12 abril 2014

El RoboClam del MIT


Su nombre oficial es ‘RoboClam’ -almeja robot, en castellano- y es una de las últimas creaciones delInstituto Tecnólogico de Massachusetts (MIT). El invento se basa en la técnica que emplean las navajas para excavar en la arena del fondo del mar. El dispositivo, del tamaño de un pendrive, tiene aplicaciones como anclar vehículos submarinos, detectar minas o enterrar cableados bajo el mar.
Los investigadores han estudiado al detalle el comportamiento de una navaja -como molusco- para trasladarlo al robot. El molusco es capaz de enterrarse en la arena a medida que escupe agua mientras excava.
Así, la arena se reblandece y le permite excavar a una velocidad de un centímetro por segundo hasta alcanzar los 50 centímetros de profundidad. Además, la navaja sabe contraerse a la hora de hundirse para minimizar la fricción con la arena.
Los científicos han constatado que el proceso de solidificación de la arena es una de las mayores complejidades de la investigación. La arena necesita tiempo para mezclarse con el agua y ser moldeable. Pero, tampoco puede pasar demasiado tiempo ya que entonces la tierra se solidifica e impide la excavación.
“Nuestros datos demostraron que hay una transición cortísima entre que la arena es moldeable hasta que se hace imposible de manejar”, dice Amos Winter, profesor de Ingeniería Mecánica del MIT, que ha liderado el proyecto junto con Annete Hosoi profesora de las misma rama también en el MIT. Ambos publicarán los resultados de la investigación próximamente en la revista Bioinspiration and Biomimetics.
Los investigadores, que iniciaron el proyecto en 2006, han basado el funcionamiento del ‘RoboClam’ en una estructura acordeónica que reproduce las contracciones de la navaja natural. El proceso de expansión y contracción del robot se realiza gracias a un sistema de aire comprimido.
De todas formas, el equipo de Amos Winter ya trabaja en una segunda versión de funcionamiento electrónico. Además, buscan mejoras que hagan que el robot sea capaz de operar en distancias mayores a les 10 metros de profundidad y en superficies secas.
Aplicaciones del ‘RoboClam’
Una de las principales salidas del ‘RoboClam’ es el anclaje de vehículos marinos. Los vehículos robotizados tienen una capacidad limitada de batería y cualquier consumo que se ahorre mejorará sus prestaciones, aseguran los investigadores. Asmimismo, el ‘RoboClam’ está pensado para enterrar cables bajo el agua, especialmente en distancias medias -alrededor de los 10 metros- donde el manejo entre barcos y vehículos marinos es problemático. Por último, otros usos se corresponden con propósitos militares, el estudio del fondo submarino o desactivar minas bajo el agua.
Carlos Betriu
Redacción

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