El primer submarino peruano fue el Toro Submarino. Fue el primer submarino completamente operacional de Sudamérica. Fue diseñado por el ingeniero Federico Blume Othon para ser usado contra la escuadra española en la guerra Hispano-Sudamericana, pero ésta terminó antes de que pudiera construirlo.
Después de que Chile le declarara la guerra a Perú y Bolivia, el 5 de abril de 1879, Blume decidió usar sus planos para construir el submarino con sus propios recursos, sabiendo de la inferioridad de la flota peruana ante la poderosa armada chilena.
El 14 de octubre de 1879, tras la derrota peruana en el combate de Angamos (8 de octubre), Blume hizo la primera prueba con el submarino con ayuda de su hijo y 8 de sus trabajadores de ferrocarriles. Fue un éxito. Lo siguiente que hizo fue convencer al presidente Nicolás de Piérola de que el submarino podía ayudar a derrotar a la armada chilena que había comenzado un bloqueo al Callao el 10 de abril de 1880.
El submarino fue trasladado al Callao en el más absoluto secreto gracias al tranporte Limeña. Su primera prueba oficial fue en julio de 1880. Piérola quedó convencido y autorizó el uso del submarino en la guerra. Pero había un inconveniente: Blume había diseñado al Toro para que usara minas hidrostáticas, pero el ministro de guerra Manuel de Mendiburu decidió que se lo equipara con torpedos por lo que le hicieron algunas modificaciones, lo que retrasó su uso.
Cuando finalmente estaba listo, se decidió que sus objetivos eran los blindados chilenos Cochrane y Blanco Encalada que se encontraban anclados en la isla San Lorenzo. Sin embargo, unos espías avisaron a las fuerzas chilenas: "Los peruanos preparan un ataque con un arma secreta muy poderosa" (Sí, sé que suena como de película). Esto provocó que las naves chilenas se trasladaran al sur y que la misión del Toro se aborte.
Blume intentó hacer un submarino más grande y veloz para perseguir a las naves pero no pudo hacerlo por la falta de apoyo. El 15 de enero de 1881, el ejército chileno venció a las tropas peruanas en la batalla de Miraflores: estaban cerca de Lima. La noche del 16 y 17 de enero, para evitar que sean capturados por los chilenos, los barcos de la flota peruana, entre ellos el Toro, la corbeta Unión y el monitor Atahualpa, fueron hundidos.
Meses después, los chilenos encontraron el submarino y lo reflotaron. Fue llevado a Chile como trofeo de guerra. Actualmente se desconoce cuál fue su destino ya que se le ha perdido el rastro.
Después de que Chile le declarara la guerra a Perú y Bolivia, el 5 de abril de 1879, Blume decidió usar sus planos para construir el submarino con sus propios recursos, sabiendo de la inferioridad de la flota peruana ante la poderosa armada chilena.
El 14 de octubre de 1879, tras la derrota peruana en el combate de Angamos (8 de octubre), Blume hizo la primera prueba con el submarino con ayuda de su hijo y 8 de sus trabajadores de ferrocarriles. Fue un éxito. Lo siguiente que hizo fue convencer al presidente Nicolás de Piérola de que el submarino podía ayudar a derrotar a la armada chilena que había comenzado un bloqueo al Callao el 10 de abril de 1880.
El submarino fue trasladado al Callao en el más absoluto secreto gracias al tranporte Limeña. Su primera prueba oficial fue en julio de 1880. Piérola quedó convencido y autorizó el uso del submarino en la guerra. Pero había un inconveniente: Blume había diseñado al Toro para que usara minas hidrostáticas, pero el ministro de guerra Manuel de Mendiburu decidió que se lo equipara con torpedos por lo que le hicieron algunas modificaciones, lo que retrasó su uso.
Cuando finalmente estaba listo, se decidió que sus objetivos eran los blindados chilenos Cochrane y Blanco Encalada que se encontraban anclados en la isla San Lorenzo. Sin embargo, unos espías avisaron a las fuerzas chilenas: "Los peruanos preparan un ataque con un arma secreta muy poderosa" (Sí, sé que suena como de película). Esto provocó que las naves chilenas se trasladaran al sur y que la misión del Toro se aborte.
Blume intentó hacer un submarino más grande y veloz para perseguir a las naves pero no pudo hacerlo por la falta de apoyo. El 15 de enero de 1881, el ejército chileno venció a las tropas peruanas en la batalla de Miraflores: estaban cerca de Lima. La noche del 16 y 17 de enero, para evitar que sean capturados por los chilenos, los barcos de la flota peruana, entre ellos el Toro, la corbeta Unión y el monitor Atahualpa, fueron hundidos.
Meses después, los chilenos encontraron el submarino y lo reflotaron. Fue llevado a Chile como trofeo de guerra. Actualmente se desconoce cuál fue su destino ya que se le ha perdido el rastro.
SI PIEROLA HUBIECE DEJADO QUE USARAN EL SUBMARINO OTRA FUERA LA HISTORIA DEL HUASCAR
ResponderEliminarno lo hizo, porque el mismo era prochileno talvez el mismo fue el espia que alerto al enemigo, su traicion nos llevo al fracaso y encima le erigen monumentos y honores que no lo merece, la verdadera historia nacional se abrira paso finalmente...
EliminarPuede ser, puede ser
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