aab, fabricante del avión de guerra Gripen, aspira a conseguir en torno al 25% de las 40 o 50 ventas de submarinos que prevén que se produzcan en los próximos años.
"Quizá podamos obtener contratos de tres a cuatro países, o unos 12 submarinos, en diez o quince años", dijo el máximo ejecutivo Hakan Buskhe en una entrevista, destacando que Polonia y Países Bajos tienen pendiente la renovación de su flota.
Fundada como fabricante de aviones en 1937, Saab, que tiene su sede en Estocolmo, agregó a su muestrario los submarinos y las corbetas después de comprar por 38 millones de dólares la división marina sueca Kockums de ThyssenKrupp hace dos años y medio. La operación se vio impulsada por el deseo de Suecia de mejorar su capacidad militar ante el aumento de las tensiones geopolíticas tras la anexión de Crimea por parte de Rusia.
Saab comenzó en 2015 la construcción del submarino A26, un diseño de Kockums que había quedado en suspenso, y hasta ahora ha recibido órdenes de compra de la Administración Sueca de Material de Defensa para dos unidades valoradas en unos 850 millones de dólares.
Polonia planea comprar tres submarinos para finales de este año, mientras que los Países Bajos podrían reponer su flota en algún momento de los próximos años. Saab se asoció al astillero holandés Damen Shipyards Group en 2015 para diseñar el posible reemplazo de cuatro submarinos de la clase Walrus.
Revés noruego
"Se ha renovado el interés en la capacidad de guerra submarina y anti-submarina en Europa y sus alrededores en momentos en que la esfera marítima se convierte nuevamente en un entorno más disputado", dijo Nick Childs, investigador principal de fuerzas navales y seguridad marítima del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos. La demanda en la zona asiática del Pacífico está creciendo cada vez más rápido según China va cobrando más fuerza como potencia marítima.
Saab sufrió un revés el año pasado cuando Noruega preseleccionó a ThyssenKrupp Marine Systems y DCNS SA de Francia como oferentes preferidos para una posible compra de submarinos, en lugar de realizar una transacción totalmente escandinava. Más tarde dijo que seguiría adelante con el fabricante alemán. Esto ocurrió después de que Saab tampoco pudiera lograr su puesto en la lista de finalistas de un concurso australiano de 39.000 millones de dólares que finalmente ganó DCNS.
Polonia ha firmado acuerdos de cooperación naval con Saab, DCNS y ThyssenKrupp, mientras evalúa sus necesidades. Saab ha dicho que el diseño del A26 lo hace "extremadamente sigiloso y muy difícil de detectar", por lo que es muy adecuado para las operaciones polacas en el Mar Báltico.
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