Una inmersión de entrenamiento en aguas profundas frente a la costa de San Diego permitió obtener las primeras imágenes de un submarino de la Armada de los Estados Unidos del que no se tenían noticias desde hace más de un siglo. Y lo más sorprendente es que resultó que el sumergible había estado acompañado durante décadas en el fondo del mar.
USS F-1 se perdió el 17 de diciembre de 1917 por un accidente durante una sesión de práctica en plena Primera Guerra Mundial. Chocó con el sumergible USS F-3 y se fue a pique en apenas unos segundos a causa de los graves daños sufridos. Diecinueve tripulantes se ahogaron y apenas tres pudieron ser rescatados.

Reproducción completa del submarino USS F-1 hundido frente a la costa de San Diego en 1917 (WHOI)
Accidente en medio de la niebla
El navío estaba realizando una prueba de ingeniería y rendimiento de 48 horas viajando desde San Pedro a San Diego (California), cuando ocurrió el siniestro. Los submarinos USS F-2 y USS F-3 se encontraban en el mismo lugar realizando ensayos similares cuando los tres buques entraron en un banco de niebla. Y uno nunca salió.
Ahora yace en el fondo del mar a unos 400 metros de profundidad, una distancia demasiado grande para buceadores humanos. Fueron el vehículo tripulado Alvin y el vehículo autónomo Sentry, parte del equipo del buque de investigación Atlantis del Instituto Oceanográfico Woods Hole (WHOI), los que realizaron el hallazgo.

Un agujero en el casco del submarino producido por el choque con el USS F-3
Lo que nadie se esperaba es que el USS F-1 no estuviera solo. Muy cerca se encontraba un avión de entrenamiento de la Armada de los EE.UU. que se estrelló en 1950. Ambos se han estado haciendo compañía en esa insondable oscuridad durante más de medio siglo.
Los especialistas de WHOI habían calculado la ubicación aproximada del naufragio del submarino a partir de los registros de la Armada. Con esos datos mandaron al Sentry a inspeccionar la zona y localizó el submarino en la primera tarde de búsqueda, con la proa orientada hacia el noroeste.
Las exploraciones posteriores con el Alvin mostraron que el USS F-1 estaba “notablemente intacto” después de permanecer bajo el agua durante más de 100 años. Los investigadores y la Armada estadounidense acordaron no entrar en el navío “para preservar su estado y respetar su legado”, apuntan en un comunicado.
La expedición sí inspeccionó los restos del bombardero torpedero Grumman TBF Avenger, cuyo piloto sí logró escapar con vida, a diferencia de buena parte de los miembros del submarino. El WHOI conocía el lugar donde estaba el avión desde hacía años y, de hecho ya lo habían estudiado en anteriores inmersiones.

Los restos del bombardero torpedero Grumman TBF Avenger
Los especialistas del Instituto Oceanográfico, señalan, además, que siempre habían sentido curiosidad por el ”13” grabado en la góndola del motor del avión hundido, un “obvio elemento supersticioso”. El número resultó referirse al escuadrón de entrenamiento al que pertenecía el avión en el momento del accidente.
Estas exploraciones submarinas se realizaron entre el 24 de febrero y el 4 de marzo gracias a la financiación de la Fundación Nacional de Ciencias de Estados Unidos. Durante ese tiempo, el equipo realizó análisis meticulosos del submarino usando sistemas de sonar que generaron mapas detallados de alta resolución del naufragio y del fondo marino circundante.
Siete inmersiones y una ceremonia
“La tecnología oceánica avanzada y el trabajo en equipo fue fundamental para obtener estas nuevas imágenes”, apunta Bruce Strickrott, líder de la expedición. “Una vez que determinamos que era seguro bucear, pudimos capturar perspectivas nunca antes vistas del submarino”, añadió.
Después de las siete inmersiones que se llevaron a cabo, se celebró una ceremonia conmemorativa a bordo del Atlantis, sobre el lugar del naufragio. Una campana sonó 19 veces, una por cada militar fallecido en el mar. “La historia y la arqueología giran en torno a las personas, y consideramos importante leer sus nombres en voz alta”, afirma el arqueólogo subacuático Brad Krueger.