tecnologías equipa para explorar las profundidades canarias. Ahora, atiende a EL ESPAÑOL - Omicrono entre inmersión e inmersión.
Sueño hecho realidad
"Comencé a diseñar submarinos a los 5 años y, mientras crecía, mucha gente se burlaba de mi y decía que mis ideas eran locas". Así comenzó la obsesión de Scott Waters por los submarinos. "Pero nunca dejé de soñar". Fue pasando el tiempo y, lejos de quedarse como un sueño de niñez, la idea de tener un submarino se reforzó al punto que dejó la universidad solo 2 años después de comenzarla para enrolarse en su propia aventura.
Corría el 2007 cuando arrancó su primer negocio, el cual le permitió ir construyendo su propio submarino: "Me tomó 5 años porque tuve que aprender todas las habilidades necesarias". Tenía espacio para solo 2 personas y se podía sumergir a 100 metros, pero Waters no se iba a conformar con tan poco.
"Después de 4 años de negociaciones con Rusia [para adquirir un submarino] sin suerte, por fin encontré el Pisces VI y desarrollé un plan para hacerlo bucear nuevamente". El submarino llevaba desde finales de los años 80 inoperativo y cuando el estadounidense lo adquirió en el calendario ya marcaba el 2015.
"Terminamos tirando casi todas las piezas del submarino excepto la esfera de presión principal y el marco. Y construimos todo lo demás nuevo". En el 2016 decidió vender su primer negocio ante la imposibilidad de dirigir ambos proyectos y reinvertir todo lo ganado en el Pisces VI. Ya en 2019 Waters vendió su casa y todas sus pertenencias para transportar el submarino a Canadá para trabajar en una compañía dedicada al sector.
Tan solo un par de semanas después de llegar a Canadá la compañía cerró "y estábamos en un país extranjero sin asistencia", recalca. Tras ese año tan complicado para Waters con la pandemia rampante, el permiso de residencia canadiense estaba a punto de vencer y decidieron restablecer la empresa como una sociedad limitada española con base de operaciones en Tenerife.
Alta tecnología submarina
Ahora que todo parece que vuelve a funcionar, Waters cuenta con un submarino como pocos hay de su especie. "En el mundo solo hay 6 submarinos de aguas profundas en funcionamiento y casi todos son propiedad de los gobiernos y están operados por ellos", apunta Waters. Esto desemboca en un problema monetario para algunas instituciones públicas que si bien no pueden adquirir un submarino, sí pueden alquilar uno temporalmente.
Precisamente ese es el foco de Waters y el Pisces VI. "Nuestro objetivo es proporcionar un submarino científico de aguas profundas a países de todo el mundo" gracias en gran parte a que se puede transportar en un contenedor de barco estándar.
En cuanto a las especificaciones, "el submarino tiene capacidad para un piloto y 2 o 3 pasajeros" lo que arroja una tripulación total de 4 personas. Además, es capaz de sumergirse hasta 2.180 metros de profundidad con una duración normal de la misión de 8 horas. "Sin embargo, el submarino cuenta con equipo de emergencia para hasta 5 días adicionales", por si la misión se complica u ocurre cualquier incidente.
Está propulsado por un par de motores de 7 caballos de potencia de geometría variable capaces de impulsar al submarino a unos 3 nudos (5,5 kilómetros por hora) con un peso total de 8.391 kilogramos. La energía se almacena en un sistema redundante de baterías de 42 kW capaces de alimentar tanto a los motores como a todo el material científico de a bordo.
La reforma integral del submarino llevada a cabo en el 2016 lo ha llevado a equipar las mejores tecnologías disponibles actualmente con equipos de sónar de alta resolución, equipos de comunicación avanzados y brazos robóticos para manipular objetos en el exterior.
Próximos trabajos
La erupción del Cumbre Vieja en la isla de La Palma está siendo una oportunidad extraordinaria para que los geólogos españoles -y de todo el mundo- lo estudien en primera persona. Pero no es la única disciplina científica involucrada.
Por su diseño, el Pisces VI puede estudiar la actividad hidrotermal generada y la vida marina resultante tras la erupción. "Tenemos varios tipos de muestreadores, termómetros y analizadores a bordo del submarino", apunta Waters, que se pueden usar en ese tipo de escenario.
Más allá de este evento tan puntual, "las Islas Canarias recogen una concentración de elementos submarinos interesantes. Hay calamares gigantes, volcanes submarinos, características geológicas extremas y casi nada de eso ha sido visto por humanos", afirma. "Cada vez que buceemos será un nuevo descubrimiento".
Actualmente, se encuentran trabajando para obtener la licencia que les permita utilizar el submarino para fines turísticos para finales del año que viene y, en el futuro, "tenemos un contrato firmado con Perú para realizar exploraciones de aguas profundas en la Antártida entre diciembre de 2022 y febrero de 2023".
Scott Waters también señala que su compañía ha estado trabajando con el Instituto Español de Oceanografía y "tenemos previsto proporcionar muestras científicas de forma gratuita". En cuando al futuro cercano, esperan poder comenzar un programa de prácticas con estudiantes universitarios de las ramas científicas, tecnológicas, ingenieriles y matemáticas
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