01 junio 2025

Descubierto un submarino estadounidense “notablemente intacto” que se hundió frente a las costas de San Diego hace más de 100 años

 Una inmersión de entrenamiento en aguas profundas frente a la costa de San Diego permitió obtener las primeras imágenes de un submarino de la Armada de los Estados Unidos del que no se tenían noticias desde hace más de un siglo. Y lo más sorprendente es que resultó que el sumergible había estado acompañado durante décadas en el fondo del mar.

USS F-1 se perdió el 17 de diciembre de 1917 por un accidente durante una sesión de práctica en plena Primera Guerra Mundial. Chocó con el sumergible USS F-3 y se fue a pique en apenas unos segundos a causa de los graves daños sufridos. Diecinueve tripulantes se ahogaron y apenas tres pudieron ser rescatados.

Las imágenes del submarino estadounidense que se hundió frente a las costas de San Diego hace más de 100 años

Reproducción completa del submarino USS F-1 hundido frente a la costa de San Diego en 1917 (WHOI)

Accidente en medio de la niebla

El navío estaba realizando una prueba de ingeniería y rendimiento de 48 horas viajando desde San Pedro a San Diego (California), cuando ocurrió el siniestro. Los submarinos USS F-2 y USS F-3 se encontraban en el mismo lugar realizando ensayos similares cuando los tres buques entraron en un banco de niebla. Y uno nunca salió.

Ahora yace en el fondo del mar a unos 400 metros de profundidad, una distancia demasiado grande para buceadores humanos. Fueron el vehículo tripulado Alvin y el vehículo autónomo Sentry, parte del equipo del buque de investigación Atlantis del Instituto Oceanográfico Woods Hole (WHOI), los que realizaron el hallazgo.

Un agujero en el casco del submarino producido por el choque con el USS F-3

Un agujero en el casco del submarino producido por el choque con el USS F-3 

 WHOI

Lo que nadie se esperaba es que el USS F-1 no estuviera solo. Muy cerca se encontraba un avión de entrenamiento de la Armada de los EE.UU. que se estrelló en 1950. Ambos se han estado haciendo compañía en esa insondable oscuridad durante más de medio siglo.

Los especialistas de WHOI habían calculado la ubicación aproximada del naufragio del submarino a partir de los registros de la Armada. Con esos datos mandaron al Sentry a inspeccionar la zona y localizó el submarino en la primera tarde de búsqueda, con la proa orientada hacia el noroeste.

Las exploraciones posteriores con el Alvin mostraron que el USS F-1 estaba “notablemente intacto” después de permanecer bajo el agua durante más de 100 años. Los investigadores y la Armada estadounidense acordaron no entrar en el navío “para preservar su estado y respetar su legado”, apuntan en un comunicado.

La expedición sí inspeccionó los restos del bombardero torpedero Grumman TBF Avenger, cuyo piloto sí logró escapar con vida, a diferencia de buena parte de los miembros del submarino. El WHOI conocía el lugar donde estaba el avión desde hacía años y, de hecho ya lo habían estudiado en anteriores inmersiones.

Los restos del bombardero torpedero Grumman TBF Avenger

Los restos del bombardero torpedero Grumman TBF Avenger

 WHOI

Los especialistas del Instituto Oceanográfico, señalan, además, que siempre habían sentido curiosidad por el ”13” grabado en la góndola del motor del avión hundido, un “obvio elemento supersticioso”. El número resultó referirse al escuadrón de entrenamiento al que pertenecía el avión en el momento del accidente.

Estas exploraciones submarinas se realizaron entre el 24 de febrero y el 4 de marzo gracias a la financiación de la Fundación Nacional de Ciencias de Estados Unidos. Durante ese tiempo, el equipo realizó análisis meticulosos del submarino usando sistemas de sonar que generaron mapas detallados de alta resolución del naufragio y del fondo marino circundante.

Siete inmersiones y una ceremonia

“La tecnología oceánica avanzada y el trabajo en equipo fue fundamental para obtener estas nuevas imágenes”, apunta Bruce Strickrott, líder de la expedición. “Una vez que determinamos que era seguro bucear, pudimos capturar perspectivas nunca antes vistas del submarino”, añadió.

Después de las siete inmersiones que se llevaron a cabo, se celebró una ceremonia conmemorativa a bordo del Atlantis, sobre el lugar del naufragio. Una campana sonó 19 veces, una por cada militar fallecido en el mar. “La historia y la arqueología giran en torno a las personas, y consideramos importante leer sus nombres en voz alta”, afirma el arqueólogo subacuático Brad Krueger.

La flota secreta de Chile: El poder submarino que supera a gigantes militares y preocupa a propios como a extraños

 Una nación latinoamericana sorprende al mundo al igualar a potencias como Francia y Reino Unido en número de submarinos estratégicos. Con tecnología europea y una ubicación clave en el Pacífico, su fuerza naval representa una disuasión inesperada, incluso frente a potencias como Corea del Norte, Alemania o Brasil.

En el extremo austral de América del Sur, un país históricamente neutral se posiciona entre las grandes potencias militares del planeta en un ámbito inesperado: los submarinos con misiles balísticos. Chile, con una flota moderna y estratégica, ha superado a gigantes del armamento mundial, demostrando que el verdadero poder muchas veces opera desde las profundidades del océano.

Chile: Una potencia naval que emerge en silencio

La flota secreta de Latinoamérica: El poder submarino que supera a gigantes militares y preocupa a propios como a extraños
© Zona Militar.

El reciente Ranking 2025 de Military Watch ha revelado una sorpresa para el escenario geopolítico global: Chile figura entre los países con mayor número de submarinos de ataque con capacidad estratégica, igualando a históricos titanes navales como Francia y el Reino Unido, con un total de cuatro unidades.

Lejos de ser una casualidad, este posicionamiento responde a una inversión sostenida en tecnología naval avanzada. Actualmente, la Armada chilena opera dos submarinos de la clase Thomson (Tipo 209/1400) y dos de la clase Scorpène, todos basados en Talcahuano, una ciudad clave en su estrategia marítima.

Mientras otras potencias como Brasil, Corea del Norte o Alemania cuentan con menos unidades de este tipo, Chile consolida su rol como potencia submarina regional, con capacidad de disuasión estratégica y vigilancia oceánica de largo alcance.

Una flota con sello europeo y tecnología de vanguardia

La flota secreta de Latinoamérica: El poder submarino que supera a gigantes militares y preocupa a propios como a extraños
© Zona Militar.

Los submarinos Thomson de Chile, el CS Thomson (SS-20) y el CS Simpson (SS-21), fueron construidos por el astillero alemán Howaldtswerke-Deutsche Werft (HDW) en la ciudad de Kiel en 1984. Aunque veteranos, han sido modernizados para mantenerse operativos y efectivos.

Por otro lado, los Scorpène representan la modernidad de la flota. El O’Higgins (SS-23) fue ensamblado por Naval Group en Francia en 2005, mientras que el Carrera (SS-22) fue construido en el astillero español Navantia en 2006. Estas naves están equipadas con tecnología de última generación y han sido diseñadas para misiones silenciosas de larga duración.

Todos estos submarinos se encuentran desplegados desde la base de Talcahuano, un punto estratégico desde donde pueden cubrir vastas zonas del Pacífico sur.

Vigilancia estratégica y control oceánico

El poder de esta flota no es solo simbólico. A principios de 2024, Chile demostró su capacidad al emplear sus submarinos para monitorear la actividad de barcos pesqueros chinos cerca de las islas Juan Fernández, dentro de su Zona Económica Exclusiva (ZEE).

Estas misiones tienen como objetivo proteger los recursos marinos del país frente a la pesca ilegal, en especial del calamar, una especie en constante amenaza por flotas extranjeras. Como explicó el entonces Jefe de Pesca y Recursos Marítimos de la Armada, Capitán Rodrigo Lepe, “es una tarea vital, que se efectúa siempre, para el control y prevención de los recursos marinos”

El paso de embarcaciones chinas desde las islas Galápagos hacia el estrecho de Magallanes representa un riesgo ambiental y económico que Chile no subestima. La respuesta es clara: vigilancia silenciosa desde las profundidades.

Con una combinación de tradición naval, inversión tecnológica y estrategia oceánica, Chile ha logrado algo inesperado: convertirse en una de las potencias submarinas más importantes del mundo.


Japón desarrolla su primer USV de combate modular con IA

 Mitsubishi Heavy Industries y ATLA presentan un USV con IA para operaciones autónomas en DSEI Japón 2025, integrando sensores y misiles modulares.

Nuevo USV japonés refuerza capacidades navales autónomas

En la exposición DSEI Japón 2025, celebrada en Chiba del 21 al 23 de mayo, Mitsubishi Heavy Industries (MHI), en colaboración con la Agencia de Adquisición, Tecnología y Logística (ATLA) del Ministerio de Defensa de Japón, anunció el desarrollo de un nuevo  vehículo de superficie no tripulado (USV) diseñado para apoyo de combate multipropósito. Este USV, impulsado por inteligencia artificial, marca un avance significativo en la modernización de la Fuerza de Autodefensa Marítima de Japón (JMSDF), integrando autonomía avanzada, cargas útiles modulares y conectividad en tiempo real para operar en entornos navales disputados. El anuncio refleja la respuesta de Japón a las crecientes tensiones regionales, particularmente en el mar de China Oriental, donde busca fortalecer su capacidad de defensa marítima.

El USV, aún en fase de diseño, tendrá una eslora de entre 40 y 50 metros y estará equipado con un paquete de sensores que incluye cámaras electroópticas/infrarrojas (EO/IR) y radar para tareas de inteligencia, vigilancia y reconocimiento (ISR). Su cubierta trasera reconfigurable permite la integración de módulos en contenedores, como misiles superficie-superficie (SSM) y torpedos, lo que le otorga flexibilidad para misiones que abarcan desde guerra antisubmarina hasta ataques a objetivos terrestres y navales. Este diseño modular distingue al USV japonés de otras plataformas internacionales, al priorizar la capacidad de ataque orgánico desde un solo casco

La gestión del USV se realiza mediante el sistema CoasTitan, desarrollado por MHI, que permite el control coordinado de múltiples plataformas no tripuladas, incluyendo USV, vehículos submarinos no tripulados (UUV) y  drones aéreos (UAV). CoasTitan facilita la operación en enjambres, con intercambio de datos en tiempo real entre unidades, lo que mejora la conciencia situacional y la resiliencia ante interferencias electrónicas. Esta capacidad de guerra centrada en la red alinea al USV con las doctrinas navales modernas, posicionándolo como un multiplicador de fuerza para los destructores de la JMSDF.

El programa se basa en la experiencia previa de MHI con el USV Whale, presentado en DSEI Japón 2023. El Whale, con una eslora de 8,8 metros y un desplazamiento de 6 toneladas, sirvió como banco de pruebas para integrar sistemas no tripulados, como UUV y UAV, y para desarrollar capacidades de navegación autónoma. Aunque el Whale se centró en contramedidas de minas y vigilancia, sus tecnologías de control y sensores han sido adaptadas para el nuevo USV, que amplía su rol hacia operaciones armadas autónomas.

Datos clave del USV de combate jané

  • Eslora proyectada: 40-50 metros, optimizada para operaciones de alta intensidad.
  • Sensores: Cámaras EO/IR y radar para ISR y detección de amenazas.
  • Armamento: Misiles superficie-superficie y torpedos en módulos contenedores.
  • Sistema de control: CoasTitan, permite gestión de enjambres de plataformas no tripuladas.
  • Cronograma: Prototipo previsto para 2027, tras fase de diseño e integración.

Contexto estratégico y comparación con plataformas globales

El desarrollo de este USV responde a la necesidad de Japón de contrarrestar amenazas regionales, como las crecientes capacidades navales de China y los programas de misiles de Corea del Norte. Al operar junto a los destructores de la JMSDF, el USV reduce la exposición de buques tripulados en escenarios de alta intensidad, aumentando la letalidad distribuida. Su capacidad para integrarse en arquitecturas de mando aliadas, como las de Estados Unidos y Australia, refuerza la disuasión multilateral en el Indo-Pacífico.

En comparación con el programa Overlord de la Marina de EE. UU., que prioriza ISR y soporte logístico, el USV japonés destaca por su enfoque en armamento modular y guerra submarina. Frente al Seagull de Israel, optimizado para patrullaje y contramedidas de minas, el diseño de MHI ofrece mayor versatilidad en combate directo. La integración de IA para clasificación de objetivos y toma de decisiones autónomas posiciona al USV como un sistema híbrido, combinando funciones de destructores con autonomía escalable.

El USV también se beneficia de los avances de MHI en otros sistemas no tripulados. Por ejemplo, la empresa ha desarrollado el UUV OZZ-5 para contramedidas de minas, con entregas a la JMSDF previstas para 2024, y un UUV de 16 metros para ISR, actualmente en pruebas. Estas plataformas comparten tecnologías de sensores y autonomía con el nuevo USV, lo que asegura una integración fluida en las operaciones navales.

El programa refleja la inversión a largo plazo de Japón en sistemas marítimos no tripulados. Desde el desarrollo del UUV OZZ-5 en 2017 hasta el Whale en 2023, MHI y ATLA han evolucionado de contramedidas de minas a capacidades ofensivas. El presupuesto de defensa japonés para 2024 asignó 11,8 mil millones de yenes (unos 82,3 millones de dólares) para misiles como el ASM-3A, lo que indica un compromiso con la modernización naval.

Hoja de ruta y proyecciones operativas

ATLA y MHI planean completar el diseño del USV para 2027, cuando se espera que comience la construcción de un prototipo. Las pruebas en el mar, previstas entre 2026 y 2030, evaluarán la autonomía, la integración de armamento y la interoperabilidad con otras plataformas. El sistema está diseñado para operar en condiciones climáticas adversas y responder a fallos mediante funciones autónomas, lo que garantiza su utilidad en entornos hostiles.

La capacidad de sumergirse parcialmente para evadir amenazas, mencionada en algunos informes, no se ha confirmado en DSEI Japón 2025, pero podría ser una característica en desarrollo. Esta función, si se implementa, alinearía al USV con tendencias globales hacia plataformas furtivas.

El USV también podría integrarse con el nuevo avión de inteligencia basado en el P-1, que usará IA para analizar datos de sensores. Esta sinergia entre plataformas aéreas, de superficie y submarinas refuerza la estrategia de guerra multidominio de Japón, optimizando la recolección y explotación de datos en tiempo real.

La colaboración con socios internacionales, como el programa de cazas de próxima generación con Reino Unido e Italia, sugiere que el USV podría formar parte de un ecosistema de defensa más amplio. La experiencia de MHI en  drones aéreos con IA, como el ARMDC-20X, también podría influir en el desarrollo de algoritmos de autonomía para el USV.