Corea del Sur, Estados Unidos y Japón confirmaron el disparo, que se realizó alrededor de las 5.30 horas de Seúl (20.30 horas GMT del martes) desde algún punto cercano a la ciudad portuaria de Sinpo, situada en la costa este del país, donde se encuentra la principal instalación para fabricar submarinos, informa Yonhap. El presidente Kim Jong-un declaró que el lanzamiento constituyó “el mayor de los éxitos” que coloca a su país entre las mayores potencias nucleares del mundo, según informó la agencia oficial norcoreana KCNA.
Corea del Norte ha llevado a cabo tres pruebas de lanzamiento de misiles balísticos desde un submarino: en diciembre de 2015 y en abril y mayo de este año. Según Seúl, todos estos ensayos resultaron fallidos (o solamente parcialmente exitosos) porque los proyectiles entraron en ignición poco después de ser disparados. El aparente éxito logrado este miércoles significaría que la amenaza nuclear del régimen norcoreano ascendería a un nuevo nivel, porque el dominio de esta tecnología le permitiría atacar lejos de sus fronteras y desde puntos mucho más difíciles de localizar.
Los militares surcoreanos y varios expertos han reconocido anteriormente que Pyongyang está perfeccionado su capacidad nuclear, pero estimaban que aún necesitaba entre dos y tres años para desplegar y lanzar misiles desde submarinos con éxito. La página especializada 38 North, asociada a la Universidad Johns Hopkins, auguraba en julio "nuevas pruebas y más frecuentes" de este tipo, pero indicaba que el programa norcoreano "todavía se enfrenta a importantes retos técnicos y requerirá varios años para ofrecer un sistema operativo". Con el lanzamiento de hoy, varios expertos surcoreanos adelantan la fecha al próximo año.
Por su parte, Corea del Norte hace tiempo que presume de ser capaz de miniaturizar bombas nucleares para instalarlas en sus misiles, algo que la comunidad internacional cuestiona.
El lanzamiento del misil se produce un día después de que Corea del Sur y Estados Unidos hayan iniciado maniobras militares conjuntas en la península coreana, unos ensayos que Pyongyang considera una amenaza para su seguridad y en los que participan 75.000 efectivos. Es habitual que el régimen norcoreano dispare misiles durante estas pruebas, pero este año las tensiones entre ambos lados del paralelo 38 se han exacerbado por la decisión de Seúl de instalar en su territorio el sistema antimisiles estadounidense THAAD.
El disparo, además, coincide con la reunión trilateral en Tokio de los titulares de Exteriores de Japón, China y Corea del Sur, un encuentro en que el programa nuclear norcoreano ya estaba en la agenda. Los tres países han criticado duramente la acción, y el primer ministro japonés Shinzo Abe calificó el lanzamiento de "un acto imperdonable y una grave amenaza para la seguridad de Japón".
Corea del Norte tiene prohibido el desarrollo de armas nucleares y tecnología de misiles por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Tras su cuarta prueba nuclear, en enero, y el lanzamiento encubierto de un cohete de largo alcance, en febrero, la ONU aprobó un severo paquete de sanciones económicas al régimen. Pyongyang respondió a ellas con más pruebas.
Xavier Fontdeglória para el Pais.com
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