Este 28 de mayo se cumple medio siglo del reconocimiento oficial por parte de las autoridades de Estados Unidos de la existencia de un submarino que se encontraba en las islas en una misión secreta. El USS Scorpion es uno de los mayores misterios de la Guerra Fría que siguen abiertos. Desapareció en Canarias y explotó al sur de Azores.
Mientras las familias de la tripuolación estaba esperando a su regreso, el USS Scorpion no aparecía y ahí fue cuando la Armada de Estados Unidos se percató de la desaparición del submarino tras el último dato que tenia procedente de La Palma apenas unos días antes.
El submarino, con forma de lágrima, de la clase Skipjack, estaba propulsado por energía nuclear y comenzó a prestar servicio en 1960, es decir, era prácticamente nuevo. Tenía una capacidad de desplazamiento de 3.075 toneladas.
Su tripulación la formaban 99 personas: doce oficiales y 87 marineros. Su reactor nuclear era de la Westinghouse S5W, que le proporcionaba una velocidad máxima de quince nudos y treinta y tres nudos sumergidos.
El USS Scorpion tenía ciertos problemas de construcción como sistema hidráulico y dificultades operativas con válvulas de cierre de agua del mar en situaciones de emergencia. Pero nada que técnicamente impidediría desarrollar su trabajo, de acuerdo con la información que elaboró Washington. Sin embargo, el capitán Atwood Slattery dejó por escrito semanas antes que se encontraría en muy mal estado de conservación.
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