El programa de submarinos S-80 que desarrollan Navantia y la Armada ha alcanzado un nuevo logro. El astillero ha finalizado recientemente el cierre del casco resistente del submarino S-82 Narciso Monturiol, el segundo de los cuatro adquiridos por el Ministerio de Defensa para la Armada.
Este avance, fundamental en la construcción de cualquier sumergible, tuvo lugar durante un acto de trabajo interno en junio, según confirmaron fuentes de la empresa a Infodefensa.com. Ahora, el submarino tiene todas sus secciones principales unidas y se considera una nave completa.
El cierre del casco resistente marca una nueva etapa en los trabajos, que ahora se centran en la puesta a flote, aunque aún queda camino por recorrer. Desde este momento, Navantia seguirá un proceso formal y reglado basado en el cumplimiento de hitos de seguridad. El primero de ellos es el denominado hito de puesta en tensión, donde el submarino comienza a recibir corriente en sus cuadros principales.
Luego, se alcanzará el hito de embarque de baterías, lo que permitirá al submarino ser autónomo en la generación de energía, y el proceso culminará con el hito de puesta a flote, cuando el submarino se trasladará al muelle de armamento para iniciar las pruebas de puerto. Hasta ahora, no hay una fecha oficial para la puesta a flote de esta segunda unidad.
A principios de 2022, el astillero instaló la vela del Narciso Monturiol en la sección correspondiente del casco, un hito que dio paso al ensamblaje de las cinco secciones del submarino (popa, centro popa A, centro popa B, centro proa y sección de proa). La integración de las diferentes secciones se produjo a lo largo del año 2022.
Se trata, como el S-81, ya en poder de la Armada, de un submarino convencional oceánico de nueva generación, con diseño y construcción completamente español. Destaca por su propulsión anaeróbica AIP denominado BEST (Bio-Ethanol Stealth Technology), de tercera generación, que consta de un reformador de bioetanol para producir hidrógeno, que a su vez reacciona con oxígeno en una pila de combustible generando electricidad. Este sistema permite extender su autonomía en inmersión hasta tres semanas, lo que reduce sustancialmente su nivel de detectabilidad.
Es un submarino altamente automatizado que gracias al sistema de control de plataforma de última generación desarrollado por Navantia Sistemas permite ser operado por una tripulación reducida (32 marinos y 8 plazas para el embarque de personal adicional), capaz de alcanzar una velocidad en inmersión superior a los 19 nudos, y una cota máxima de inmersión mayor de 300 m. Tiene aproximadamente 80 m de eslora, 7 m de diámetro y cuenta con un desplazamiento en inmersión de unas 3.000 toneladas.
Asimismo incorpora un sistema de combate desarrollado por Navantia Sistemas en colaboración con la empresa estadounidense Lockheed Martin, con capacidad, única (para OTAN y UE) entre submarinos convencionales de características similares, de lanzar misiles tácticos de ataque a tierra.
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