28 enero 2019

Cosme García, el genio olvidado

MARCELINO IZQUIERDOLogroño 
Con la ponencia titulada 'Cosme García, un genio olvidado', a cargo del historiador y académico Agustín Ramón Rodríguez González (Madrid, 1955), concluye hoy el ciclo de conferencias organizadas en la Casa de las Ciencias de Logroño, con motivo del bicentenario del nacimiento del inventor logroñés, y que ha complementado la exposición sobre su figura y su legado, que permanecerá abierta hasta el próximo 10 de febrero.
«Todavía quedan cosas por investigar de la vida y de la obra de Cosme García. En los últimos años hemos descubierto que el riojano patentó algunos de sus inventos en diferentes países, además de en Francia, como en Reino Unido, Dinamarca, Alemania o, incluso, en Estados Unidos», explica el profesor Rodríguez, quien apunta la posibilidad, aún por profundizar, de que Cosme llegara a diseñar un tercer prototipo de su submarino.

La cita

El contacto del biógrafo con Cosme García fue, en un primer momento, circunstancial: «Como mi tesis doctoral versaba sobre la Marina española en el siglo XIX, me llamó mucho la atención que antes que Peral, incluso que Monturiol, hubiera un español que había probado con éxito un submarino». 
Para Agustín Ramón Rodríguez, autor de varias decenas de libros y de centenares de artículos sobre historia, «Cosme García es un personaje sorprendente, que profundizó en inventos tan diferentes como el submarino, las armas de fuego, la imprenta o un máquina selladora. Lo poquito que conocíamos sobre este genio autodidacta estaba inconexo y una de mis tareas fue la de enlazar esos hallazgos».

Ingenio y marketing

Sobre las causas que han confluido para que el inventor logroñés sea un genio olvidado, apunta el profesor Rodríguez: «Uno de los problemas es el desconocimiento de nuestra propia historia y a un cierto complejo de que los españoles nunca hemos inventado nada, dato absolutamente erróneo, pero sobre todo a que si bien Cosme García era un auténtico genio, no era un hombre de letras, un hombre que supiera venderse, hacerse marketing. Él pensaba, como buen artesano, que la bondad del producto iba a ser su mejor marketing, y resulta que no fue así».
La primera edición de la biografía de Cosme, escrita por Agustín Rodríguez, y publicada en 1996, supuso el primer aldabonazo serio en reconocimiento del inventor riojano que, durante las últimas décadas, está comenzando a ser más conocido, tanto en su tierra como fuera, como reconocido. La Armada, no obstante, ha puesto su nombre a tres de sus submarinos: el A-2 (1917-1931), el S-34 (1972-1982) y el futuro S-83 (previsto para el año 2027).
«Muchos de los descubrimientos que he hecho sobre Cosme García se los debo a los familiares de las dos ramas, la familia García, por un lado, y la familia Egaña, por otro. Pero cuanto más se sabe de una persona, más cosas nuevas aparecen, y eso está ocurriendo con el inventor de Logroño», analiza el historiador y académico.å

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