El submarino de ataque rápido de propulsión nuclear USS Connecticut sufrió un insólito accidente en octubre mientras realizaba maniobras en aguas internacionales en el Mar de China Meridional. De momento, una investigación abierta por la Marina ha concluido con el relevo de los altos mandos a bordo de la embarcación ese día. El accidente ha estado rodeado de controversia desde un principio. Varios expertos se preguntan cómo es posible que uno de los submarinos más sofisticados de la Marina de guerra de EEUU, con un coste de 3.000 millones de dólares, colisionara con un objeto no identificado.
Pero hay más dudas. La Armada de EEUU no informó del incidente de forma inmediata y solo cinco días después se dio a conocer la magnitud del accidente, que dejó once heridos entre los oficiales, ninguno de ellos de gravedad.
El Instituto Naval de Estados Unidos anunció que el submarino chocó el 2 de octubre con un objeto no reconocido que finalmente se identificó como una montaña submarina no cartografiada. Pero desde que se produjo el accidente han surgido dudas sobre los verdaderos daños sufridos en la embarcación y la causa del siniestro. Cabe recordar que el submarino se dirigía a la isla de Guam, un territorio estadounidense en el Pacífico, y que después del incidente siguió la ruta hacia su destino.
La Marina de EEUU ha dicho que el reactor nuclear y el sistema de propulsión del submarino no sufrieron daños, pero Pekín exige más explicaciones. Algunos expertos han señalado que el lugar donde se produjo la colisión presenta un entorno de gran complejidad submarina ya que allí navegan numerosos barcos comerciales y de guerra sobre un fondo marino de contornos cambiantes.
Un buque de guerra usa los llamados “sonar pasivos” para detectar objetos durante la navegación, pero solo identifican el sonido que viene hacia ellos, a diferencia de los “sonar activos”, que envían señales y registran el tiempo que tardan los ecos en volver al buque. Por este motivo, el submarino necesita de varios sonares pasivos para triangular la ubicación de un objeto en su camino, tal y como explica la CNN.
La Marina de EEUU no ha dado información sobre daños sufridos pero el medio especializado USNI News, el mismo que informó antes que nadie del accidente, señaló que los tanques de lastre habían quedado dañados por los desperfectos sufridos en la sección delantera del submarino. Aunque las autoridades norteamericanas dijeron que los daños eran menores, el submarino tardó una semana hasta llegar al puerto de Guam.
Desde algunos medios chinos se ha llegado a especular con la posibilidad de que la embarcación estadounidense hubiera sufrido una fuga radioactiva. Medios rusos barruntan la idea de que la nave intentó ocultar su presencia en el mar de China Meridional, por lo que pudo no darse cuenta de la presencia de un objeto no identificado contra el que chocó. Pekín ha pedido una versión más detallada de lo ocurrido: “Exigimos que Estados Unidos adopte una actitud responsable para dar una explicación detallada y satisfactoria a la comunidad internacional y a los países de la región”, señaló hace unos días el portavoz de la Cancillería china, Wang Wenbin.
Un submarino para la Guerra Fría
El USS Connecticut es uno de los tres submarinos de ataque rápido de propulsión nuclear de la clase Seawolf. Estas tres exclusivas unidades pueden operar bajo el hielo del Ártico y están diseñadas para sumergirse a grandes profundidades. Su misión principal fue la de detectar a submarinos soviéticos y mantener la ventaja acústica de Estados Unidos sobre los submarinos rusos. Todos ellos fueron diseñados durante en los años ochenta y noventa. “La clase Seawolf es un producto de la Guerra Fría”, dijo el analista de seguridad marítima Craig Hooper a Popular Mechanics. “El USS Connecticut ofrece mejor velocidad, una mayor carga de armas y capacidades de sensores que la clase anterior a la de Los Ángeles. Es la clase de plataforma que quieres tener si estás en una zona en disputa”.
Con el final de la Guerra Fría y el cambio en la estrategia naval, pero también debido al alto coste, el programa para construir submarinos Seawolf se frenó para apostar por los submarinos New Attack de la clase Virginia, más pequeños y baratos .
La US Navy degrada a oficiales
El accidente ha sido sometido a una investigación que ha concluido este jueves por parte de la US Navy con el relevo de los oficiales superiores que se encontraban a bordo del submarino. Se trata de Cameron Aljilani, comandante en jefe, Patrick Cashin, director ejecutivo y Cory Rodgers, técnico jefe principal de sonar. El motivo esgrimido es la “pérdida de confianza”.
“La investigación determinó que el USS Connecticut encalló en un monte submarino inexplorado mientras operaba en aguas internacionales en la región del Indo-Pacífico”, dijo el comandante del portavoz de la Séptima Flota, Hayley Sims, en un comunicado.
Qué hacía allí el submarino
Para los expertos, la presencia del USS Connecticut en el Mar de China Meridional no es extraña, sobre todo porque las aguas de este mar se han convertido en un punto caliente internacional. Pekín reclama como territorio propio el 90% de sus aguas e incluso ha construir islas artificiales con pistas de aterrizaje militares y la instalación de misiles tierra-aire y armas antibuque, pero países como Filipinas, Japón y Vietnam también han hecho reclamos territoriales en esta zona.
Misiles Tomahawk
El USS Connecticut tiene 107 metros pies de largo y 12 metros de ancho, y desplaza 9.284 toneladas métricas bajo el agua. Gracias a su reactor nuclear, el barco puede viajar a velocidades superiores a los 25 nudos. La tripulación habitual es de 140 personas y está armado con ocho tubos de torpedos capaces de disparar tanto misiles de crucero de ataque terrestre Tomahawk como torpedos antibuque Mk 48.
La Séptima Flota de EEUU que opera en la zona ha dicho que el submarino a Bremerton, Washington, para someterse a un proceso de reparación.
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