en horas de la tarde, se desarrolló en Real del Padre, el acto en homenaje a los 44 submarinistas fallecidos en el hundimiento del submarino ARA San Juan. Sobre ello dialogó con FM Vos (94.5) y con Diario San Rafael, Claudio Rodríguez, hermano del suboficial Hernán Rodríguez, una de las víctimas.
Hernán Rodríguez –que falleció con 43 años– estaba casado con Marcela Moyano y tenía un hijo, “Pancho” que actualmente tiene 22 años y estudia Sociología. Ella y él participaron del acto oficial llevado a cabo en Mar del Plata, mientras que su hermano Claudio y su mamá participaron de los actos en Real del Padre.
El 22 de noviembre, habrá otro acto en el que se le impondrá el nombre “Suboficial Hernán Ramón Rodríguez” a la escuela especial 2-053 de Villa Atuel.
“Quiero recordar la clase de persona que era Hernán, que los sanrafaelinos y mendocinos conozcan más de un pibe que realmente fue una excelente persona, un excelente ser humano, un buen tipo. Por ahí les sirve a los jóvenes para tener una referencia e imitar a los grandes tipos, porque Hernán era excelente, un buen hermano, amigo.
Yo era su hermano mayor así que era como mi hijo, lo cambiaba, lo preparaba para ir a la escuela, le ayudaba a hacer la tarea, que fuera bien peinadito”, señaló y agregó que Hernán fue una persona muy preparada, que decidió irse a la Armada, para luego pensar en las fuerzas de submarinos, así que se preparó mucho. Así estudió y trabajó mucho tiempo en la escuela de Mecánica. “Fue mecánico de submarinos 20 años, 10 en el San Juan, dio la vuelta al mundo en la Fragata Libertad, estuvo en las Islas Orcadas 14 meses, como mecánico.
Era una persona híper profesional, tanto que en el submarino los de mayor actividad tenían seis años, hasta el capitán, y Hernán llevaba diez en el submarino San Juan. Era una persona muy preparada y eso no es sólo por lo que contaba él, sino por lo que te cuentan cada vez que vas a la Base Naval y te encontrás con algún oficial o suboficial”, aseguró. Si bien muchas veces le ofrecieron irse a trabajar a puestos donde podría haber ganado más dinero, él “siempre quiso quedarse en su Armada porque amaba lo que hacía”.
Las baterías del submarino requerían carga cada 12 horas. Cuando el submarino se hundió eran las 7, por lo que se suponía que a las 19 debía regresar a cargar, pero no lo hicieron. Luego de 24 horas, decidieron avisarle a las familias. La esposa de Hernán fue la primera de la familia en enterarse, y ella lo llamó a Claudio que coincidentemente cumple años el 16 de noviembre. “Yo creí que ella me llamaba por mi cumpleaños, pero lamentablemente me dijo ‘Hernán se perdió, no hay comunicación, el submarino no aparece’. Yo estaba en mi casa, había venido de trotar, estaba bañándome y a las 17 me comunican eso, y pasé el cumpleaños más horrible de mi vida. El 16 del otro año, estaba con un amigo en Malargüe festejando mi cumpleaños otra vez, y a las 12 y media me llama mi cuñada para decirme que habían encontrado los restos del submarino San Juan”, recordó y añadió que desde entonces, se le hace muy difícil “festejar” un cumpleaños.
Tita, la mamá de ambos hombres es una mujer de mucha fe y logró tomarse de ahí para que el sufrimiento no fuera tan grande, con el acompañamiento de muchas personas que rezaron con ellos.
El pedido es el de siempre: “justicia”, en un país donde “la justicia no se mueve”. “Estamos pidiendo que remuevan a la jueza, porque de esa manera no sirve, de esa manera no es”, dijo. Es que la investigación de las causales del hundimiento, están detenidas.
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