finales del siglo XIX los avances tecnológicos despertaron una fe inquebrantable sobre la capacidad de los humanos para conquistar el mundo y los océanos apoyándose en los avances de la ciencia y de la técnica. La literatura también alimentaba esa creencia, Julio Verne (1828-1905) había adelantado varios de los sueños a los apuntaba la humanidad. No es de extrañar que Cánovas del Castillo se refiriera al proyecto de Isaac Peral de hacer un sumergible eléctrico y de acero como “la idea de un Quijote que ha leído a Verne”.
La escena de Cánovas con el ministro de Marina en la que dice esa frase histórica está recogida en el cómic Isaac Peral. La conquista de un sueño publicado por la Fundación Isaac Peral. Un trabajo del ilustrador Raúl Arias, con guión de Mario Tascón y Ana Cermeño. Esa escena es del momento en el que España se embarca en una carrera tecnológica con las potencias del momento y que ganará gracias al genio de Peral. “Es una historia poco conocida y muy distorsionada”, explica a El Independiente el guionista, Mario Tascón.
Detalles de esta carrera tecnológica entre el sumergible a vapor del sueco y el español, los intentos de espionaje o de compra de los diseños de Peral están muy presentes en Isaac Peral. La conquista de un sueño. La visón de Peral tuvo que combatir con muchas ideas prejuiciosas de la época. “Entonces se creía que la nave que podía hacer ganar una guerra era un acorazado, la idea de Peral se veía como de guerra sucia, no de una guerra de militares. La idea de esconderse y hundir un barco con un torpedo era una idea fea”. Según Tascón ese concepto “no se veía como una inversión y eso que era muchísimo más barato en comparación con los barcos”.
Para hacer frente a esas ideas prejuiciosas el inventor tenía claro que debía construir un prototipo deslumbrante. “Su sumergible tiene 18 metros de eslora, que son muchos, en el que entran hasta seis personas. Un aparato grande que se mueve por electricidad y que es rápido. Es lo que ahora se llamaría un producto mínimo viable”, añade Tascón que también es director de la consultora Prodigioso Volcán. “La única prueba que su submarino no supera es la de acercamiento al crucero Colón a plena luz del día, que le obligan a realizar con la torre óptica desplegada, lo que no era necesario. Estaban todos los marineros del Colón esperando al submarino, así que lo detectaron, claro. Pero por la noche el Peral emerge a 15 metros del Colón. En el mar 15 metros es nada, podían haber asaltado el barco”, asegura el guionista que ha sido el responsable de la documentación del cómic.
Las envidias políticas condenan, pese a los buenos resultados, el proyecto de Peral. Le piden otro submarino pero le quieren imponer otra forma de hacerlo. Algo a lo que Peral se niega en rotundo y ahí termina la carrera de España en la conquista del mundo submarino. Una carrera que gana pero no continúa.
“Dos años después de la victoria estadounidense en Cuba contra España, el almirante George Dewey, que estaba al mando de la flota estadounidense que arrasó con la armada española en la isla, aseguró- durante una sesión en el senado- que si España hubiese tenido un par de submarinos Peral ellos no hubiesen podido entrar a Cuba. Ni a Cuba, ni a Filipinas”, afirma Tascón.
*El cómic está a la venta en la librería Cervantes y Compañía (Madrid), Alcaraz (Cartagena) y Bernat(Barcelona) Y también estará a la venta en la web de la Fundación Isaac Peral.
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