Juan Carlos Molina, un investigador de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT), guió a 'Pluto', un robot submarino no tripulado, hasta uno de los muchos pecios que esconde el Mar Menor. Su pericia con este dron teledirigido desde el barco 'Limpiamar' sirvió para conocer los restos de un buque hundido en los años 80 y parte del fondo marino de la laguna, pero sobre todo para mostrar a una quincena de militares de la Escuela Naval de Guerra de Minas de la OTAN cómo funciona este robot en condiciones reales.
Los dieciséis oficiales de países como Canadá, Holanda, Polonia, Italia, Dinamarca y Bélgica, entre otros, pudieron comprobar ayer el potencial de los sistemas de detección submarina de la UPCT, que desde el pasado mes de diciembre se usan en el Mar Menor, para grabar el estado del fondo marino.
Participaron en una jornada teórica y práctica en la que tomaron nota del funcionamiento del submarino y las posibilidades que ofrece a la hora de desempeñar «labores de localización e inspección de minas en el fondo del mar», explicó el profesor de la Politécnica, Antonio Guerrero, que lidera el grupo de Robótica Submarina de la Universidad cartagenera.
La jornada fue inaugurada por el rector de la UPCT, Alejandro Díaz, el director general del Mar Menor, Antonio Luengo, y el comandante de la Fuerza de Medidas Contraminas de la Armada Española, Rafael Arcos Palacio. Se celebró en el Club Náutico de Los Nietos, sede de este sumergible, que desde hace varios meses colabora con la Comunidad Autónoma en hacer estudios de determinadas zonas de la laguna, para analizar la evolución de la 'Caulerpa prolifera'.
Guerra Naval de Minas
Se trata de la segunda vez que estos militares visitan Cartagena en los últimos dos años, para conocer la tecnología que afina la UPCT. Esta jornada de formación está organizada por el Campus Mare Nostrum y la belgaholandesa Ecole de Guerre des Mines (Eguermin), que desde 2006 es el Centro de Excelencia de la OTAN para la Guerra Naval de Minas.
«En la práctica hemos utilizado todas las herramientas que se usan en la guerra de minas, entre ellas, un submarino cedido por la Armada, diseñado, precisamente, para esta labor», explicó Guerrero, tras el taller práctico. Los militares siguieron las maniobras desde otra embarcación, desde donde pudieron conocer de lo que es capaz el robot 'Pluto'. A través de un ordenador al que llegaban las imágenes que captaba una cámara adherida al dron, los marinos tomaron nota de cada movimiento.
El Laboratorio de Vehículos Submarinos tiene cuatro sumergibles de esas características: uno puede bajar a grandes profundidades y es manejado y alimentado por un cable umbilical de fibra óptica, por el que también transmite datos e imágenes de alta resolución en tiempo real; otro alcanza las ocho horas de autonomía; un mini, teleoperado, permite ver con gran detalle zonas de poca profundidad; y el utilizado ayer que fue cedido por la Armada Española.
Antonio Lopez
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