25 marzo 2018

El objetivo que persigue la OTAN con la actividad creciente de submarinos en el Ártico

Las maniobras marítimas internacionales Ice Exercise (ICEX) 2018 han arrancado en marzo en el Ártico. Descubre qué objetivos relacionados con Rusia persiguen EEUU y sus aliados de la OTAN mediante la celebración de estos ejercicios.
Las maniobras ICEX se celebran regularmente —cada dos años— desde el 2007. Este año, la entrada de tres submarinos nucleares del hielo en el mar de Beaufort se convirtió en el eje de las maniobras, en las que participaron los efectivos de países como EEUU, Reino Unido, Canadá y Noruega. 
Al margen de eso, los participantes desplegaron la estación ártica Skate en la región, desde donde emergieron los submarinos estadounidenses USS Hartford (SSN-768) y USS Connecticut (SSN-22) y el sumergible británico HMS Trenchant (S91). 
"La Armada de EEUU, con el apoyo de sus aliados clave de la OTAN, está celebrando ejercicios de pleno valor para preparar a los submarinos para su uso en combates que se librarán en altas latitudes de nuestro planeta", escribe el periodista Ilia Krámnik en su artículo para Izvestia
Nuevo mar y antiguos problemas
Krámnik opina que EEUU y sus aliados han puesto su punto de mira en las riquezas del Ártico, que se encuentran no solo en sus propias zonas económicas, sino también en aguas neutrales. El deshielo paulatino del Ártico contribuye a que aumente el interés que distintos países tienen con respecto a la explotación de los recursos naturales y las crecientes posibilidades de tránsito a través de sus aguas.
Hasta ahora, el Ártico sigue siendo la arena de confrontación militar entre EEUU y Rusia, dado que, precisamente a través de este océano, transcurren las rutas aéreas más cortas que unen a ambos Estados.
Moscú y Washington están incrementando su actividad militar en la región. EEUU y sus aliados actúan de una manera más activa en el Ártico desde la segunda mitad de la primera década del siglo XXI, cuando el deshielo se convirtió en una tendencia a largo plazo.
Rusia empezó a recuperar su presencia militar en la citada región en 2011 y en 2012. En 2014, el país euroasiático creó el Mando Unido Estratégico a base de la Flota del Norte, que controla sus fuerzas desplegadas en el Ártico.  
"Los principales objetivos de las bases militares rusas son garantizar la seguridad en la región en tiempos de paz y prevenir la posible amenaza proveniente del norte en caso de guerra", escribe Krámnik.
Amenazas a Rusia 
Los submarinos atómicos de la Armada de EEUU pueden atacar con misiles de crucero las principales instalaciones económicas y militares de Rusia que están en el Ártico, así como las que se encuentran en lo más profundo del país. 
No obstante, Rusia posee una cierta ventaja ante EEUU en el Ártico, dado que cuenta con una infraestructura desarrollada. De acuerdo con Krámnik, Moscú heredó parte de ella de la URSS, mientras que la otra parte la obtuvo como resultado de un intenso trabajo. De hecho, Rusia empezó a realizar estos trabajos más tarde que sus principales competidores.
"Una amplia red de bases, la flota de rompehielos más grande del mundo y la presencia de una unidad potente, como es el Mando Unido Estratégico, garantizan la posibilidad de controlar sus propias aguas árticas y contrarrestar a las fuerzas enemigas", escribe el periodista. 
Además, Krámnik destaca que es evidente que la creciente accesibilidad al Ártico —surgida a raíz del deshielo— conducirá no solo al crecimiento de la actividad económica en la región, sino que amenazará con el surgimiento de distintos incidentes. 
Occidente pierde la sensación de temor
"La probabilidad de que estos incidentes se produzcan en el futuro aumenta también si se tiene en cuenta la Guerra Fría, que se está reanudando entre Rusia y la OTAN", señala el autor del artículo.
Krámnik opina que esta es la razón por la que el país euroasiático tiene que crear no solo un sistema de prevención del posible ataque, sino que debe desplegar en el Ártico las fuerzas de seguridad permanentes, capaces de anticipar sabotaje, ataques, diversiones y atentados contra las instalaciones y la infraestructura rusa.
Al comparar la frecuencia con la que aparecen noticias sobre los ejercicios en el Ártico realizados por los países occidentales, Krámnik subraya que Rusia no es propensa a publicar muchas leyendas sobre sus maniobras árticas. 
"Eso no implica en modo alguno que el país euroasiático no implemente maniobras regulares en la citada zona con la participación de su flota, de la aviación, de sistemas de defensa aérea y del Ejército", recalca.
"La práctica de las relaciones internacionales muestra que Occidente ha perdido prácticamente por completo la capacidad de realizar una comunicación político-militar. Puede decirse que tiene atrofiada la sensación de temor de que la confrontación pase a una fase caliente", escribe el periodista.
Krámnik recalca que, a día de hoy, incluso los acontecimientos más nimios acaecidos en otro rincón del mundo son capaces de detonar el inicio de un conflicto hipotético en el Ártico.

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