20 noviembre 2018

(1916) Un submarino mercante para burlar el bloqueo británico

La ya prácticamente centenaria Gran Guerra (siempre me ha gustado más ese término que Primera Guerra Mundial), está repleta de terribles historias pero, también, de curiosidades. He aquí un ejemplo a medio camino entre lo triste y lo sorprendente. Triste por el marco histórico que llevó a la creación de esta nave submarina, sorprendente porque se trató de algo único.
Sí, a lo largo de la historia ha habido muchos proyectos para crear grandes submarinos mercantes civiles, incluso petroleros, pero sólo una vez se ha visto así algo en el mundo real, lejos de los gabinetes de diseño naval. El submarino Deutschland formó, junto con su buque hermano, el Bremen, la única flota submarina mercante privada que se haya visto. 
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El Deutschland, poco antes de llegar a Baltimore. Fuente: Hojas Selectas, 1916. Biblioteca Nacional.
Aquella aventura no fue un capricho. Estuvo motivada por el grave problema que le suponía a los alemanes intentar mantener cierto comercio exterior crítico cuando el bloqueo británico impedía llevar a cabo con normalidad tales actividades. Así, surgió la idea de construir una flota de submarinos privados que fuera capaz de sortear el bloqueo sin problemas. El objetivo no era otro que alcanzar las costas de los Estados Unidos, que en 1915, cuando se construyeron los dos submarinos, todavía no había entrado en la guerra. En el momento en que eso sucedió, las dos naves pasaron a formar parte de la flota militar, pero lo que me ocupa hoy es mencionar algunos aspectos de aquella singular flota mercante submarina antes de su conversión en armas de guerra. 
Hay que tener en cuenta que en los Estados Unidos, en plena fiebre aislacionista, la guerra europea se veía como algo muy lejano, salvo para algunos grupos de opinión. Es más, existía cierto ambiente germanófilo, minoritario pero no despreciable, que veía en el bloqueo británico poco menos que un acto criminal. Así las cosas, el magnate alemán Alfred Lohmann consiguió los fondos necesarios en 1915 para construir una flota de submarinos capaces de surcar las aguas del Atlántico hasta los Estados Unidos y, allí, ejercer las funciones de barco mercante. Se pensó en construir una flota numerosa, pero al final sólo las dos naves mencionadas llegaron a navegar. Cada una de ellas partía de Alemania con cerca de siete toneladas y media de carga. En América esas mercancías eran vendidas y, de nuevo, las naves volvían a Alemania con productos del nuevo continente. Lo que Alemania necesitaba eran materias primas vitales para el esfuerzo de guerra y el comercio exterior era, por ello, de gran importancia.
El Deutschland, bajo el mando del capitán Paul König, zarpó de Bremen el 23 de junio de 1916. Cargado con medicamentos y colorantes de gran valor, producidos por la pujante industria química alemana, entre otros productos, alcanzó las costas americanas sin problema alguno. La nave regresó a Alemania cargada de caucho crudo y metales. El valor de la carga de vuelta era tan alta que superaba varias veces el total del valor de la propia nave submarina. Los británicos y aliados protestaron por aquello, pero todavía hubo tiempo de un nuevo viaje. En 1917 todo el proyecto cambió de enfoque, los Estados Unidos entraron en guerra contra Alemania y la primera flota mercante submarina de la historia dejó de existir, pasando a servir como buques militares. 
Los viajes del Deutschland supusieron toda una novedad para los periódicos de la época. He aquí, por ejemplo, lo publicado en El año político tras la llegada de la nave a Baltimore:
Bloqueada Alemania, y siendo muy difícil su abastecimiento, por impedirlo las escuadras inglesas, llevaba sus esfuerzos y sus inventos hasta lo indecible, llegando a establecer el comercio submarino. (…) El viaje por el mar del Norte ofreció grandes peligros, por la estrecha vigilancia británica. Poco después, el sumergible tuvo que descender a gran profundidad, para evitar una gran tormenta. Pasados esos riesgos, y a la altura del cabo Virginia, navegando el Deutschland sobre la superficie, fue sorprendido por unos cruceros ingleses y franceses, que lo persiguieron tenazmente, retrasando la llegada cuatro días. El submarino está movido por dos motores diésel, cada uno de 600 caballos de fuerza. Sobre la superficie puede alcanzar una velocidad de 14 nudos. Lo tripulan 29 hombres y no tiene ningún armamento. El barco permaneció varios días en Baltimore, y salió sin novedad, llegando a su destino, llevándose un buen cargamento de níquel y otras materias de los Estados Unidos. Los aliados reclamaron, pero el gobierno de los Estados Unidos declaró que el barco tenía completo carácter mercante, por lo cual había estado dentro de la ley.

Alejandro Polanco Masa 

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