Los pescadores que hace unos años trabajaban en las costas de la ciudad tenían la certeza de que había barcos hundidos en la costa que forman parte de la historia de Melilla. En más de una ocasión, entre sus redes de arrastre, se enganchó alguna que otra ancla o ánfora antigua. Lo que nunca llegaron a sospechar es que un mini submarino iba a descubrir, años más tarde, de dónde salían estos restos arqueológicos. También en 1981 quedó constancia del patrimonio submarino que hay frente a las playas de la ciudad. Durante los trabajos de dragado de ese año se extrajeron un gran número de monedas que hoy están en el Museo Arqueológico. Estas evidencias son las que animaron a unos investigadores de la Universidad de Granada a comenzar un proyecto para determinar cuál es y dónde está ese patrimonio. De hecho ayer, este grupo de científicos encontró un ancla de grandes dimensiones con una larga cadena.
El alma de este proyecto es el melillense Francisco Carrión, profesor de la UGR, que deseaba poner en marcha una iniciativa de investigación en colaboración con el Campus de Melilla. ‘Arqueomel’ es el nombre de esta aventura que pretende generar varios proyectos científicos que ayuden a mejorar el conocimiento del patrimonio de Melilla. Y para comenzar con algo interesante, apostó por el estudio de los fondos submarinos. Carrión explica a El Faro que no se ha realizado aún un mapa donde se recojan todos los restos arqueológicos que hay en la costa melillense. Ésta es la misión del equipo que ha formado.
Bajo el nombre ‘Melkart’, una divinidad fenicia relacionada con el mar y los navegantes, cinco científicos llevan ocho días analizando el fondo del mar desde la playa de La Hípica hasta Aguadú.
No está haciendo submarinismo. El equipo usa un mini submarino no tripulado para recoger los datos sobre la costa melillense. Un sistema parecido a un sonar analiza el fondo del mar y a través de un programa informático, el grupo de científicos traduce esos datos a una cartografía.
El alma de este proyecto es el melillense Francisco Carrión, profesor de la UGR, que deseaba poner en marcha una iniciativa de investigación en colaboración con el Campus de Melilla. ‘Arqueomel’ es el nombre de esta aventura que pretende generar varios proyectos científicos que ayuden a mejorar el conocimiento del patrimonio de Melilla. Y para comenzar con algo interesante, apostó por el estudio de los fondos submarinos. Carrión explica a El Faro que no se ha realizado aún un mapa donde se recojan todos los restos arqueológicos que hay en la costa melillense. Ésta es la misión del equipo que ha formado.
Bajo el nombre ‘Melkart’, una divinidad fenicia relacionada con el mar y los navegantes, cinco científicos llevan ocho días analizando el fondo del mar desde la playa de La Hípica hasta Aguadú.
No está haciendo submarinismo. El equipo usa un mini submarino no tripulado para recoger los datos sobre la costa melillense. Un sistema parecido a un sonar analiza el fondo del mar y a través de un programa informático, el grupo de científicos traduce esos datos a una cartografía.
Una investigación para todos
Carrión explica que entre las ventajas de este nuevo mapa que elaboran estos días, se encuentra el tener información sobre el tipo de fondo, si es arenoso o fangoso, así como si hay vegetación o el tipo de animal marino de la zona, además de detectar si hay algún pecio u otro tipo de restos arqueológicos. Esto significa que podrá utilizarse por parte de la Guardia Civil para proteger este patrimonio, así como por otros profesionales para conocer al detalle la costa, desde biólogos a submarinistas.
El trabajo de esta investigación, que no concluirá hasta final de año, será un mapa con un catálogo completo en el que se describa, por ejemplo, cómo ha cambiado la costa de Melilla en los últimos siglos, resalta el profesor de la Universidad de Granada.
Todo este trabajo no sería posible sin la colaboración de otras dos instituciones: La Unidad de Tecnología Marina del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y el Instituto Hidrográfico de la Armada. Esta última está realizando una campaña en el Mar de Alborán y también analizará las costas de Melilla para que sus datos se sumen a los obtenidos por los científicos de este proyecto.
Carrión explica que entre las ventajas de este nuevo mapa que elaboran estos días, se encuentra el tener información sobre el tipo de fondo, si es arenoso o fangoso, así como si hay vegetación o el tipo de animal marino de la zona, además de detectar si hay algún pecio u otro tipo de restos arqueológicos. Esto significa que podrá utilizarse por parte de la Guardia Civil para proteger este patrimonio, así como por otros profesionales para conocer al detalle la costa, desde biólogos a submarinistas.
El trabajo de esta investigación, que no concluirá hasta final de año, será un mapa con un catálogo completo en el que se describa, por ejemplo, cómo ha cambiado la costa de Melilla en los últimos siglos, resalta el profesor de la Universidad de Granada.
Todo este trabajo no sería posible sin la colaboración de otras dos instituciones: La Unidad de Tecnología Marina del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y el Instituto Hidrográfico de la Armada. Esta última está realizando una campaña en el Mar de Alborán y también analizará las costas de Melilla para que sus datos se sumen a los obtenidos por los científicos de este proyecto.
Financiación y objetivos
La técnica que está utilizando el grupo de investigadores dirigidos por Carrión se encuentra entre las pioneras. El coste del uso de este mini submarino y el resto de programas informáticos que ayudan a configurar el mapa sobre el fondo marino es elevado. Sin embargo, la UGR ha apostado por el proyecto y lo ha financiado con 20.000 euros, que servirán para cubrir los gastos de estos diez días de recogida de datos. Sin embargo, estos investigadores necesitarán más recursos económicos para llevar a cabo la segunda parte el proyecto, su difusión.
Además de proporcionar un mapa detallado de la costa de la ciudad y de analizar su historia, el proyecto servirá para que los ciudadanos conozcan su patrimonio subacuático. También será una oportunidad para dar valor a esos restos que no están a la vista de los melillenses.
Carrión asegura que uno de los aspectos que se valoran para que una ciudad sea Patrimonio de la Humanidad es el tipo de patrimonio y su cuidado. Por ello, resalta que su investigación puede contribuir a que un día Melilla consiga este galardón.
El equipo formado por Pablo Rodríguez y Nuria Pujol de Unidad de Tecnología Marina, Juan Rengel del Instituto Hidrográfico de la Armada y Daniel Quiroga y Francisco Carrión de la UGR recogerá el viernes todo el instrumental y las herramientas que han utilizado para continuar con este estudio en sus diferentes sedes. Lo que espera este grupo de científicos es poder contar con el apoyo de más instituciones públicas para seguir recuperando más episodios de la historia de Melilla.
La técnica que está utilizando el grupo de investigadores dirigidos por Carrión se encuentra entre las pioneras. El coste del uso de este mini submarino y el resto de programas informáticos que ayudan a configurar el mapa sobre el fondo marino es elevado. Sin embargo, la UGR ha apostado por el proyecto y lo ha financiado con 20.000 euros, que servirán para cubrir los gastos de estos diez días de recogida de datos. Sin embargo, estos investigadores necesitarán más recursos económicos para llevar a cabo la segunda parte el proyecto, su difusión.
Además de proporcionar un mapa detallado de la costa de la ciudad y de analizar su historia, el proyecto servirá para que los ciudadanos conozcan su patrimonio subacuático. También será una oportunidad para dar valor a esos restos que no están a la vista de los melillenses.
Carrión asegura que uno de los aspectos que se valoran para que una ciudad sea Patrimonio de la Humanidad es el tipo de patrimonio y su cuidado. Por ello, resalta que su investigación puede contribuir a que un día Melilla consiga este galardón.
El equipo formado por Pablo Rodríguez y Nuria Pujol de Unidad de Tecnología Marina, Juan Rengel del Instituto Hidrográfico de la Armada y Daniel Quiroga y Francisco Carrión de la UGR recogerá el viernes todo el instrumental y las herramientas que han utilizado para continuar con este estudio en sus diferentes sedes. Lo que espera este grupo de científicos es poder contar con el apoyo de más instituciones públicas para seguir recuperando más episodios de la historia de Melilla.
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