El día 16 de junio de 1962 llegaba al puerto de Barcelona una escuadrilla de submarinos de la Armada Española compuesta por los Almirante García de los Reyes (S-31), D-1 y G-7, provenían de la Base Naval de Cartagena e iban al mando del capitán de navío Gonzalo Díaz García. Procedieron a amarrar en el Muelle de Bosch i Alsina, lugar en el que permanecerían unos días para el descanso de sus dotaciones antes de proseguir con su crucero de instrucción.
Esta escuadrilla representaba el actual estado de la Flotilla de Submarinos con una extraña combinación de diseños y tecnologías. Por un lado el D-1, cabeza de serie de la que sería una de las peores clases de submarinos de la Armada debido a su retraso en la construcción, su deficiente diseño y por ende peligrosos para sus dotaciones.
El otro componente de la escuadrilla era el robusto y siempre eficiente G-7 (S-01), otrora un auténtico U-Boot el U-573 del Tipo VIIC que perteneció a la flota de la Kriegsmarine y participó en la Segunda Guerra Mundial, fue transferido a la Armada en 1947 después de quedar internado en Cartagena por avería. Aunque era un excelente submarino, acabada la guerra y sin posibilidad de obtener recambios era necesaria su sustitución lo antes posible.
Por último, el Almirante García de los Reyes la más moderna incorporación hasta la fecha, originalmente fue un submarino norteamericano de la clase Balao llamado USS Kraken, su llegada a España fue un revulsivo para una Armada necesitada de modernos submarinos, con él se inició la modernización del Arma Submarina de la Armada. Lejos de ser un submarino de nueva construcción su adquisición fue suficiente para dar los primeros pasos a la guerra submarina moderna, no obstante el retraso de la entrega de los otros cuatro submarinos del tipo GUPPY obligó a la flota a conformarse con las unidades existentes y el submarino Almirante García de los Reyes fue el único submarino cien por cien operativo de toda la Flotilla durante muchos años.
El USS Kraken
Fue construido en los astilleros norteamericanos de Manitowoc Shipbuilding Co. en la localidad de Manitowoc en el estado de Wisconsin, siendo botado el 30 de abril de 1944 y entregado a la US Navy el 9 de septiembre del mismo año.
Pertenecía a la exitosa y numerosa serie de submarinos norteamericanos de la clase Balao de los que se construyeron 120 sumergibles entre 1942 a 1946. Estos submarinos eran una mejora de la anterior serie de la clase Gato siendo la diferencia más notable el grosor de su casco, hecho que los hacía capaces de descender a mayores profundidades. Otro elemento modificado fue el volumen de su vela con respecto a los Gato, se redujo su tamaño así como todo aquel elemento que pudiera interferir en el sigilo de la nave bajo el agua.
Como la mayoría de buques existentes en esa época en la US Navy el USS Kraken combatió en la Segunda Guerra Mundial en el escenario del Pacífico. Entre diciembre de 1944 a agosto de 1945 participó en cuatro patrullas de guerra bajo el mando del capitán Thomas Henley Henry. El 19 de junio de 1945 bombardeó el puerto de Merak con su cañón de 130 mm. y al día siguiente con su artillería hundiría al velero Tachibana Maru Nº 58 en el Estrecho de la Sonda en las Indias Orientales Neerlandesas. Tres días más tarde interceptaría un convoy de ocho barcos, con sus torpedos hundiría a un petrolero y con sus cañones echaría a pique un buque costero y dañaría a un escolta antisubmarino.
El treinta y único
El 10 de noviembre de 1959 el USS Kraken sería transferido a la Armada Española en la Base de Submarinos de Pearl Harbor y renombrado a Almirante García de los Reyes con numeral E-1, siendo este submarino el primero y único (por el momento), nombrado en honor al almirante Mateo García de los Reyes por ser el padre del Arma Submarina de la Armada Española y también su primer jefe de 1917 a 1928.
Con la entrega de esta nueva unidad finalizaba una batalla burocrática con el gobierno de los Estados Unidos por conseguir nuevos equipos militares desde la firma de los Pactos de Madrid de 1953. Dicha batalla fue firmemente disputada ya que el gobierno norteamericano se resistía a la transferencia de buques modernos, incluidos submarinos y tan sólo se limitaba a la modernización de los buques españoles ya existentes, por lo que hubo que buscar una solución a medias. El submarino a transferir sería un antiguo combatiente de la Segunda Guerra Mundial en el escenario del Pacífico, el USS Kraken (SS-370) de la clase Balao, que desde el 4 de mayo de 1946 engrosaba las listas de la flota de reserva del Pacífico. Este submarino como no había navegado durante muchos años permanecía prácticamente intacto con los mismos equipos con los que finalizó la guerra, tras muchas negociaciones se logró destinar parte del presupuesto de la ayuda militar norteamericana a España a este submarino logrando pues poder modernizarlo e intentar igualarlo al estándar de los modelos denominados GUPPY (Greater Underwater Propulsion, la Y tan sólo es decorativa y sirve para embellecer las siglas del programa para formar el nombre del pez Guppy).
Esta modernización se denominaría fleet snorkel y se basaría principalmente en un rejuvenecimiento general. Se le instalarían nuevos equipos electrónicos de radar, sonar, ESM y comunicaciones; interiormente también sería modificado para alojar los sistemas de los nuevos equipos y sus máquinas verían eliminado el principal causante del ruido de estos submarinos, unos engranajes reductores, dejando tan sólo los motores acoplados a los ejes; exteriormente también hubo cambios, lejos de disponer de una vela moderna como los GUPPY se les instaló una a dos niveles con formas hidrodinámicas en la que se le incluiría un esnórquel y a popa de la vela en cubierta equipaba un cañón de 127 mm.
A su entrada al servicio el nuevo submarino desplazaba 1.826 toneladas en superficie y 2.414 en inmersión, sus dimensiones eran de 95 metros de eslora por 8,3 metros de manga y 5,1 metros de calado.
Era propulsado por 4 motores diésel General Motors de 1.600 hp. y otros 4 motores eléctricos General Electric de 1.375 hp. a dos ejes. Con una autonomía de 11.800 millas náuticas a 10 nudos en superficie y de 95 millas náuticas a 5 nudos en inmersión, pudiendo alcanzar los 18 nudos en superficie y los 10 nudos en inmersión. Cota máxima de profundidad operativa alrededor de 120 metros.
Su armamento constaba de 6 tubos lanzatorpedos de 533 mm. a proa y otros 4 a popa para torpedos Mk.14 con 14 torpedos de reserva, posteriormente serían equipados con torpedos guiados Mk.37. En cubierta a popa de la vela iba instalado un cañón de 127/25 mm., al poco de llegar a España la artillería sería desmontada y sus espacios aprovechados para otros menesteres.
Su electrónica embarcada la componían un radar de descubierta de superficie SS-2 más un sonar activo-pasivo AN/BQS-2, hidrófono, teléfono submarino, alertadores de radar.
En resumen, con este submarino se superaban con creces las capacidades de los existentes en la flotilla, incluso cuando en los años sesenta fueron modernizados los submarinos D-2 y D-3 y tan solo pudo ser superado con la adquisición de cuatro submarinos del tipo GUPPY IIA.
Su apodo se lo ganó a pulso, por un lado era el único componente de la llamada Serie 30 que debían conformar los submarinos de procedencia norteamericana, los: Almirante García de los Reyes (S-31), Isaac Peral (S-32), Narciso Monturiol (S-33) de 1971, Cosme García (S-34) y Narciso Monturiol (S-35) de 1974; el segundo submarino de la serie no se incorporaría hasta doce años más tarde, el Isaac Peral. Por otro lado, durante esos años fue el único submarino moderno plenamente operativo con el que contaba la Armada, el primero en poseer equipos electrónicos modernos, el primero en embarcar un esnórquel y el primero en ser armado con torpedos guiados.
Una frenética actividad
Desde su base en el Arsenal de Cartagena pronto se prestó a participar en todas las maniobras y ejercicios tanto nacionales como con otras marinas de guerra, como las SPANEX-3, FINISTERRE IV, FARAON III y IV y OCEAN VENTURE por citar algunos.
Su actividad tan solo se vio interrumpida en tres ocasiones. Dos de ellas por las operaciones de gran carena y cambio de baterías, y la tercera inmovilización se efectuó con la intención de darlo de baja. No obstante dicha baja aun se retrasaría unos años debido a la avería sufrida por el GUPPY Narciso Monturiol (S-33) que obligó a retirarlo del servicio, como el Almirante García de los Reyes aun podía navegar recibió una actualización en sus equipos electrónicos y se le adaptó el sonar AN/BQR-2 del Monturiol a proa de la vela, dándole un aspecto algo diferente.
Su baja definitiva llegó el 1 de abril de 1982, para entonces el submarino Almirante García de los Reyes tenía desde el día de su botadura 38 años de edad y tan sólo en la Armada había navegado más de 130.000 millas y contabilizado más de 10.000 horas en inmersión, su destino final sería el desguace.
La Flotilla de Submarinos dispone en la actualidad de tan sólo tres submarinos operativos, el Galerna (S-71), el Mistral (S-73) y el Tramontana (S-74), y hace pocos días la Armada anunciaba que el próximo mes de junio dará de baja al Mistral. Para un profano en la materia parece que la Flotilla de Submarinos vive otra vez su peor momento, pero nada más lejos de la realidad, ya que en los próximos años está prevista la entrega del primer submarino de la Serie S-80. Con sus nombres se homenajearán de nuevo a los pioneros españoles del submarinismo y el cuarto sumergible de la serie volverá a llevar el nombre del padre de la Flotilla de Submarinos, Mateo García de los Reyes.
Más información:
Más información e imágenes en la página web de Pedro Curto dedicada a la Serie S-30 vía Wayback Machine (el enlace puede caducar)
Libro «Buques de la Armada Española, la ayuda americana y el programa de modernización» de Juan Luis Coello Lillo
Artículo en la Wikipedia sobre los submarinos de la clase Balao (inglés)
No hay comentarios:
Publicar un comentario