Nada de sumergibles que puedan hacerle sombra. El
Submarino de Isaac Peral será el único que llene de contenido el futuro
pabellón de grandes piezas del Museo Naval, si como todo apunta, el
informe definitivo del Ministerio de Defensa considera factible su
traslado y restauración.
El proyecto sigue siendo poner a cubierto la nave,
remediar sus desperfectos y convertirla en la joya de la corona de la
exposición permanente, junto a la dársena de botes en el antiguo Cuartel
de Instrucción de Marinería.
Pero lo que ahora se ha decidido es desechar la
colocación de dos sumergibles más para escoltar al original de Peral. Se
había pensado en desplazar hasta allí los que actualmente están en la
explanada de la Base de Submarinos y en colocar también dos o quizás
tres proyectiles o torpedos en la misma nave. Sin embargo, tras obtener
el visto bueno y la financiación para acondicionar el interior del
taller de calderería (el edificio de grandes arcos que linda con el
recinto del Arsenal) la idea ha cambiado.
Según las fuentes consultadas, en círculos de la Armada
consideran superfluo el traslado de los otros dos submarinos. Además, el
diseño museográfico se ha modificado porque se considera que una pieza
como el Submarino de Peral tiene entidad suficiente para llenar de
contenido el pabellón.
La restauración del taller de calderería costará unos
600.000 euros, pagados por el instituto ISEN, que recibirá a cambio el
antiguo edificio del Museo Naval en la calle Menéndez y Pelayo para
ampliar sus ciclos formativos.
La Verdad de Murcia
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