Hace apenas unos días, Triton anunció su nuevo y esperado transporte submarino en el evento anual de yates más famoso de Mónaco. La compañía ha presentado su proyecto Hercules, una cápsula sumergible fabricada en colaboración con Espen Oino International y Dark Ocean Deep Sea.
El que parece ser el futuro de los submarinos ha sido diseñado como una modernización de una nave previa fabricada por Dark Ocean. La reforma de la idea inicial ha dado como resultado un modelo más ligero, con mayor autonomía, una increíble visión del terreno y una navegación más agradable.
Una navegación única
Según han explicado los fabricantes, se espera que Hercules pueda viajar cómodamente a una velocidad de 8 nudos, el doble de rápido que las naves sumergibles tradicionales. Según se anuncia en la página web, la cápsula podrá alcanzar hasta los 200 metros de profundidad y (en principio) tendrá una autonomía de hasta 10 horas, lo que asegura una experiencia única bajo el mar.
Además, esta joya marina permite hacer la transición al interior del agua de forma paulatina, sin tener que sumergirse de forma vertical como es habitual en los submarinos actuales. Su alerón delantero avanza y se retrae para mantener el equilibrio y facilitar un movimiento más ágil y fluido, tanto dentro como fuera del mar, generando una sensación de natación más que de una inmersión abrupta.
Con el mismo objetivo de facilitar la navegación, el sub también vendrá equipado con varias cámaras externas conectadas a las pantallasinteriores y a un casco de realidad virtual para ayudar a la visibilidad del piloto.
Infinitamente personalizable
Como explica Triton en su página web “El proyecto Hercules replica la experiencia de volar en un jet privado, con un lujo, una privacidad y unas amenidades nunca vistas en un submarino personal”. Las comodidades y detalles están presentes en todo el sumergible, desde los materiales hasta los complementos que están dentro y fuera del submarino.
Los fabricantes ya advierten de que su compacto tamaño suele llevar a engaño, la nave a pesar de ser pequeña está fabricada para llevar un piloto y hasta seis pasajeros, los cuales bucearán de una forma más inmersiva que nunca.
Aunque inicialmente la idea era transportar a 9 personas, el casco se ha modificado por completo para ofrecer un espacio extra a menos invitados. El interior cuenta con tres sofás, una zona para colocar diferentes muebles, un comedor privado con minibar y dos mamparas para ofrecer privacidad entre los invitados.
Todavía se siguen buscando inversores para hacer realidad esta futurista nave marina, por lo que no tenemos una fecha de presentación del modelo real ni tampoco sabemos el precio que se baraja. No obstante, si finalmente sale adelante esta iniciativa somos conscientes de que, teniendo en cuenta otras naves similares, serán varios millones los que tengan que pagarse por las primeras unidades.
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