La renovación de los equipos de radioreceptores de tecnología aérea garantizará la localización exacta de los submarinos enemigos mientras que los nuevos torpedos asegurarán su aniquilación. ¿Cómo será el nuevo torpedo ruso?
El 2 de junio, Shamil Alíev, ingeniero de la fábrica Dagdizel situada en la región sureña de Daguestán, anunció que su empresa está trabajando en la creación de “armamento submarino de alta precisión”.
El ingeniero destacó ciertas características del nuevo torpedo, como la alta resistencia a las interferencias intencionales, la inteligencia artificial y el sistema de control digital. Pero no quiso revelar otros detalles alegando la confidencialidad del programa. Según Alíev, este equipo reunirá en sí las funciones de explorar, observar y detectar así como medios para el ataque directo.
En una entrevista realizada hace dos años, Shamil Alíev habló del futuro de este tipo de armamento y reconoció el retraso de Rusia en este campo respecto a Francia y a Estados Unidos: “Al fin y al cabo, nuestros torpedos, en comparación con los mejores torpedos del mundo, son más pesados y más ruidosos, porque no tienen componentes modernos ni unidades analíticas-súper informativas”.
Para superar este retraso Alíev instó a empezar los trabajos de investigación. A juzgar por el hecho de que ahora se habla de modelos concretos, todo parece indicar que el trabajo se llevó a cabo.
Hay dos líneas básicas: la modernización del torpedo soviético más famoso en el mundo Shkval y la creación de una máquina totalmente nueva, un torpedo miniatura de una longitud no superior a los 30 centímetros. Alíev lo comparó con unas “tenazas” que lentamente, de forma inadvertida y en gran cantidad se dirigen al objetivo, se “pegan” a él y explotan.
La segunda línea de trabajo es totalmente secreta y sobre ella no se sabe nada excepto la idea general.
En cuanto al VA-111 Shkval, parece ser que su puesta a punto implica introducir cambios considerables en la construcción, apariencia e incluso táctica de uso. Se trata de una producción única, creada en la fábrica Dagdizel y que se empezó a utilizar en la segunda mitad de los años 70, capaz de alcanzar una velocidad bajo el agua de hasta 300 km/h gracias a la llamada cavitación (movimiento en una burbuja de aire).
A esta velocidad a distancias cortas no es posible apartarse de su impacto, pero tiene varios defectos. Es muy ruidoso y su alcance es muy corto, sólo 8-10 km. Esto provoca que se descubra el submarino portador de torpedos.
Entre las prioridades que destacó Alíev en su entrevista de 2013, mencionó precisamente este torpedo, señalando que él mismo participa en el diseño de su forma hidrodinámica en la versión modernizada. Este trabajo consiste en determinar la frontera entre el agua y el aire alrededor del torpedo, lo que permite establecer sus límites de peso y tamaño.
También recordó los análogos norteamericanos que “pueden vestirse con una 'falda' sensor especial de varias capas” y cambian de rumbo en función de la orden del operador. Es muy probable que el nuevo submarino militar ruso de alta precisión incorpore esta característica.
La sustitución del sistema de navegación inercial de Shkval por los últimos avances tecnológicos aumentará el alcance y permitirá crear un nuevo armamento: “El torpedo no sólo tendrá que golpear el armazón del adversario, sino que tendrá que caer en su punto más vulnerable, el control de comando o el mando de gestión. No podemos olvidar que un submarino sólo puede ser aniquilado por un torpedo, no se puede eliminar con un mísil”, explicó Alíev.
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