Pese a la cantidad de algas, las escotillas y el periscopio se pueden ver en el submarino casi intacto, que ahora alberga una multitud de peces y mariscos.
Tras haber consultado a varios expertos, el club dedujo que solo podía tratarse del Ariane, que tenía su base en Bizerta, que en ese momento era un puerto francés.
Durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918), los submarinos alemanes causaron estragos en las costas tunecinas, donde fueron inicialmente desplegados para aislar a los aliados de sus refuerzos de hombres y provisiones que venían de las colonias, según explicó a la AFP el historiador Ali Ait Mihub, del Instituto Superior de Historia Contemporánea de la Universidad de Manuba.
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