Los submarinos soviéticos y rusos han estado explorando la estratégica región del Ártico durante muchas décadas. Andréi Kots, columnista de la versión rusa de Sputnik, cuenta detalles de las campañas más destacadas de los sumergibles.
El primer submarino diésel
El 12 de febrero, el sumergible pasó por debajo de un hielo de casi un kilómetro en media hora. Los submarinistas soviéticos fueron los primeros en el mundo en realizar este tipo de hazaña.
Campaña heroica
El primer submarino nuclear soviético K-3 Leninski Komsomol se lanzó el 9 de agosto de 1957. En julio de 1962, la embarcación completó la transición más larga bajo el hielo del Océano Ártico al pasar dos veces por el Polo Norte.
© SPUTNIK / MESYATSEV
El submarino nuclear soviético K-3 Leninski Komsomol
La campaña ártica de esta tripulación no puede ser calificada de otra cosa más que de heroica. El espesor del hielo en la ruta fue de 20-25 metros. La tripulación logró milagrosamente encontrar claro en el hielo y subir a la superficie.
En la 'cima' del planeta
El submarino nuclear soviético K-181 del proyecto 627A Kit viajó al Polo Norte hace 55 años del 25 de septiembre al 4 de octubre de 1963. Emergió en la 'cima' del planeta en la mañana del 29 de septiembre. Los submarinistas instalaron un mástil con las banderas de la URSS y la Marina de Guerra justo en el punto geográfico del Polo Norte.
Teniendo en cuenta las difíciles condiciones del hielo en el Ártico, el diseño del rompehielos de propulsión nuclear se modificó drásticamente. En particular, se reforzó el casco y se instalaron dos ecosondas acústicas que permitían medir la distancia al hielo y su espesor, así como equipos de imágenes. Además, el submarino se equipó con el último sistema de navegación Sigma que se probaría por primera vez en condiciones marítimas reales.
Perforar el hielo con el casco
El submarino más grande del mundo de propulsión nuclear Dmitri Donskoi del proyecto 941 Akula fue el primero en la historia en hacer varias subidas a la superficie en el Polo Norte de 1983 a 1985 valiéndose de su propio casco.
Antes, los submarinos estadounidenses y soviéticos emergían solo en claros en el hielo, cuya búsqueda requería cierto tiempo.
Al emerger, el Dmitri Donskoi lanzaba disparos de prueba. La tripulación demostró que el hielo del Ártico es un disfraz ideal para los submarinos, que los hace prácticamente invulnerables a la aviación antisubmarina y a los dispositivos de rastreo espacial de un enemigo potencial.
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