21 abril 2014

Hundimiento del submarino nuclear soviético K-8 … a 490 km de Galicia

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El K-8 era un submarino nuclear de doble casco soviético de la clase November (código NATO), desarrollado de acuerdo con el proyecto 627 A. El 8 de abril de 1970, mientras volvía del ejercicio OKEAN, se desarrollaron dos fuegos simultáneamente en los compartimentos tercero (central) y octavo, mientras se encontraba en inmersión a una profundidad de 120 m. Los dos reactores nucleares PWR (de agua a presión), de 70 MegaWatios cada uno, fueron apagados. El submarino pudo emerger pero la tripulación fue incapaz de extinguir los fuegos. Los sistemas de emergencia de los reactores nucleares resultaron dañados y dejaron al submarino sin capacidad de generar energia. Los generadores diesel auxiliares no pudieron arrancarse. La sala de control y los compartimentos vecinos se vieron llenos de humo a consecuencia del fuego. Mientras el submarino era remolcado hacia su base en medio de condiciones atmosféricas tormentosas, se bombeó aire a los tanques de lastre principales en un intento de mantener a flote el navío. El 10 de abril los tanques de aire estaban vacíos y el agua comenzó a inundar los compartimentos siete y ocho. Al atardecer del día diez los supervivientes de la tripulación fueron evacuados a un buque de escolta. A las 06:20 de la mañana del 12 de abril el submarino se hundió a consecuencia de la pérdida de estabilidad. Como resultado del accidente murieron 52 personas, incluido el capitán del navío, Vsevolod Borisovich Bessonov. Sobrevivieron 73 marinos. Los detalles de este accidente permanecieron secretos hasta el año 1991.
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Este submarino se había visto envuelto en otro grave accidente el 13 de octubre de 1960 mientras realizaba ejercicios en el mar de Barents, cuando se produjo una fuga en los generadores de vapor y en una tubería que llevaba a la recepción del compensador. El equipo para bloquear esas fugas estaba dañado. La tripulación empezó a trabajar para parar la fuga. Montaron un sistema provisional para suministrar agua al reactor con el fin de asegurar su enfriamiento y evitar el riesgo de fusión del núcleo. Grandes cantidades de gases radiactivos se fugaron, contaminando la totalidad del navío. La verdadera actividad de los gases no pudo ser determinada debido a que la instrumentación sólo funcionó a determinado nivel. Tres miembros de la tripulación sufrieron daños visibles por radiación, y de acuerdo con los expertos en radiación de Moscú, algunos miembros de la tripulación fueron sometidos a dosis por encima de 2 Sievert (200 rem).
Los restos de este submarino, incluyendo sus dos reactores nucleares y 24 torpedos nucleares a bordo, permanecen sobre el fondo marino en el Golfo de Vizcaya, a 4680 m de profundidad, 490 Km al norte de las costas de Galicia. Las coordenadas geográficas de su posición están en poder de las autoridades navales rusas.
Las posibilidades de reflotarlo son escasas debido al enorme coste. En teoría la probabilidad de que se produzcan pérdidas por radiación es pequeña debido a que las pastillas de combustible nuclear están rodeadas por una aleación que sufre una lenta corrosíón. En unos mil años la mayor parte del material radiactivo sufrirá un decaimiento antes de pasar al medio ambiente. El material radiactivo de los torpedos tiene un escudo protector.  ¿Podemos estar tranquilos o existe riesgo de contaminación radiactiva del medio marino?
Cesar (http://www.astrovigo.es/)

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