Hace 60 años en la ciudad de Nikoláyev entró en el astillero el primer gran buque antisubmarino Komsomolets Ukraini del proyecto 61. Estas naves tenían como objetivo interceptar los submarinos del rival en la zona próxima a las costas de la Unión Soviética. Sigue con Sputnik la historia de la leyenda viva de la Armada rusa.
En los años 50, la modernización profunda de la Armada submarina de EEUU incluía misiles de crucero y sistemas de propulsión nucleares capaces de acercarse a las costas del rival para hacer un patrullaje de larga duración. Además, las fuerzas aéreas norteamericanas tenían más posibilidades de batir los objetivos marítimos. Como respuesta a los nuevos retos, a mediados de los años 50, se empezó a elaborar un patrullero con sistemas antiaéreos y antisubmarinos. En adelante, el buque recibió el nombre de 'gran buque antisubmarino'.
El buque insignia del proyecto Komsomolets Ukraini entró en el astillero de Nikoláyev el día 15 de septiembre de 1969. En dos años se entregó a la flota para realizar pruebas. Para la tripulación, de 250 personas, se crearon las condiciones más cómodas: los camarotes tenían sistemas de ventilación y acondicionamiento lo que permitía actuar en climas difíciles. El pasillo directo de longitud a lo largo de casi todo el buque aseguraba el acceso a la mayoría de los recintos sin tener que salir a la cubierta.
Los sistemas de defensa antiaérea eran el punto de atención especial por parte de los ingenieros. Se elaboró el sistema antiaéreo M-1 Volna. Dos sistemas con dos misiles dirigidos se ubicaban en la proa y la popa. Los misiles de dos etapas de combustible sólido estaban equipados con una ojiva de 60 kilos de peso con miles de elementos destructivos. Volna alcanzaba el blanco que maniobraba a velocidad de 600 metros por segundo a la altura de hasta diez kilómetros. Cabe destacar que el buque realizaba disparos a una velocidad superior a 30 nudos.
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El armamento antisubmarino del nuevo buque contenía dos tipos de lanzacohetes RBU-6000 y RBU-1000. El módulo de municiones de dos RBU-6000 dotado de 12 cañones, tenía más de 190 proyectiles que se cargaban y descargaban de forma automática. Al detectar el submarino, los militares responsables del sistema necesitaban solamente 90 segundos para poner en marcha el mecanismo que lanzaba proyectiles en un trayecto balístico con alcance de hasta seis kilómetros. El submarino se alcanzaba a unos 450 metros de profundidad.
El RBU-1000 era un lanzacohetes de seis cañones de grueso calibre. La ojiva aportaba 80 kilos de explosivos y la potencia de los proyectiles de 300 milímetros era mucho más fuerte que la del RBU-6000.
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La modernización orientada a dotar el antisubmarino de armas más fuertes y equipos de radar de nueva generación, aumentar el desplazamiento y la autonomía de navegación, se hacía ya durante su construcción. A finales de los años 80 cinco buques modernizados de la serie se entregaron a las fuerzas navales de la India.
Había muchos planes para modernizar y usar los antisubmarinos de esta serie, pero todos se quedaron en papel mojado tras la disolución de la URSS. 18 de estos buques se desguazaron. El único 'afortunado' fue el Smetlivi, uno de los últimos buques de esta serie que logró modernizarse. Este buque hace el servicio en el mar Negro. Además, pese a su 'edad avanzada', participa en los ejercicios de entrenamiento.
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