El suceso más dramático de la guerra submarina en el mar de Tarragona fue la destrucción del vapor francés Medjerda,hundido por el U-34 (comandado en esa patrulla por Klasing) ante el cabo de Tortosa con un solo torpedo el 11 de mayo de 1917. El submarino emergió luego para contemplar un panorama devastador y grupos de náufragos entre los que figuraban mujeres y niños. Klasing se fumó un cigarrillo, hizo unas fotos, no recogió a nadie y anotó fríamente: "Calculo que se ahogarán 300 o 400 personas". El vapor artillado, con destino Marsella, transportaba 59 tripulantes, 468 soldados franceses y 49 pasajeros civiles, incluidos 24 mujeres y 10 niños (de los que sólo se salvó uno). El capitán era un catalán, Josep Got, y seis fogoneros eran españoles. En total, perecieron 352 de las 575 personas del barco. Entre los náufragos que llegaron al cabo Roig, cerca de L'Ampolla, figuraba una mujer con su hija de tres años ahogada en sus brazos. Durante meses se recogieron en el litoral cuerpos de marinos y pasajeros del Medjerda.Curiosamente apareció también el de un electricista del ejército inglés que debía de proceder de otro barco.
El Medjerda, redescubierto en 2004 por los autores del libro en "una inmersión de dificultad técnica extrema" en el curso de su proyecto de investigación, yace a 105 metros. Aún contiene algún resto humano. Castellví y Guarro subrayan en su libro que pese a que los pecios están considerados patrimonio sumergido y gozan de legislación específica, se ha generalizado la acción de los buceadores ilegales en busca de trofeos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario