25 febrero 2019

Un U-boot en la ría de Vigo

VIGO 
En 1981, Das Boot (El submarino) se convirtió en un hito del cine europeo. Wolfgang Petersen tuvo un presupuesto de 18,5 millones de euros y recaudó en taquilla más de 80. También obtuvo seis nominaciones a los Oscar. La cinta alemana estaba basada en el libro autobiográfico de Lothar-Günther Buchheim, un periodista que había patrullado como fotógrafo a bordo del sumergible U-96 durante la Segunda Guerra Mundial.
El filme aportó una nueva visión del arma submarina durante la contienda, un auténtico infierno en el que estuvieron atrapados 41.000 marinos del III Reich, de los que 26.000 murieron, un brutal porcentaje del 63 por ciento. Los espectadores comprendieron que aquellos verdugos habían sido también víctimas. Hitler los envió en condiciones penosas hacia la muerte. Algunos de aquellos submarinistas, casi unos niños, eran nazis convencidos, pero muchos otros simplemente cumplían con su deber.
En un importante pasaje de la película, el U-96 entra en la ría de Vigo. Allí reposta combustible y toma víveres en un buque alemán internado, que no es otro sino el Bessel, que efectivamente pasó toda la contienda fondeado frente a Vigo, sirviendo en varias ocasiones como apoyo a los «lobos grises» del almirante Doenitz. Ahora, casi cuatro décadas después del estreno de Das Boot, su historia regresa con una aplaudida serie de ocho capítulos que fue estrenada el pasado jueves por el canal AMC. Que vuelve a retratar una historia en la que Galicia tuvo un gran protagonismo durante la guerra mundial.
Porque, al igual que el U-96 de la película, otros muchos submarinos alemanes recalaron en Vigo en secreto. Lo anota el propio Karl Doenitz en los cuadernos de bitácora que rellenaba cada día durante la guerra. Así, el 4 de noviembre de 1939, anota: «El Alto Mando Naval me informa de que diez buques alemanes estarán listos para salir del puerto de Vigo a mediados de noviembre y solicitan que les sea dada protección de submarinos en su camino a casa». Las referencias a los puertos gallegos son incontables. El 11 de enero de 1942, Doenitz escribe en su diario que dio órdenes al U-373 de dirigirse al puerto de Ferrol, tras recibir un ataque de un avión aliado. Mientras que el 31 de enero de 1940 ordena al U-25 dirigirse a Vigo, para interceptar un convoy francés del que le han informado sus espías en la ciudad olívica.
También aparecen las escalas en Vigo y Ferrol en los interrogatorios de la Marina de los Estados Unidos a los alemanes prisioneros. El capitán del U-172, Hermann Hoffmann, relata cómo abasteció a su sumergible en Vigo en su última misión, antes de ser hundido en medio del Atlántico el 13 de diciembre de 1943. Los 46 supervivientes fueron interrogados hasta obtener un completo informe de ochenta folios. En él, Hoffmann detalla que repostó dentro de la Ría de Vigo, con el buque tanquero Bessel, y que patrulló frente a las islas Cíes, «sumergido de día y emergido de noche, para evitar los radares enemigos, un avión de patrulla que sobrevolaba la zona, y ser descubiertos por los barcos pesqueros locales».
Reproducimos otro interrogatorio, del capitán del U-66, que narra su escala en Ferrol. Es un testimonio muy revelador de la operativa de los U-boot para abastecerse en Galicia: «El 25 de septiembre de 1942, el U-66 avanza sumergido de 1 a 1,5 nudos sobre las 10.00 de la hora alemana de verano. El submarino permanece acostado en el fondo de la bahía del Ferrol a una profundidad de 80 pies hasta la completa oscuridad, que se registra a las 23.00 horas. A esa hora, emerge y avanza a 7 o 8 nudos hasta que encuentra al tanquero Georg Albrecht (…) Empleando la manguera del tanquero, el U-boot toma 15 metros cúbicos de diésel, además de una pequeña cantidad de manzanas y de fruta enlatada. Un bombero llamado Ehrlichmann, que se encontraba enfermo, fue transferido al tanquero. Después de recobrarse de una operación de estómago, retornó a Lorient de nuevo antes de la siguiente patrulla. Sobre las tres cuartas partes de la tripulación del U-boot subió a bordo del tanquero de comer y beber».
Como el U-66 o el U-172, hay otros muchos casos de submarinos que recalaron en Galicia, aunque bien es cierto que los U-boot preferían las Azores, porque la costa gallega estaba muy vigilada por los espías aliados. En aquellas operaciones, muchos submarinos alemanes fueron hundidos frente a Galicia. En concreto, hemos contabilizado 37 hundimientos documentados en aguas próximas a la costa gallega. Y no menos de 1.400 tripulantes alemanes encontraron la muerte frente a Galicia.
En el caso de Vigo, están hundidos frente a las Cíes tres submarinos: U-506, U-134 y U-523, todos ellos en 1943, mientras que un cuarto, el U-760, hubo de refugiarse en el puerto de la ciudad olívica con serios daños tras sufrir un ataque. Vigilado por el crucero Navarra frente al actual edificio del Náutico, fue entregado a los aliados al concluir la guerra.

Es imposible resumir en este espacio las incontables peripecias de los submarinos alemanes en las rías gallegas durante la Segunda Guerra Mundial. Y todavía no sabemos si el U-612 que protagoniza la serie Das Boot recalará en Vigo como lo hizo el U-96 de la película de 1981. Pero sin duda tendría toda lógica por la estrecha relación con Galicia de aquellas manada.

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