05 junio 2020

FUERZAS SUBMARINAS DEL MEDITERRÁNEO.

Las fuerzas submarinas de los países de la cuenca mediterránea son cada vez más numerosas. En los últimos años países como Argelia, Italia, Israel, Grecia y Egipto han aumentado el número de unidades en servicio mediante la adquisición de submarinos de última generación.
Asimismo, a partir de 2011-2012 coincidiendo con el comienzo de la larga y cruenta guerra civil Siria y la guerra contra el Estado Islámico, el número de submarinos rusos en nuestras proximidades es cada vez mayor. Esta situación ha provocado la preocupación creciente de los países de la OTAN, lo que está impulsando, cada vez de manera más evidente, que las operaciones para controlar los movimientos de los submarinos rusos se conviertan en una de sus prioridades.
En 2016, varios medios especializados se hicieron eco de la búsqueda de la OTAN de submarinos rusos que operaban en el Mediterráneo. 
La presencia de submarinos en el “Mare Nostrum” no es algo novedoso. Durante la Guerra Fría fue uno de los escenarios en los que se libró la guerra silenciosa, la guerra en las profundidades del mar, en definitiva, la guerra submarina. El principal valedor de la guerra submarina en este periodo fue la Unión Soviética que, conocedora de su inferioridad ante las potentes fuerzas de superficie de EE.UU. y sus socios de la OTAN, apostó por el desarrollo del submarino para negar el control del mar tan necesario para los intereses de los países aliados a ambos lados del Atlántico. 
Los submarinos de la Flota del Mar Negro rusa deben cruzar el Bósforo, bajo control turco, para acceder al Mediterráneo. 
El desarrollo del submarino en este periodo fue espectacular, comenzó con el desarrollo de los primeros submarinos de propulsión nuclear (SSN) a mitad de la década de los 50, lo que cambió radicalmente la utilización del submarino y, por tanto, el concepto de guerra submarina. A continuación, se consiguió incorporar a los submarinos la capacidad de lanzamiento de misiles balísticos armados con cabezas nucleares, una capacidad tan importante y exclusiva que es en la que los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (EEUU, Rusia, Gran Bretaña, Francia y China) basan su doctrina de disuasión nuclear –conocida como destrucción mutua asegurada-. Estos submarinos, conocidos como SSBN, aportan una capacidad ofensiva única, un silo de armas nucleares en situación desconocida -en algún lugar en las profundidades del océano- listas para ser lanzadas en cuestión de minutos sobre un objetivo en cualquier parte del mundo.
Los submarinos de la clase Yankee soviéticos fueron los primeros en albergar 16 silos de misiles intercontinentales. Para entonces -1967-, Estados Unidos ya disponía de 41 SSBN en servicio. 
En 1990, coincidiendo con el final de la Guerra Fría, la actividad submarina en el Mediterráneo era intensa. En esta época no era extraña la ocasión en la que se le asignaba a uno de nuestros submarinos, al igual que a otros países aliados, la misión de localización y seguimiento de los submarinos rusos durante su tránsito por el Estrecho de Gibraltar en demanda del Mediterráneo. Además, hay que tener en cuenta que países que operaban bajo la influencia soviética (Yugoslavia, Argelia, Libia, etc.) disponían de cierta capacidad submarina y, por tanto, suponían una amenaza considerable.
En los años posteriores a la Guerra Fría, empujados por la sensación, equivocada en mi opinión, de que ya no teníamos un enemigo concreto y que ya no era necesario esa lucha desenfrenada por el control del mar y de sus profundidades, presenciamos un declive notable en todo lo referente a la guerra submarina. Las marinas occidentales apostaron por el desarrollo y/o potenciación de otras capacidades dejando de lado tanto el desarrollo y la inversión en nuevos submarinos, como en los elementos encargados de la lucha antisubmarina, principalmente fragatas y aeronaves específicas antisubmarinas. España, quizás, fue uno de los mayores exponentes de esta nueva tendencia, ya que poco a poco fuimos perdiendo capacidades: la conversión de los helicópteros antisubmarinos de la 5ª Escuadrilla en aeronaves de transporte; la baja de las fragatas de la clase Baleares –que disponían de sónares de profundidad variable y de torpedos propulsados por cohete ASROC-; la retirada de los sonares remolcados instalados en nuestras fragatas clase “Santa María”; o la falta de previsión en el reemplazo de nuestros aviones de patrulla marítima.
P-3 Orión del Grupo 22 del Ejército del Aire. Actualmente sólo hay 3 unidades operativas. 
Sin embargo, a partir de la primera década del siglo XXI, se volvió a ver la necesidad de seguir contando con este tipo de unidades. Por un lado, es evidente que los SSBN siguen siendo hoy en día un instrumento fundamental en la política de disuasión nuclear y que su efectividad continúa siendo mayor que la de cualquier bombardero estratégico o misil basado en tierra debido, principalmente, a su discreción.
Por otro lado, los submarinos nucleares de ataque (SSN) o submarinos convencionales (SSK) pasaron de desempeñar la misión fundamental de negar el control del mar, es decir, impedir el tránsito y la utilización de una zona específica por parte de las fuerzas de superficie, a convertirse en una herramienta imprescindible en el ámbito de batalla actual en los que la obtención de inteligencia, las operaciones precursoras y la capacidad de ataque a tierra les otorga un papel estratégico de teatro de primer orden.
Equipo de Operaciones Especiales en la cubierta del submarino S-74 Tramontana. 
Fuente: Armada Española.
Hay algunos ejemplos que confirman estos nuevos roles del submarino y que han tenido lugar en el Mediterráneo. La inteligencia obtenida por parte de submarinos de la OTAN -entre los que se cuentan los submarinos españoles Mistral y Tramontana- sobre los movimientos de las tropas libias durante la Operación “Unified Protector”, desarrollada en 2011 durante su Guerra Civil, fue utilizada por los aliados para llevar a cabo sus ataques así como para pasar información relevante a los rebeldes lo que, finalmente, propició la caída del régimen de Gadafi. Más recientes son las operaciones en las que se realizaron ataques con misiles de crucero Tomahawk y Kalibr sobre Siria e Irak desde submarinos estadounidenses y rusos, respectivamente, en la lucha contra el Estado Islámico o “Daesh”.
Lanzamiento de un misil Kalibr desde un submarino de la marina de la Federación Rusa en aguas del Mediterráneo, en apoyo a las operaciones de Moscú en Siria. 
Todo este proceso, que he tratado de explicar de forma muy resumida y esquemática, ha desembocado en un incremento de las fuerzas submarinas en el Mediterráneo.
Infografía de la web “Naval Analyses” sobre la situación de las fuerzas submarinas en el Mediterráneo, en 2018. La práctica totalidad de estos países tienen programas de modernización / renovación de su fuerza submarina en curso. 
Para hacerse una idea más exacta y realista de la situación actual es imprescindible realizar un pequeño análisis de las unidades, tanto en número de unidades como en capacidades de las que disponen cada uno de los países. Para ello analizaremos de forma muy simple (no es el objetivo de este artículo entrar en profundidad) tres de las cualidades/capacidades más importantes en los submarinos: sistema de propulsión, sistema de combate (sensores) y armas. También quiero señalar que no se han incluido los programas en desarrollo como pueden ser el futuro submarino S-80 Plus en España, el SSN Barracuda en Francia o la adquisición de nuevas unidades de diseño alemán por parte de Turquía.
Dentro de los sistemas de propulsión diferenciaremos entre los siguientes:
  • Diésel-eléctrico (Convencional): Sistema de propulsión convencional que obliga a realizar cargas de baterías mediante el sistema de “snorkel” (permite hacerlo en inmersión a cota periscópica) lo que disminuye su discreción (muy vulnerables a ser detectados por aeronaves) y hace que tengan una capacidad limitada de desarrollar grandes velocidades durante periodos prolongados.
  • Combinado diésel-eléctrico con sistema AIP (sistema de propulsión independiente del aire): Esto acerca a los submarinos convencionales a los nucleares ya que les permite permanecer sin necesidad de cargar baterías durante un tiempo muy prolongado (depende de cada sistema, pero todos rondan alrededor de 2 semanas a velocidades inferiores a 5 nudos), además de proporcionar velocidades elevadas por encima de los 10 nudos durante periodos de hasta 12 horas. Esto supone una revolución a la hora del empleo táctico del submarino comparado con sus predecesores convencionales.
  • Nuclear: Proporciona al submarino una capacidad casi ilimitada para permanecer sumergido (lo que marca ese tiempo es, principalmente la capacidad de almacenamiento de víveres y la fatiga de la dotación) y, por tanto, les hace muy discretos, así como les brinda la  posibilidad de desarrollar velocidades elevadas de forma permanente.
Respecto a los sistemas de combate/sensores diferenciaré entre las siguientes capacidades:
  • Tipos de sónares: En este apartado se tendrá en cuenta la disponibilidad de sonares de última generación (sónar de flanco –FAS- y sónar remolcado –TAS-) lo que aumenta de forma considerable la capacidad de detección, localización y seguimiento de blancos de superficie y submarinos.
  • Sensores integrados: Es decir, el disponer de un sistema de combate en que todos los sensores (periscopios, sónares, mástiles/antenas de guerra electrónica, sistema de armas, etc.) estén integrados.
Por último, en relación a las armas tendré en cuenta los siguientes elementos:
  • Torpedos: Diferenciaré entre los que disponen de torpedos de última generación con grandes alcances y posibilidades tácticas de los que tienen torpedos más antiguos.
  • Capacidad de lanzamiento de misiles:
    • Contra buques de superficie.
    • Contra blancos en tierra.
Llegados a este punto vamos a comenzar con el análisis -no demasiado pormenorizado- por países y clase de submarinos.
ESPAÑA
Dispondremos, a partir de junio 2020, de 2 submarinos:
  • Clase “Agosta” construidos en la década de los 80: (“Galerna” y “Tramontana”).
    • Sistema de propulsión: Convencional.
    • Sensores: Sin FAS. Con posibilidad de TAS.
    • Sistema de Combate: No.
    • Torpedos última generación: No.
    • Lanzamiento de misiles: No.
Con la baja del S-73 Mistral en junio de 2020, el Arma Submarina española se ve reducida a los submarinos S-71 Galerna y S-74 Tramontana (en la imagen), hasta la llegada del S-81. 
ITALIA
Dispone de 8 submarinos divididos en 2 clases:
  • Clase “Sauro” mejorada construidos en la década de los 90: (4 unidades).
    • Sistema de propulsión: Convencional.
    • Sensores: Ni FAS ni TAS.
    • Sistema de Combate: Sí.
    • Torpedos última generación: No.
    • Lanzamiento de misiles: No.
2 submarinos de la clase Sauro siguen aguas al submarino italiano “Todaro” en Tarento. 
  • Clase “Todaro” (Tipo 212-A) construidos a partir de 2006: (4 unidades)
    • Sistema de propulsión: AIP.
    • Sensores: FAS y TAS.
    • Sistema de Combate: Sí.
    • Torpedos última generación: No.
    • Lanzamiento de misiles: No.
Buceadores de la unidad de operaciones especiales de la Marina Militare, COMSUBIN, en una inserción desde un submarino de la clase Todaro, del tipo 212 alemán. 
FRANCIA.
Dispone de un total de 9 submarinos divididos en SSN y SSBN:
  • Submarinos SSN Clase “Rubis” construidos entre la década de los 80 y principio de los 90: (5 unidades. Una fue dada de baja recientemente)
    • Sistema de propulsión: Nuclear.
    • Sensores: FAS y TAS.
    • Sistema de combate: Sí.
    • Torpedos última generación: No.
    • Lanzamiento de misiles: Sí.
      • Contra buques de superficie.
Submarino de la clase Rubis, entrando en Toulon. Actualmente, una de las seis unidades ha sido dada de baja ante la próxima entrada en servicio del primer submarino de la clase Barracuda, el “Suffren”.
  • Submarinos SSBN Clase Clase “Le Triomphant” construidos entre finales de los 90 y la primera década del siglo XXI: (4 unidades)
    • Sistema de propulsión: Nuclear.
    • Sensores: FAS y TAS.
    • Sistema de Combate: Sí.
    • Torpedos última generación: No.
    • Lanzamiento de misiles: Sí.
      • Contra buques de superficie.
      • Contra blancos en tierra (misiles con ojivas nucleares).
Los submarinos de la clase Le Triomphant son la espina dorsal de la disuasión nuclear francesa. 
GRECIA.
Dispone de un total de 11 submarinos divididos en 2 clases:
  • Submarinos Clase “Glavkos” (Tipo 209-1100) construidos en la década de los 70 (7 unidades)
    • Sistema de propulsión: Convencional y AIP (sólo 3 últimas unidades tras proceso de modernización).
    • Sensores: FAS.
    • Sistema de combate: Sí (sólo 3 últimas unidades tras proceso de modernización).
    • Torpedos última generación: No.
    • Lanzamiento de misiles: Sí.
      • Contra buques de superficie.
Papanikolis class Type 214 Submarine Hellenic Navy
Uno de los veteranos submarinos de la clase Glavkos.
  • Submarinos Clase Clase “Papanikolis” (Tipo 214) construidos a partir de 2010: (4 unidades)
    • Sistema de propulsión: AIP.
    • Sensores: FAS.
    • Sistema de Combate: Sí.
    • Torpedos última generación: Sí.
    • Lanzamiento de misiles: Sí.
      • Contra buques de superficie.
El Papanikolis en la grada de los astilleros HDW. Esta clase de submarinos es utilizada también por Portugal, Corea del Sur y está en construcción en Turquía. 
TURQUÍA.
Dispone de un total de 12 submarinos divididos en dos clases.
  • Submarinos Clase “Atilay” (Tipo 209-1200) construidos en los 80: (4 unidades)
    • Sistema de propulsión: Convencional.
    • Sensores: Ni FAS ni TAS.
    • Sistema de combate: No.
    • Torpedos última generación: Sí (sólo disponibles en 2 unidades).
    • Lanzamiento de misiles: No.
Submarinos turcos en una revista naval. 
  • Submarinos Clase Clase “Preveze” (Tipo 209-1400) construidos a finales de los 90 y en la primera década del siglo XXI: (8 unidades)
    • Sistema de propulsión: Convencional.
    • Sensores: FAS.
    • Sistema de Combate: Sí.
    • Torpedos última generación: Sí (últimas 4 unidades).
    • Lanzamiento de misiles: Sí.
      • Contra buques de superficie.
Submarino turco 209-1400 realizando un VOD con un SH-60. 
ISRAEL.
Dispone de un total de 6 unidades repartidas en 2 clases:
  • Submarinos Clase “Dolphin I” construidos a finales de los 90: (3 unidades)
    • Sistema de propulsión: Convencional.
    • Sensores: FAS.
    • Sistema de combate: Sí.
    • Torpedos última generación: Sí.
    • Lanzamiento de misiles: Sí.
      • Contra buques de superficie.
Los submarinos clase Dolphin fueron financiados, en parte, por Alemania. Se ha especulado con la posibilidad de que incorporen el misil de crucero Popeye como vector de su disuasión nuclear. 
  • Submarinos Clase “Dolphin II” construidos a partir de 2012: (3 unidades)
    • Sistema de propulsión: AIP.
    • Sensores: FAS.
    • Sistema de Combate: Sí.
    • Torpedos última generación: Sí.
    • Lanzamiento de misiles: Sí.
      • Contra buques de superficie.
      • Contra blancos en tierra.
Submarino clase “Dolphin II”. 
FEDERACIÓN RUSA.
Sólo hemos tenido en cuenta para el estudio los submarinos basados en su base de Sebastopol en el Mar Negro. Hay que tener en cuenta, además, que cuando realizan despliegues en el Mediterráneo utilizan la base rusa en Tartús (Siria) para todas las labores de apoyo logístico necesario.
Dispone, por tanto, de un total de 6 unidades repartidas en 1 clase.
  • Submarinos Clase “Kilo 636.3” construidos entre 2014 y 2017: (6 unidades)
    • Sistema de propulsión: Convencional.
    • Sensores: Ni FAS ni TAS.
    • Sistema de combate: Sí.
    • Torpedos última generación: Sí.
    • Lanzamiento de misiles: Sí.
      • Contra buques de superficie.
      • Contra blancos en tierra.
Submarino ruso Krasnodar, de la clase Kilo. 6 unidades de este tipo forman la recientemente potenciada fuerza submarina del Mar Negro. 
Hay que señalar también que es habitual el despliegue de algún submarino ruso nuclear de ataque (SSN) en apoyo de los “grupos de combate” que desarrollan su actividad en aguas del Mediterráneo, proporcionando, de esa manera, una capacidad ofensiva mucho mayor. Como mencionamos anteriormente, la frecuencia de estos despliegues ha aumentado en los últimos años de forma considerable.
ARGELIA.
Dispone de un total de 6 submarinos repartidos en 2 clases:
  • Submarinos Clase “Kilo 877” construidos a finales de los 90: (2 unidades)
    • Sistema de propulsión: Convencional.
    • Sensores: Ni FAS ni TAS.
    • Sistema de combate: No.
    • Torpedos última generación: Sí.
    • Lanzamiento de misiles: No.
  • Submarinos Clase “Kilo 636” construidos desde 2009 hasta 2019: (4 unidades)
    • Sistema de propulsión: Convencional.
    • Sensores: Ni FAS ni TAS.
    • Sistema de Combate: Sí.
    • Torpedos última generación: Sí.
    • Lanzamiento de misiles: Sí.
      • Contra buques de superficie.
      • Contra blancos en tierra.
Submarinos argelinos de la clase Kilo en su base de Mers-El-Kebir, cerca de Orán, a apenas 150 km de la costa española.
EGIPTO.
Dispone de un total de 7 unidades repartidas en 2 clases:
  • Submarinos Clase “Romeo” construidos en la primera mitad de los 80: (4 unidades)
    • Sistema de propulsión: Convencional.
    • Sensores: Ni FAS ni TAS.
    • Sistema de combate: Sí.
    • Torpedos última generación: No.
    • Lanzamiento de misiles: No.
  • Submarinos Tipo 209-1400 Mod. construidos desde 2016 hasta la actualidad: (3 unidades)
    • Sistema de propulsión: Convencional.
    • Sensores: FAS.
    • Sistema de Combate: Sí.
    • Torpedos última generación: Desconocido.
    • Lanzamiento de misiles: Sí.
      • Contra buques de superficie.
Ceremonia de entrega de un submarino Tipo 209-1400 egipcio en los astilleros alemanes de HDW. 
Para poder realizar una comparación hemos creado la siguiente tabla dónde se recogen las capacidades de los submarinos que hemos analizado brevemente.
Como se puede comprobar fácilmente la situación actual del Arma Submarina española comparada con el resto no es buena. Sin embargo, con la entrada en servicio del S-80 Plus en los próximos años (el primero de ellos está previsto que se entregue a la Armada en el primer semestre de 2023) nuestras capacidades se equipararán y/o superaran, en algunos casos, a las de nuestros vecinos, ya que tendremos unos sensores y armas de última generación unido al sistema de propulsión AIP, aunque este tendrá que esperar a la entrada en servicio del tercer submarino de la serie. Este nuevo submarino proporcionará a España una capacidad ofensiva y de disuasión de la que nunca hemos disfrutado hasta la fecha.
También se puede observar que las capacidades del resto de países son actualmente muy similares, si bien destacaríamos por ejemplo la capacidad de ataque a tierra de los submarinos argelinos (el último lanzamiento de misiles lo realizó en septiembre del año pasado), o el número similar de unidades de Grecia y Turquía lo que evidencia su tradicional desconfianza aunque ambos son miembros de la OTAN.
Asimismo, países como Italia y Francia continúan en la vanguardia por número y capacidad de sus submarinos y por último, también señalaría como un factor importante para la situación geoestratégica en la región el rearme por parte de Rusia en los últimos años, ya que han entrado en servicio 6 submarinos para su flota en el Mar Negro desde 2014, lo que demuestra cuáles son sus intenciones en la cuenca mediterránea.
Con este estudio, además de mostrar una “instantánea” de la situación de las flotas submarinas presentes en el Mediterráneo, hemos intentado plasmar el valor estratégico del submarino como arma, ya que cómo habéis visto proporciona las herramientas necesarias para ejercer una disuasión creíble y eficaz.
Siguiendo esta línea de pensamiento me gustaría subrayar que el disponer de una fuerza submarina capaz puede hacer que una potencia menor evite, o al menos, dificulte mucho la acción de una potencia mayor. Esa, en mi opinión, es la mentalidad y el pensamiento que han realizado o están realizando las marinas de países como Egipto o Argelia por un lado, pero también Grecia y Turquía por otro, y que les ha llevado a desarrollar/potenciar su fuerza submarina con el objetivo de convertirse en actores relevantes e influyentes a nivel regional.
En línea con este argumento no tengo ninguna duda que el próximo país a orillas del Mediterráneo que contará con un arma submarina en los próximos años, me atrevería a decir en la próxima década, será Marruecos. Su rivalidad con Argelia por la hegemonía del norte de África es evidente y no puede quedarse atrás. Este hecho, unido a la situación actual  de precariedad, hace más importante, si cabe, que el proyecto español del S-80 Plus se convierta en realidad lo antes posible como así esperamos desde Fuerza Naval.
El objetivo del artículo ha sido exponer de una forma simple cual es la situación en lo referente a la presencia de submarinos en el Mediterráneo sin entrar en demasiados detalles técnicos. En caso de que muchos de vosotros mostréis interés en que profundicemos un poco más siempre cabe la posibilidad de iniciar una serie de artículos en los que podríamos tratar más en detalle las operaciones de submarinos en la actualidad. Esperamos que haya sido de vuestro interés y que haya contribuido a que surja en vosotros la curiosidad por el conocimiento sobre la guerra submarina

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