Un batiscafo o batíscafo (Bathos=
profundo y Scaphe=embarcación) es un
pequeño vehículo de inmersión profunda
(o DSV de su acrónimo en inglés,
Deep Submergence Vehicle) especialmente diseñado para llegar a grandes
profundidades bajo el océano, soportando la enorme presión del agua. Son
pequeños vehículos submarinos tripulados con propulsión autónoma que permiten
alcanzar grandes profundidades en el mar con fines militares o científicos. Estos
vehículos subacuáticos normalmente están equipados con cámaras y tecnología que
les permite registrar, medir e incluso rescatar objetos del fondo marino como
restos de barcos y submarinos naufragados.
Se compone de
una cabina similar a la de la Batisfera, pero a diferencia de esta no está
sujeta por un cable al barco de superficie, sino que la cabina del batiscafo se
encuentra suspendida bajo un depósito lleno de algún líquido que sea más ligero
que el agua, como la gasolina. La propulsión la proporcionan unos motores
alimentados por una batería eléctrica.
La historia de los
batiscafos se desarrolla entre 1940-50 a raíz de los intentos de exploración
abisal desarrolladas por August Piccard. Este desarrolló el batiscafo a partir
de un artilugio completamente opuesto: el FNRS-1 (Fonds National de la Reserche Scientifique) que consistía en una
esfera preparada para soportar el vacío exterior y dar aire a sus tripulantes
al ascender mediante un globo hacia la atmósfera. Con el FNRS-1 se llegó a una
altura de 16.900 metros de altitud.
August Piccard en su FNRS-1 |
EL FNRS-1 a punto de levantar el vuelo |
Nacho Padró
excelente
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