02 abril 2016

Enrique Granados y el U-29: el titanic Español

También en España tenemos un Titanic y una historia de amor que no desmerece de la de Leonardo Di Caprio y Kate Winslet en la película del mismo título. Fue el sacrificio del célebre compositor Enrique Granados, autor de la suite Goyescas.
Estamos a bordo del vapor Sussex que acaba de zarpar del puerto inglés de Folkestone con destino a Dieppe (Francia). No era un gigante de los mares como el Titanic, que se había hundido tras chocar contra un iceberg en 1912, cuatro años antes.
Pero no faltan en la peripecia del Sussex amor y lujo. Se trataba de un pequeño paquebote de línea con bandera francesa y 386 pasajeros y 50 tripulantes a bordo.
Uno de esos pasajeros era un ilustre músico, el compositor Enrique Granados, autor de la suite Goyescas, que viajaba en compañía de su esposa, Amparo.
Granados, de 49 años, comenzó siendo niño prodigio con el piano y se había forjado una brillante carrera como intérprete y compositor. Su estilo, neorromántico, tiene influencias de Chopin y Edvard Grieg.
Compuso numerosas piezas, entre las que destacan Danzas españolas, o Valses poéticos,aunque su obra más característica fue Goyescas, inspiradas en los cuadros de majas del genial sordo.
Fue además un notable pedagogo y en su academia de música de Barcelona se formaron muchos de los mejores pianistas catalanes del siglo XX.
Granados viajaba en el Sussex, después de hacer una exitosa gira por EEUU. Allí había estrenado Goyescas, y había recibido una invitación personal a la Casa Blanca del presidente Wilson. Pero este homenaje fue fatal para el músico, ya que le obligó a cambiar la fecha de regreso a España, y en lugar de volver directamente de Norteamérica, hizo un transbordo en Inglaterra de consecuencias trágicas, ya que el canal de la Mancha era un avispero de submarinos en plena guerra mundial.
El vapor Sussex torpedeado por un submarino alemán.
El vapor Sussex torpedeado por un submarino alemán.
Apenas llevaba una hora en el mar, cuando el Sussex fue detectado por el UB-29 un submarino alemán. Aunque era un vapor de pasajeros, el UB-29 lo confundió con un barco minador y le disparó un torpedo que impactó el medio del casco, partiendo al Sussex por la mitad. La proa se hundió rápidamente, mientras que la popa quedó a la deriva.
Las siguientes horas fueron angustiosas para los pasajeros que se abrazaban en esa parte del barco. Afortunadamente el naufragio no se produjo en el Atlántico Norte como el Titanic, sino en una zona mucho más transitada como el canal de la Mancha, y los restos del Sussex fueron rápidamente localizados. La popa pudo ser rescatada y remolcada hasta el puerto de Boulogne.
¿Y los Granados? Su camarote estaba en la popa y allí se encontraron sus equipajes, pero ni rastro de ellos. Testimonios posteriores permitieron reconstruir su historia.
El músico braceaba en el Atlántico y fue izado a bordo por una de las lanchas de salvamento, pero al ver poco después a su esposa debatiéndose entre las olas, se lanzó a rescatarla. Perecieron los dos, tragados por el Atlántico. Irónicamente, Granados sentía aversión por las travesías por mar, y había dicho: “En este viaje dejaré los huesos”.
Ese era Granados, trabajador infatigable, hijo de una familia numerosa, que se pagó los estudios tocando el piano en los cafés. Un hombre enamorado de su mujer, Amparo, con la que tuvo seis hijos. Un creador que no tenía miedo a los retos musicales y sí pavor al agua, aunque cuando vio a Amparo braceando desesperadamente, no lo dudó.
Poco después Pau Casals le tributó un emotivo homenaje en el mismo escenario en el que poco tiempo antes habían estrenado la obra. Con toda la audiencia en pie, Paderewski interpretó la Marcha fúnebre de Chopin, con las luces del teatro apagadas y el escenario iluminado únicamente por un candelabro colocado encima del piano.
http://www.actuall.com/criterio/familia/el-love-story-de-granados-y-el-titanic-espanol/

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