Podría decirse, sin temor al equívoco, que los Piccard son una dinastía suiza de exploradores y científicos, conquistadores de las alturas y las profundidades de la Tierra.
Antes de la creación del Solar Impulse, Bertrand realizó la odisea de dar la primera vuelta al mundo sin escalas en un aerostato. Pero ya su padre Jacques ("el Capitán Nemo", como lo rebautizó él) había sido un apasionado por el mar desde que en los '50 renunció a la economía y las relaciones internacionales para dedicarse a la aventura del descubrimiento de las profundidades.
Así, en 1960, Jacques Piccard superó todos los récords de inmersión: con su submarino "Trieste" se sumergió a casi 11 kilómetros en la Fosa de las Marianas, en el Pacífico noroccidental, el lugar abierto más profundo de nuestro planeta. Entre otras proezas, estuvo un mes entero bajo el agua y a la deriva a bordo de un submarino en una misión exploratoria. Y a los 82 años, se sumergió en el submarino que él mismo acababa de concebir y dirigir su construcción.
Fue más el espacio que las profundidades marinas lo que sedujo al abuelo Auguste. Filósofo y físico, el iniciador de la dinastía fue el primer hombre en utilizar una aeronave presurizada, con la que se elevó a casi 16 mil metros de altura, en 1931. Aunque tampoco pudo eludir la atracción por la exploración marina: inventó el batiscafo, una suerte de esfera para navegación submarina.
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