En este artículo vamos a conocer otro de tantos vehículos de transporte en desarrollo que parecen sacados de películas de ciencia ficción. Después de conocer el aerodeslizador con turbinao el buggy todoterreno volador, hoy nos toca fantasear con un submarino con capacidades de avión.
Estados Unidos es la base de uno de los submarinos de ocio más tecnológicamente avanzados del mundo. Se trata del Super Falcon DeepFlight.
Su diseñador, Graham Hawkes, nunca ha sido nada convencional. Desde el principio tuvo la visión de un barco diferente a todos los demás, una especie de avión submarino más que un mero barco sumergible.
Hawkes ha encabezado incontables expediciones a desconocidos rincones del planeta, descubierto cientos de naufragios mientras perseguía tesoros escondidos, ha fundado varias compañías, y es uno de los oceanógrafos más consumados del mundo. Y aún así, actualmente está pilotando su más reciente creación por las aguas del Lago Tahoe a los 66 años de edad, con una pequeña tripulación junto a él.
Hawkes se mantiene activo, desarrollando nuevos submarinos y mejorando iteraciones anteriores debido a una genuina pasión por explorar; pero la situación es también sintomática de su incapacidad para ganar tracción entre las comunidades científica e industrial con intereses de trabajo en la exploración submarina. “Comencé haciendo aparatos militares, después petróleo y gasolina, y prácticamente me quemé con todos, incluyendo los científicos – simplemente me sentí frustrado con todos ellos”. No obstante, Hawkes bien pudiera estar en el lado correcto de la historia, particularmente con los sumergibles como el Super Falcon. “Creo que cuando uno está en medio de un tecnología punta”, sugiere, “le parece que todo va dolorosamente lento. Avanzar 50 años y mirar atrás, parece inevitable. Pero todavía no estamos allá, es algo un poco doloroso”.
La “tecnología punta” en cuestión es el principal encanto del Super Falcon, la capacidad para volar a través del agua, con tres grados de libertad. “Es lo mismo que un vuelo aéreo”, explica Hawkes, “la matemática funciona, y guía todo el asunto”. El pequeño perfil frontal produce un arrastre mínimo. Los accionadores alternan las alas para moverse arriba y abajo; la aleta de cola pivota para lograr el movimiento a derecha o izquierda.
Es una máquina impresionante y elegante, basada en los diseños de aviones militares. “Si fueras un piloto de combate, esto te sería familiar”, señala.
Hawkes ha redefinido el concepto del submarino personal, y planea realizer expediciones con el Super Falcon a los lugares submarinos más impresionantes del mundo. Seguiremos la pista a este proyecto. Planetadeaficione.com
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