Algunos tipos de arenque utilizan los gases para “hablar” entre ellos sin alertar a otros peces. Cuando el pez se tira la ventosidad, las burbujas que emanan emiten un sonido de alta frecuencia sólo audible para los de su especie. Los peces utilizan el sonido para agruparse y formar bancos protegidos en la noche que les ayudan a mantenerse a salvo de los depredadores.
Los científicos han llamado al fenómeno Fast Repetitive Tick (FRT) y según Robert Batty, investigador de la Asociación Escocesa de Ciencias del Mar (y uno de los pocos que ha logrado grabar el proceso) “se parece mucho a una persona que se tira una pedorreta metálica en tono alto”.
Robert Batty, junto con Ben Wilson y Larry Dill, hicieron el descubrimiento después de estudiar el arenque del Pacífico (Clupea pallasii) y del Atlántico (Clupea harengus) en Canadá y Escocia y con él ganaron el premio The Ig® Nobel en el apartado de Biología de 2004.
Sin embargo, a mediados de los 80 no se conocía este mecanismo aerofágico de los arenques, así que la Armada sueca paso varios años identificando estos ruidos con intrusiones hostiles de submarinos espías soviéticos. Desde la década de 1980 Suecia realizó numerosas cacerías contra presuntos intrusos submarinos en sus aguas territoriales, pero nunca logró sacar ninguno a la superficie.
El colapso de la antigua Unión Soviética condujo a una fuerte disminución de la actividad submarina en aguas de Suecia, pero los incidentes se reanudaron en junio de 1993. Durante la Guerra Fría al menos se podría dar una explicación probable a estas incursiones, pero en ese momento era más difícil encontrar una buena razón para ellas.
Así que tras contratar al biólogo Magnus Wahlberg, de la universidad del Sur de Dinamarca, y elaborar análisis y experimentos de muchos tipos, al final demostraron que estos sonidos no fueron realizados por enemigos hostiles bajo el agua, sino efectivamente por peces tirándose ventosidades.
Además, también se descubrió que otros falsos positivos en aguas de las costas cercanas a la costa habían sido provocados por visones y otros mamíferos acuáticos retozando bulliciosamente en las aguas, que habían dejando testimonio de su presencia en los delicados sistemas de detección de la Marina, que también los traducía por movimientos de submarinos enemigos.
Se calcula en 3.000 millones de coronas (324 millones de euros o 54.000 millones de las antiguas pesetas, aproximadamente) lo que los suecos invirtieron entre maniobras, instrumental y bombardeos para cazar a estos “submarinos enemigos” durante estos años, persiguiendo sonidos que sólo eran burbujas de aire.
Juan Manel Vilaplana
via www.yorokobu.es
Pues si la marina sueca tiene esa "precisión", qué no se habrá captado por el SOSUS...
ResponderEliminarLa verdad es que es para reirse un rato :-)
A veces, la tecnología tiene estas cosas.....
EliminarNacho
encontre esto y me parecio interesante compartirlo
ResponderEliminaruna nueva clase de UAV
MPUAV "CORMORANT"
SALU2
http://www.youtube.com/watch?list=UUJWcF0ex7_doPdIQGbVpDsQ&feature=player_detailpage&v=Us7Wxp0laWQ
ResponderEliminarMuchas gracias por el aporte, es un video muy interesante.
ResponderEliminarNacho