En Barcelona puedes encontrar submarinos repartidos por toda la ciudad. Los hay que hasta forman parte de leyendas locales, como la que corre por el barrio de la Barceloneta, que cuenta que uno de los gigantes del barrio, el pescador Pep Barceló, llegó desde la Atlántida a bordo del Ictíneo de Narcís Monturiol para casarse con Maria la Néta. De hecho, la aparición de submarinos en la realidad de la ciudad parece que responde a un homenaje a este catalán ilustre. Si sigues leyendo la entrada descubrirás dónde puedes encontrar estas máquinas, distribuidas por toda la ciudad.
La playa es un buen lugar para encontrarlos. En la playa del Poblenou, por ejemplo, hay uno. Aunque tan solo se intuye en el paisaje, no cuesta mucho encontrar el submarino. Cabe remarcar, que aunque la sensación que transmite es la de un submarino que emerge del césped, las piezas, en realidad, son fragmentos de un antiguo barco recuperado de las playas del Poblenou, cuando se hicieron las obras olímpicas. Los paisajistas decidieron colocar diversas piezas de aquel barco medio enterradas y separadas aproximadamente unos 30 metros entre sí. La pieza en cuestión, la que imita un submarino, es una chimenea con unos tubos de ventilación. El libro sobre pequeños paisajes de Barcelona (Petits paisatges de Barcelona, Pòrtic, 2003), editado por el Instituto del Paisaje Urbano y la Calidad de Vida, menciona que el periodista Joan Subirà escribió, en el entonces diario Avui, que daba “la impresión de un paisaje de naufragio que haya emergido del fondo del mar al cabo de los siglos de convivir con los peces…”. Entre la playa de la Mar Bella y la de la Nova Mar Bella también hay una construcción que recuerda a un submarino. Se trata del edificio de un restaurante que recuerda a una de esas naves que emerge parcialmente del agua. Lo puedes encontrar en el espigón de Bac de Roda, y el hecho de encontrarse cerca del mar acentúa esta sensación.
Dejando de lado estos hechos más aislados, hay otros submarinos repartidos por la ciudad. En este caso, sí que se trata de submarinos reales que sirven para decorar rincones de la ciudad. Probablemente, uno de los más conocidos es el del CosmoCaixa, de la Obra Social “la Caixa”, que en el año 1986 lo cedió, a esta entidad, el entonces ministro de Defensa, Narcís Serra. Este submarino es conocido por el popular nombre de Tiburón, tenía capacidad para seis personas; sin embargo, nunca se usó para la guerra, y ha pasado casi toda su historia como elemento decorativo. Aunque durante los primeros años estaba abierto al público, actualmente se puede ver en el exterior del museo, al lado de la ronda de Dalt, situado sobre unos pedestales.
En el Museo de Cera también hay una reproducción de un submarino. En concreto, la de una batisfera, un modelo de submarino desarrollado en los años treinta que consiste en una esfera de acero sellada y unida al barco mediante una sirga. El del Museo de Cera es una alusión a la legendaria figura de Julio Verne, ya que según la responsable de este museo, quien construyó la reproducción se puede haber inspirado en este modelo de submarino para incluirlo en el museo.
Con respecto al submarino más típico de nuestra ciudad, hay que reivindicar el Ictíneo, el modelo ideado por Narcís Monturiol en el año 1858, y del que, desde entonces, se han desarrollado tres versiones, el Ictíneo I, el II y el III; todas se exponen por diferentes rincones de Barcelona. Del Ictineu I tenemos dos muestras, una en forma de monumento en el triángulo que compone el cruce de calles entre Diagonal y Provença, proyectada por el escultor Josep Maria Subirachs, inaugurada en el año 1963 y promovida por la Mutua Metalúrgica, propietaria del edificio que hay en este punto. Del Ictíneo I, además, tenemos otra reproducción a tamaño real en el jardín del Museo Marítimo de las Atarazanas Reales. El Ictíneo II es el que se puede visitar en los jardines del Maremàgnum, pero que actualmente se ha retirado de su lugar habitual durante una temporada a causa de unas reparaciones que se le tienen que hacer por unos desperfectos.
Los dos submarinos son unas réplicas creadas para hacer de decorado para la película Monturiol, el senyor del mar (Monturiol, el señor del mar), de Francesc Bellmunt (1993). Estas réplicas de tamaño natural no responden a reproducciones exactas de los originales. Los modelos originales de los dos primeros Ictíneos, sin embargo, los puedes encontrar en el Museo Marítimo de Barcelona. Son piezas que se construyeron en los talleres del museo, años atrás. El Ictíneo III de momento es un prototipo, y si quieres saber más, puedes entrar en la web de la empresa que lo está desarrollando.
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