El Mercurio
Su objetivo es detectar las enormes reservas de hidrocarburos en el polo.
El objetivo es el petróleo y el gas del Ártico, y para encontrarlo, Rusia va a construir el primer submarino no armado a propulsión nuclear.
La idea, cuenta The Times, es parte de un proyecto llamado Iceberg, que busca desarrollar tecnologías para explotar bajo el agua los miles de millones de barriles de hidrocarburos que hay frente a las costas del norte de Rusia. Según el Servicio Geológico de Estados Unidos, hay unos 90 mil millones de barriles de petróleo, 1.699 billones de pies cúbicos de gas y 44 mil millones de barriles de líquidos de gas natural en el Ártico, de los cuales el 84% está mar afuera.
El nuevo submarino tendrá escáneres sísmicos para detectar los codiciados yacimientos bajo el lecho marino, a profundidades de hasta 400 metros. La eslora de la nave será de 135 metros, mientras que tendrá 14 metros de manga, y podrá alcanzar una velocidad de 12,6 nudos. La tripulación estará compuesta por 40 personas y tendrá la capacidad de realizar misiones sumergiéndose hasta por 90 días.
Pero los analistas de defensa advierten que la nave -más o menos similar a los submarinos de ataque rusos clase Yasen- también puede ser usada para inteligencia militar. Rusia ha instalado un sistema de sonares bajo el agua, que está monitoreando los sumergibles estadounidenses, británicos y franceses en la zona, comentó The Times. Además de Rusia, Canadá, Estados Unidos, Dinamarca y Noruega tienen territorio polar y han presentado ante Naciones Unidas pedidos para que les den el derecho de explotar las vastas reservas de hidrocarburos.
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