El INS Arihant se antojaba como la gran joya de la corona de la marina de la India. Un submarino nuclear de última generación, con capacidad para lanzar misiles de corto y medio alcance, pronto pasó a ser considerado como uno de los grandes elementos defensivos del país, especialmente por el potencial nuclear de la vecina Pakistán. Pero una situación inesperada se convirtió en la peor enemiga de una embarcación de 3.500 millones de euros: un error humano.
Botado el 29 de julio de 2009 -como símbolo para celebrar el décimo aniversario de la victoria de la India sobre Pakistán- pronto se convirtió en una referencia a nivel mundial. Sin embargo, en los últimos meses se había comenzado a especular con la posibilidad de que algo le hubiera sucedido, después de llevar un tiempo importante sin operar. Fue el medio The Hindu el que explicó lo sucedido: se había inundado parcialmente por culpa de un fallo al cerrar una escotilla.
Pero, ¿qué había sucedido? Pues, en realidad, algo tan sencillo como que el encargado de realizar esa tarea olvidó cerrar una de las escotillas externas de popa antes de que el submarino se sumergiera. Tras meterse bajo el agua, lo que ocurrió es claramente previsible: buena parte de la embarcación se vio anegada, dando lugar a una complicada situación, pues el reactor nuclear de la nave pudo verse comprometido ante la acción corrosiva del agua del mar.
Esta situación dio lugar a que se decidiera inmediatamente detener la actividad del submarino y evaluar cuáles eran los daños a los que se había visto expuesto el INS Arihant, cuyo propulsor cuenta con un reactor con uranio enriquecido. Tras analizarlo, pronto descubrieron que buena parte de la estructura interna de tuberías debería de ser cambiada por completo, ante el riesgo de una hipotética fuga como consecuencia de la corrosión.
"El agua se precipitó cuando una escotilla se dejó abierta por error mientras el Arihant estaba en el puerto. Desde entonces, el submarino se sometió a todo tipo de reparaciones y limpieza. Gran parte de la maquinaria tuvo que reemplazarse, probablemente por estar expuesta al agua del mar, particularmente las tuberías que transportan refrigerante de agua a presión hacia y desde el reactor nuclear de 83 megavatios de la nave", afirma The Hindu.
Ahora, los medios de comunicación locales aseguran que, tras diez meses sin ningún tipo de actividad, puede ser en las próximas semanas cuando vuelve a ver la luz. Con una capacidad para 95 personas y con autonomía ilimitada gracias a su tecnología, se trata de uno de los elementos defensivos de India más importantes, por lo que la marina local se afana para dejar en perfectas condiciones una de las joyas del país tras un garrafal fallo humano que lo ha dañado severamente.
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