El pasado 29 de octubre, autoridades francesas con apoyo de la Armada Nacional de Colombia interceptaron un semisumergible cerca de la Isla Clipperton. El vicealmirante Harry Reyna explicó que el submarino, cargado con aproximadamente cinco toneladas de cocaína, fue detectado tras sufrir fallas mecánicas durante su travesía. Esta situación facilitó el operativo, permitiendo a las autoridades francesas confiscar la droga, cuyo valor se estima en unos 16.000 millones de dólares.
La ubicación de esta incautación, a 1.250 millas de Clipperton, un territorio francés cercano a la costa mexicana, subraya la magnitud de las rutas de tráfico que cruzan océanos con destino a diferentes mercados internacionales. Según Reyna, aún se desconoce a qué grupo narcotraficante pertenece la droga, pero se espera obtener información una vez se analicen los datos recopilados en el operativo.
Estrategias del narcotráfico: los “narcosubmarinos”
El uso de submarinos por parte del narcotráfico representa un desafío considerable para las autoridades. Según el vicealmirante Reyna, los semisumergibles ofrecen ventajas a los traficantes gracias a su baja visibilidad en radares y su capacidad de camuflaje, lo que hace que su detección en altamar sea compleja. Este tipo de embarcaciones han proliferado en los últimos años, convirtiéndose en una herramienta clave para el narcotráfico.
La posición geográfica de Clipperton, a más de 1.200 kilómetros de Acapulco, facilita su uso como punto de paso para cargamentos de cocaína provenientes de Sudamérica. La droga en cuestión tenía como destino final Australia, pero la colaboración entre autoridades colombianas y francesas logró frustrar la operación.
Impacto en Colombia y reacciones frente al narcotráfico
Este golpe al narcotráfico fue aplaudido en Colombia, donde figuras públicas como José Félix Lafaurie, presidente de Fedegan, expresaron su preocupación. En una publicación, Lafaurie se refirió a la cocaína como el “combustible de la violencia en Colombia”, enfatizando la influencia del narcotráfico en los problemas de seguridad del país.
Nueva incautación de cocaína en Ecuador: un operativo conjunto
El 28 de octubre, un operativo en Ecuador liderado por autoridades locales y colombianas dio con otro cargamento de cocaína, esta vez hallado en una bodega de arroz. Según el general William René Salamanca, director de la Policía Nacional de Colombia, el cargamento de 834 kilos de cocaína, además de armamento, fue interceptado en la localidad ecuatoriana de Babahoyo, y se cree que tenía como destino final Centroamérica y Estados Unidos.
Este operativo evitó la distribución de más de dos millones de dosis de cocaína en el mercado internacional. Según Salamanca, la Policía colombiana ya había detectado la salida de este cargamento desde el departamento del Cauca, en el suroccidente de Colombia.
Aumento de cultivos ilícitos y los desafíos por venir
A pesar de los esfuerzos internacionales, el narcotráfico continúa siendo una problemática creciente en Colombia. La Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc) informó que en 2023 los cultivos de coca en el país aumentaron un 10%, alcanzando las 253.000 hectáreas. Este incremento no solo complica la lucha contra el narcotráfico, sino que también alimenta la violencia en diversas regiones de Colombia, donde el control de estos cultivos y rutas de transporte genera enfrentamientos entre grupos criminales y afecta a las comunidades locales.
Estas recientes incautaciones resaltan los desafíos que representa el narcotráfico en Colombia y su impacto en la seguridad internacional. Aunque los esfuerzos de cooperación entre países logran éxitos notables, el crecimiento de cultivos ilícitos y las sofisticadas estrategias de transporte utilizadas por los narcotraficantes ponen en evidencia la complejidad de esta lucha.
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