Casi un año después de la ceremonia oficial de traspaso, Navantia y la Armada tienen previsto firmar a finales de noviembre el acta de entrega definitiva del primer submarino de la Clase 80, el 'Isaac Peral' (S-81), que prosigue en su base de Cartagena las operaciones de puesta a punto antes de que pueda entrar en servicio y realizar su primera misión real.
El prototipo de la serie de cuatro submarinos diseñados y construidos en el astillero de Cartagena concluyó hace quince días otro ciclo de pruebas de mar posterior a la varada programada de verano. Ahora vuelve a estar en manos de los ingenieros de Navantia hasta mediados de mes. Con la firma del acta de entrega definitiva comenzará el periodo de garantía. Y la Armada pondrá en marcha nuevas y definitivas fases de puesta a punto: las de Armamento, Alistamiento General y Alistamiento Particular.
Se trata de pasos habituales en cualquier proceso de entrada en servicio de un barco. El objetivo es alistar, adiestrar, evaluar y certificar operativamente la nave. Es decir: garantizar que está preparada para cumplir eficazmente las misiones para las que fue concebida y, además, comprobar que su sostenimiento ha quedado adecuadamente implantado, según un portavoz de la Armada. El desarrollo de las pruebas en los próximos meses se irá ajustando en el calendario en función de diversos factores como, por ejemplo, la disponibilidad de unidades colaboradoras.
Durante este último periodo de pruebas de mar, que han incluido navegaciones de varios días, los ingenieros y técnicos de Navantia embarcados en esas salidas han trabajado principalmente en ajustes de equipos y sistemas tanto en la mar como en puerto. Según la Armada, dicha tarea ha salido adelante con «la indispensable» participación de otras unidades navales. Por otro lado, estas navegaciones de más larga duración han permitido a los miembros de la dotación avanzar en su adiestramiento y conocimiento del submarino para sacarle mayor rendimiento.
Dos exámenes pendientes
El 'Isaac Peral' tiene ahora por delante el pertrechado final y la evaluación operativa, que es el examen de las capacidades de la plataforma respecto a los requisitos establecidos por la Armada para entrar en servicio. Se trata de un hito indispensable para afrontar después el proceso de calificación operativa, en el que ponen a prueba de nuevo la plataforma así como el nivel de adiestramiento de la dotación. La última fase, antes de su primera misión, será el crucero de resistencia, un viaje de unos dos meses por varios puertos nacionales e internacionales en el que será sometido por primera vez a las exigencias de una larga navegación en distintos mares y océanos. El comandante del S-81, el capitán de corbeta Manuel Corral Iranzo, diseñó una propuesta de crucero. Pero la Armada definirá las fechas y puertos que tocará según la evolución de los alistamientos. La previsión es que el buque entre en servicio en el verano de 2025.
Por otro lado, la entrega de la Bandera de Combate, ofrecida por el Ayuntamiento de Cartagena y prevista para finales de este mes de noviembre, se aplaza por la DANA que asoló Valencia y Letur. La Armada ha desplazado desde Cartagena diferentes contigentes de ayuda a la población valenciana y de rescate de cadáveres. El acto tendrá lugar bien avanzado 2025.
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