POR @WICHO — 25 DE DICIEMBRE DE 2020
A principios de 1942 el comandante Ernest Krause, un veterano de la Armada de los Estados Unidos, recibe su primer mando. Como capitán del destructor USS Keeling, que usa Greyhound como indicativo de radio, es el máximo responsable de la protección del convoy HX-25 que tiene que cruzar el Atlántico desde los Estados Unidos con destino a Liverpool. Son 37 cargueros y transportes de personal a los que dan escolta cuatro barcos de guerra.
Greyhound se centra en las 50 horas que pasan el el «agujero negro», la zona del Atlántico que queda fuera del alcance tanto de aviones basados en los Estados Unidos como de aviones basados en el Reino Unido. La zona del Atlántico preferida por las manadas de lobos de submarinos alemanes para llevar a cabo sus ataques ya que es dónde los convoyes tienen menos protección. En el caso del HX-25 una manada de seis submarinos los acosará sin cesar durante esas 50 horas.
Está basada en la novela The Good Shepherd que a su vez se basa en los hechos reales –y claves– de la Batalla del Atlántico durante la Segunda Guerra Mundial. Pero aunque el convoy HX-25 existió su composición fue distinta a la mostrada en la película. Y Krause no estaba al mando; de hecho Krause es un personaje inventado aunque basado en las personas reales que estuvieron al mando de las escoltas de los convoyes aliados en el Atlántico.
Siguiendo las maniobras de los submarinos –
Está claro que Krause y su tripulación son los protagonistas. Pero por eso mismo creo que la pelícuña se queda corta a la hora de transmitir la importancia de los convoyes y de la Batalla del Atlántico. Y muy, muy, corta a la hora de transmitir la angustia que tenía que ser ir en uno de ellos. De hecho en la película quienes van a bordo de los cargueros y transportes de personal sólo existen a través del telégrafo de señales o como mucho como algunos náufragos que recoger del mar. Y sin duda eran los que lo pasaban peor pues al menos las tripulaciones de los escoltas tenían un papel activo a la hora de enfrentarse a los ataques de los submarinos en vez de tener que esperar sentados a ver si sobrevivían a la noche. Y no sé si alguien que no tenga un poco de idea de cómo los buques de escolta luchaban contra los submarinos no se perderá un poco.
En cualquier caso me ha parecido entretenida y adecuada para pasar un rato, aunque diría que no es, ni con mucho, una gran película.
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