El S-80 está considerado uno de los submarinos más avanzados del mundo, tan solo un escalón por debajo de los grandes submarinos nucleares. Construido por Navantia en el arsenal de Cartagena, el principal astillero y base naval de España, este innovador sumergible tiene además en su haber el honor de ser el primer submarino 100% de fabricación española. El jueves 22 de abril, pasado el mediodía, es la fecha señalada para la puesta a flote del primero de ellos en un acto que presidirá el Rey Felipe y que se puede seguir en directo en el enlace que se encuentra bajo estas líneas (si se lee con posteridad, se podrá ver el video del acto grabado).
Nada más finalizar esta ceremonia se pondrán en marcha las pruebas con las que se comprobarán las capacidades de la embarcación en el mar. Estas se extenderán hasta comienzos de 2023, fecha en la que Navantia entregará este a su primer cliente, la Armada española, institución que ha encargado otras tres unidades que se irán sumando a la lista de operativos con una cadencia de uno cada dos años. En total, cuatro submarinos de la serie S-80, el S-81 Isaac Peral, el S-82 Narciso Montiriol, el S-83 Cosme García y el S-84 Mateo García de los Reyes, formarán una de las flotillas de submarinos convencionales más avanzadas del mundo. Manuel Corral, comandante de quilla del S-81 Isaac Peral, nos habla en esta entrevista de todo ello.
¿Nos puede explicar cuáles son las características de la clase S-80? ¿Qué los hace especiales respecto a otros submarinos? ¿Cuáles son sus principales ventajas respecto a otros tradicionales?
Van a ser submarinos de tipo convencional, es decir, propulsados por energía eléctrica y no nuclear, lo que no quiere decir que por eso sean peores, sino diferentes, y que en los países de nuestro entorno es lo más adecuado. Son submarinos que van a tener una gran autonomía y cuando entre en servicio el primer submarino con propulsión AIP, que es un sistema innovador, no tendrá necesidad de ser indiscreto para hacer la maniobra de carga de baterías. Así que la autonomía, que le puede permitir permanecer bajo superficie hasta tres semanas, es un rasgo diferencial, como también lo es su capacidad para pasar inadvertido por su pequeñísima firma magnética y acústica. También cabe destacar su seguridad, con un gran número de sistemas redundantes, y, por supuesto, el sistema de combate, que integrará un gran número de sensores y armas, incluyendo la capacidad de lanzamiento de misiles.
Actualmente la Armada española dispone de los submarinos Tramontana y el Galerna, los antecesores de la serie S-80, a los que esta viene a sustituir, y en próximos años va a disponer de cuatro de estos submarinos. ¿Cuáles pueden ser sus usos?
Para los profanos en la materia es bastante habitual no tener claro para que sirve un submarino, así que conviene explicarlo. Los submarinos son especialmente útiles por la capacidad que tienen de obtener información sin ser detectados, pueden desarrollar misiones muy sensibles sin que nadie sepa que están ahí. Esto es fundamental, como también lo es su capacidad ofensiva para atacar buques, submarinos u objetivos en tierra usando torpedos o misiles. Un submarino es además una plataforma perfecta para infiltrar equipos de operaciones especiales en territorio enemigo, así como es un elemento de disuasión por la mencionada dificultad de ser detectados y su capacidad de ataque. En el caso concreto de los S-80, disponen de una tecnología tan avanzada que podrán ser tripulados solo por 32 miembros, cuando habitualmente se necesitan casi el doble.
¿Es habitual que los ejércitos de los distintos países dispongan de unidades de submarinos?
Es algo cada vez más habitual, que está aumentando mucho en los últimos tiempos. Los países que tradicionalmente ya tenían están incrementando su flota de forma considerable, y luego hay muchos otros países que están empezando a dotarse, como probablemente sea el caso de Marruecos. En Asia hay muchos que están dotándose de forma llamativa también.
"Este ha sido un desafío histórico para la construcción naval de nuestro país, ya que es la primera vez que somos capaces de fabricar de forma autónoma un submarino".
Ahora se va a poner a flote el primero de los cuatro submarinos contratados a Navantia, el S-81 Isaac Peral, pero falta más de un año para su entrega, ¿hasta entonces la Armada permanece al margen o participa en las pruebas que se van a realizar?
La Armada entra de lleno en las pruebas de mar y, durante estas, que durarán en torno a un año, y que son muy detalladas, participará de forma muy activa para ver que los S-80 cumplen escrupulosamente con las peticiones que se hicieron a Navantia. Es un trabajo en equipo en el que todos tenemos una participación activa con el fin de que el resultado sea óptimo.
Desde 2023 se irán entregando los cuatro sumergibles contratados con una cadencia de cada dos años, ¿queda un largo tiempo de pruebas, formación de personal, etc. ¿Tenemos personal cualificado?
Este es uno de los grandes retos, la formación. Porque la transición entre los submarinos actuales a estos nuevos supone un cambio de mentalidad. Es el paso de unos submarinos con equipos de los años 80 a otros punteros, y eso implica una formación totalmente nueva. Y eso lo estamos haciendo con la Dotación de Quilla en un plan de formación de Navantia, que también se completará en la Escuela de Submarinos ‘Almirante Mateo García de los Reyes’.
¿Nos puede decir cuáles son las principales cualidades y requerimientos que se pide a los tripulantes de sumergibles? ¿Hay algunos puestos más importantes que otros?
En un submarino todos somos igualmente importantes con nuestras labores. Hay que tener en cuenta que estamos en un entorno especialmente hostil, y un fallo de cualquiera puede suponer la pérdida del submarino. Eso implica que nuestra formación sea muy detallada, desde el primero hasta el último miembro de la tripulación. Y en cuanto a las cualidades necesarias, fundamentalmente el valor y la entrega, porque como decía, el entorno en el que trabajamos es especialmente duro.
Ayer mismo la Armada de Indonesia avisó de que había el contacto con el KRI Nanggala-402, un submarino fabricado en Alemania en 1978 que estaba realizando ejercicios militares al norte de la isla de Bali. Al cierre de esta entrevista aún no se sabe qué suerte han podido correr sus 53 tripulantes. Cuando conoce una historia así, ¿qué se le pasa por la cabeza?
Sin duda lo que me viene a la cabeza es "familia submarinista". Todos los submarinistas lo somos por vocación y sabemos que es una profesión con ciertos riesgos, así que cuando escuchas este tipo de noticias te pones en la carne del compañero que ha sufrido el accidente.
“La Defensa es un intangible al que solo se le echa de menos cuando se necesita y no se tiene”
En una reciente intervención de la Ministra de Defensa durante su visita a la Flotilla de Submarinos, en el Arsenal militar de Cartagena, esta recalcó que “se está haciendo una inversión muy importante en Defensa”, en total 12.000 millones de euros, entre los que se incluyen para la Armada estos cuatro submarinos y las fragatas F-110, en Ferrol. ¿Considera que la Armada está dotándose de una forma acorde a sus necesidades actuales?
Más que mi opinión, aquí es importante señalar que hay un grupo de personas que evalúan esto, y que todas sus decisiones son muy meditadas. Sé que estos estudios y compras se están haciendo de una forma muy rigurosa, y en este sentido sí que me gustaría añadir que la Defensa es un intangible al que solo se le echa de menos cuando se le necesita y no se tiene. Por ello me parece fundamental que se invierta en ella. Además, es un sector que también puede generar riqueza. En el caso del S-80 ahora España puede ofrecer al mercado internacional un submarino que ofrece unas prestaciones únicas.
¿Quiénes son las principales potencias, o competidores de España, en el mercado internacional (como proveedores)?
En el caso de los submarinos convencionales Francia es una de las grandes potencias, como también lo es Alemania. Yo diría que estas son las dos grandes potencias, a las que añadiría Rusia.
¿Y cuáles son, a su juicio, las principales amenazas por mar que hay actualmente?
Son múltiples. En primer lugar, destacaría las actividades ilícitas y el crimen organizado. También las competencias entre países por recursos energéticos, y las relativas a la seguridad marítima, que afectan al transporte, al cumplimiento del derecho marítimo, y también al cuidado del medio ambiente marítimo. Asimismo, están en desarrollo los ataques cibernéticos y cómo estos pueden afectar al entorno marítimo.
Ya que lo menciona. Las ciberamenazas han traído un nuevo escenario en el que también se libran grandes batallas. ¿Cómo afectan los ciberataques al mundo de los sumergibles?
En los submarinos debemos de estar preparados para estas ciberamenazas, aunque nos afectan en menor medida que a otras unidades por el hecho de que solemos estar la mayor parte del tiempo aislados del exterior en las profundidades. En este sentido, los submarinos de la clase S-80 se han diseñado para tener la capacidad de monitorizar los sistemas, controlar e informar de este tipo de ataques en caso de recibirlos.
“Para la Armada hubiera sido más rápido y menos costoso adquirir unidades de otros países, pero debemos tener una perspectiva más elevada”
Por cierto, aunque los S-80 dispone de lanzaderas de torpedo para lanzar misiles tomahawk, no está contemplada la adquisición de estas sofisticadísimas armas a Estados Unidos, ¿no supone esto, en cierta forma, mermar un poco las capacidades de estos innovadores sumergibles?
La decisión de adquirir misiles Tomahawk está a muy alto nivel, lo importante es que el submarino estará capacitado para lanzarlos en caso de que se decida adquirirlos. Independientemente de lo anterior es importante señalar que sí tendremos capacidad de ataque a tierra con el misil Harpoon Bloque II, que aparte de ser un misil antibuque también dispone de esta opción.
Y ya por último, innovar es caro y siempre se corre el riesgo de que el proceso no se cumpla del modo en el que estaba programado. En el caso de la construcción de estos submarinos se va a producir un importante retraso en la entrega, y ha habido diversos problemas en la construcción, lo que ha implicado un importante sobrecoste. Eso sí, los astilleros de Cartagena han pasado de ser meros fabricantes a tener un conocimiento global, tanto desde el punto de vista tecnológico como de diseño, de todo el proceso. Desde su punto de vista, ¿cree que ha merecido la pena?
Para la Armada hubiera sido más rápido y menos costoso adquirir unidades de otros países, sin embargo, al final creo que debemos tener una perspectiva más elevada, y ser capaces de ver que este ha sido un desafío histórico para la construcción naval de nuestro país, ya que es la primera vez que somos capaces de fabricar de forma autónoma un submarino. Finalmente los tenemos ya aquí y pronto podremos operar con ellos. Ahora lo que tenemos que hacer es mirar al futuro y aprovechar el rédito obtenido gracias a esta gran apuesta.
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