03 enero 2015

El submarino S-80 acaba su dieta de diseño y entra en construcción tres años después

El proyecto del submarino S-80, que construye la empresa nacional Navantiapara la Armada, empieza a enderezar su rumbo después del tiempo perdido por el sobrepeso descubierto en la primera unidad. Primeras noticias positivas después de tres años de retrasos. Ha concluido el rediseño (“alargamiento”), en la jerga interna, pasa a denominarse S-81 Plus y entrará en las próximas semanas en fase de construcción, según ha sabido El Confidencial.
El S-80 o Isaac Peral, como está previsto que se llame el primer submarino de la serie que entre en servicio, es el proyecto más ambicioso de Navantia: el submarino más avanzado del mundo que no recurre a la energía nuclear, pese a lo cual será capaz de navegar hasta 20 días sin necesidad de emerger ni de acercarse a la superficie.
En la empresa estatal dan por concluida la fase del rediseño una vez que la Armada ha dado su visto bueno al llamado “panel ejecutivo de la revisión preliminar del diseño del proyecto S80 Plus” y aseguran que también están en vías de arreglo los problemas añadidos que daba el sistema propulsor.
El proyecto del Isaac Peral partió con un techo de gasto de inversión de 2.136 millones de euros, la primera unidad que tendría que entrar este año en servicio, pero no lo hará hasta 2018. El problema del sobrepeso (75 toneladas) se ha solucionado con el “alargamiento del casco resistente” de los 71 metros originales a 78. La autoridad de diseño de los submarinos nucleares norteamericanos Electric Boat dio la solución con un estudio que costó alMinisterio de Industria 204 millones de euros.












Según fuentes de Navantia, también está encauzado el gran reto del S-80: la innovación que supone el sistema de propulsión “anaerobio o plataforma independiente de la atmósfera (AIP)”. El problema principal, “el suministro constante de hidrógeno”, ya está resuelto y se trabaja en la instalación dentro de la nave. En los mismos medios califican de satisfactoria la colaboración entre la empresa responsable del propulsor, Abengoa, y Técnicas Reunidas, otra firma contratada a última hora para desatascar la cuestión del AIP.
Después de más dos años de tener paralizado el proyecto (el sobrepeso apareció en 2012) y con la Armada agobiada por la falta de submarinos, Navantia acomete la “fase de proyecto de construcción”. Para el nuevo S-81 Plus, los objetivos son aprovechar al máximo “las secciones actualmente construidas”, “la reducción de riesgos”,la optimización de plazos”, asegurar la calidad y reducir y controlar los costes.
Los presupuestos generales del Estado para 2015, dentro del apartado del Ministerio de Industria, incluyen una partida de 205 millones de euros para “apoyo a la innovación tecnológica en el sector de la Defensa” con destino al proyecto del S-80. Pero en el Gobierno insisten en mantener el techo de gasto fijado en un principio para el submarino, aunque suponga dejar el encargo para la Armada de los cuatro submarinos previstos en sólo tres.
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