La mar un tanto picada y la insuficiente cantidad de hielo y combustible, hicieron que el tránsito por el lugar fuera más rápido de lo deseado y careciera de las condiciones para intentar reconstruir cómo fue la persecución que terminó cuando esta nave fue impactada por una de las tres cargas de profundidad que le lanzaron los marinos cubanos, luego que el submarino fue avistado por un avión explorador en el área.
Luego de la guerra se supo que el U-176 estaba al mando del Capitán de Corbeta Reiner Dierksen, su tripulación estaba compuesta por 53 marineros, cargaba 22 torpedos, alcanzaba una velocidad de 7.3 nudos bajo el agua y podía descender hasta los 230 metros. El U-176 había hundido 11 naves en nuestra área entre julio de 1942 y mayo de 1943
Como estos submarinos no disponían del combustible suficiente para realizar sus acciones bélicas y regresar a Europa sin reabastecerse, se han buscado documentos capaces de probar la implicación de Fulgencio Batista o del General Manuel Benítez, entonces jefe de la policía Republicana, en el reabastecimiento a cambio de oro y joyas, de estas naves en Cuba
Una enorme página en blanco se generó en la historiografía cubana cuando Batista quemó su papelería horas antes de huir del país la madrugada del primero de enero de 1959. Se asegura que en las llamas desaparecieron sus corruptelas más íntimas y quizás esta fue una de ellas.
A pesar de que la falta de datos es agobiante, algunos han intentado aclarar el suceso.
El profesor universitario Hernán Venegas ha sido quizás el villaclareño que más profundo ha llegado investigando lo sucedido al capitán Dierksen y sus marineros.
Venegas me contó que contactó a la embajada de Alemania en el 2007 y trató de establecer un proyecto desde el mundo académico para localizar la nave y estudiar los archivos militares en busca de evidencias de este olvidado incidente, pero el país europeo considera este tipo de pecios como tumbas y desea mantener alejadas cámaras y filmaciones de los restos de un pasado nada glorioso.
Poco después que la televisión transmitió para todo el país un capítulo de la serie Historias Sumergidas que cuenta lo ocurrido al U-176, recibí decenas de cartas y llamadas aportando nuevas pistas.
Una de ellas fue la posible detección de los restos del submarino en enero del 2002 por parte de un equipo científico que buscaba, al norte de Cuba, restos de galeones tragados por el mar durante los primeros años de la conquista de América.
En la historia volví a pensar el pasado año, cuando realicé un programa de televisión sobre un dron que opera la Universidad Central para realizar investigaciones subacuáticas, pero incapaz de alcanzar la profundidad necesaria para avistarle. El hundimiento del U-176 fue la única verdadera victoria naval de un país de América Latina durante la Segunda Guerra Mundial; para algunos es una página más para pasar y olvidar, para mí es un hecho intrigante que resulta necesario documentar desde la ciencia y la historia.
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