El grupo Eslabón Perdido, que descubrieron los restos del naufragio de un submarino alemán en marzo de este año, pidió que la justicia federal intervenga en el caso y que la Prefectura Naval Argentina (PNA) se abstenga de nuevas operaciones relacionadas al casco hundido sin dar conocimiento e intervención Abel Basti y compañía.
Según informó Eslabón Perdido, “se ha solicitado formalmente la intervención de la justicia federal por el submarino encontrado en cercanías del puerto de Quequén y la respectiva causa se encuentra a consideración de la Fiscalía que debe pronunciarse sobre la competencia del caso que se inició cuando el grupo Eslabón Perdido denunció ante la Prefectura Naval Argentina (PNA) el descubrimiento de restos náufragos desconocidos el pasado 9 de marzo”.
“La presentación fue realizada ante el Juez Federal subrogante de Necochea, Dr. Gabriel Di Giulio, luego que dicha fuerza no diera intervención a la justicia y ante el conocimiento de la realización de nuevas expediciones de la PNA al sitio del naufragio sin comunicar a los descubridores del mismo las tareas que se realizan en el mencionado lugar, labores que podrían alterar el sitio con el consiguiente perjuicio para estudios posteriores. En ese sentido, se ha solicitado a la justicia federal que intervenga para que la PNA se abstenga de realizar toda actividad relacionada a dichos restos náufragos sin la respectiva comunicación previa a Eslabón Perdido”, indicaron mediante un comunicado enviado a los medios.
Además, pidieron que peritos y expertos del grupo “puedan participar de todo operativo que realice la PNA en consonancia con los derechos que la Ley N° 20.094 otorga a los descubridores de un naufragio. En ese marco, se solicitó que se permita “la constatación de todas las acciones que se desarrollen en tanto impliquen al naufragio o algunas de sus partes, con pleno acceso a informes técnicos y pericias propias de la PNA o de entidades u organismos que esta designe al efecto”.
“Durante el mes de junio la PNA realizó una importante y costosa expedición, de una semana de duración, con la participación del buque “SN-15 Tango”, buzos de profundidad y un ROV (Remotely Operated Vehicle), registrándose 8 horas de filmación del pecio”, aseguraron desde Eslabón Perdido y sostuvieron que “desde esa fecha hasta el presente la PNA asegura que no ha podido determinar qué tipo de embarcación es a pesar de las notorias diferencias estructurales, morfológicas y de construcción que diferencian un buque de un submarino”.
Dos pericias realizadas a pedido del grupo investigativo, una nacional y otra extranjera, indicaron que se han podido verificar piezas compatibles con un submarino como escotillas, un periscopio y parte de la torreta, entre otras. El peritaje argentino fue realizado por los ingenieros navales Andrés Cuidet y Juan Martín Canevaro, este último presidente del Consejo Profesional de Ingeniería Naval. La otra pericia fue realizada por el Dr. Fabio Bisciotti, director del Gruppo Studi Subacquei de la Liga Navale Italiana, experto que ha trabajado para el Pentágono y la Royal Navy, considerado uno de los más importantes especialistas en naufragios de submarinos de la Segunda Guerra Mundial.
Se supo, además, que se ha solicitado al gobierno alemán que confirme si el submarino es de su propiedad o si lo desconoce, sin que se haya tenido respuesta de las autoridades germanas hasta el momento. Es de destacar que la documentación relacionada al arribo de submarinos alemanes a la Argentina en 1945, cuando la guerra estaba terminando, es considerada como de “Secreto Militar” por el Estado nacional y que ha existido una política, permanente en el tiempo, de encubrimiento de esos sucesos que se realizaron al margen de la ley.
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