19 octubre 2018

El submarino de la muerte: una joya de la historia panameña


Siglo y medio permaneció en el área reservada a extranjeros dentro del cementerio local Manuel Amador Guerrero y sus restos los trasladarán a una antigua necrópolis de veteranos de guerra del ejército estadounidense, ubicada en el antiguo enclave colonial de la Zona del Canal, tomando en cuenta su participación en la Guerra de Secesión. 




El anonimato se mantuvo hasta 2005, cuando búsquedas en archivos de Colombia y Panamá permitieron identificar al enterramiento de Kroehl, tras morir a los 47 años debido a la malaria, según algunos registros, pero se sospecha que fue por el síndrome de descomprensión, desconocido en la época y que se podrá demostrar con sus muestras óseas. 



Su invento yace abandonado desde 1870 en una sureña playa de la isla San Telmo, la mayor del Archipiélago de las Perlas, al sureste de esta capital, donde las altas mareas del Océano Pacífico lo sumergen, mientras en la vaciante queda totalmente expuesto sobre la arena.

La exhumación de su inventor estuvo encabezada por el arqueólogo marino estadounidense James Delgado, quien el año 2000 mientras hacía turismo por el Pacífico panameño descubrió que el supuesto submarino japonés de la Segunda Guerra Mundial, era el Sub Marine Explorer de Kroehl y a partir de entonces inició la minuciosa investigación.

Para entonces solo encontraron una breve referencia en un artículo periodístico del New York Times de agosto de 1869, en el que se mencionó el trabajo del ingeniero y su muerte en Panamá en 1867, y también que la nave se sumergía hasta 31 metros y emergía en dos minutos, lo que provocó la afectación de los tripulantes.

'Un nuevo aparato submarino, destinado para la pesca de perlas en esta bahía, ha sido recientemente traído desde Nueva York y se encuentra en proceso de ensamblaje en la estación del ferrocarril', reportó el Panama Star and Herald del 8 de diciembre de 1866, según reflejó el diario La Estrella de Panamá en marzo de 2015.

'Es un bote de aproximadamente 36 pies de largo, construido de manera tal que es capaz de propulsión a una profundidad de varias brazas bajo el agua, y las personas pueden permanecer trabajando abajo por varias horas seguidas', consignó la fuente que publicó sobre la investigación del arqueólogo marino y sus primeros contactos con la nave.

Tras una década de pesquisas, Delgado determinó que se construyó durante la Guerra Civil, entre 1864 y 1866, en los astilleros neoyorquinos de Brooklyn, Estados Unidos, como encargo militar de la Unión, pero lo compró Pacific Pearl Company (Compañía de Perlas del Pacífico) al finalizar el conflicto.

Desarmaron el artefacto y lo trajeron hasta la Bahía de Panamá, primero en barco al puerto caribeño de Colón y después en el ferrocarril transístmico (aún no existía el canal interoceánico), para probarlo con éxito en 1867 en Las Perlas con sumersiones de hasta cuatro horas, según el estudio histórico.

Esto aceleró el método de extracción de ostras y perlas en la zona, pues el investigador determinó que en 11 días lograron acopiar unas 10 toneladas de la valiosa mercancía.

A la muerte del inventor, la empresa contrató a otra tripulación que igualmente enfermó y fallecieron todos sus integrantes con síntomas de fiebre, dolores de cabeza y en las articulaciones, característicos del ahora conocido síndrome de descomprensión (cuando se sumerge y emerge rápidamente de las profundidades).

Una leyenda creada por los lugareños lo bautizó como 'el barco de la muerte', mientras aún en la vecina isla La Esmeralda, piensan que 'todo el que se mete en ese submarino muere'.

La ficción popular olvidó al inventor y su ingeniosa creación, mientras de forma oral se trasmitió de una a otra generación las misteriosas muertes de sus tripulantes, y tal vez por esa razón fue el abandono durante casi 150 años, sin que se 'arriesgaran' a husmear dentro de la oxidada mole de hierro.

Sin embargo, se trataba de un avanzado transporte, pionero en incorporar cámaras de presurización, que se usan en los submarinos modernos y el primero que pudo sumergirse, mantenerse estable y emerger; 'Kroehl era un genio', sintetizó Delgado al dialogar con periodistas.

Entre las características técnicas del aparato estaban un sistema interconectado de una cámara de aire de alta presión, un compartimiento presurizado de trabajo para el equipo y tanques de lastre de agua.

Al apreciar la dimensión del hallazgo, el arqueólogo sentenció: 'lo que ocurrió en aguas panameñas fue un episodio histórico y casi no había registros de ello'.

ale/orm

Por Osvaldo Rodríguez Martínez
Panamá, 13 oct (PL) La historia recientemente revelada del Sub Marine Explorer (explorador submarino), el primero funcional de la historia, volvió a ser noticia aquí esta semana con la exhumación de su creador, el ingeniero alemán-estadounidense Julius Kroehl.

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