17 junio 2024

El nuevo submarino ruso ha horrorizado a Occidente

 El submarino nuclear ruso Arkhangelsk suscita serias preocupaciones en la Alianza del Atlántico Norte, escribe la publicación británica Express. Los expertos han expresado su preocupación de que los países occidentales no detecten este avanzado submarino con misiles de crucero, lo que lo hace especialmente peligroso para las bases militares de la OTAN, los convoyes navales y la infraestructura crítica en tierra.

Según Express, Arkhangelsk reforzará significativamente la Armada rusa gracias a su equipamiento con misiles nucleares invulnerables capaces de alcanzar velocidades de hasta 10 kilómetros por hora. Esto lo convierte en uno de los activos submarinos más formidables de Rusia, capaz de realizar ataques de precisión a largas distancias.

En marzo, el Ministerio de Defensa ruso anunció la incorporación de cuatro nuevos submarinos a la Armada: dos de propulsión nuclear, el Knyaz Pozharsky (proyecto Borey-A) y el Arkhangelsk (proyecto Yasen-M), así como el último submarino diésel Varshavyanka para el Pacífico. Flota "Yakutsk" y la segunda serie "Lada". Estas innovaciones tienen como objetivo fortalecer el potencial de defensa de Rusia y garantizar la superioridad estratégica en el mar.

Arkhangelsk, como parte del proyecto Yasen-M, es uno de los submarinos más avanzados del mundo. Su invisibilidad y velocidad la convierten en una seria amenaza para oponentes potenciales. Además, los ingenieros rusos continúan desarrollando nuevas armas avanzadas, lo que indica el deseo de Rusia de actualizar y modernizar constantemente su armada.
Подробнее на: https://avia-es.com/news/novaya-rossiyskaya-podvodnaya-lodka-privela-zapad-v-uzhas


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Submarino clase Yasen de Rusia: Amenaza para Marina de EE. UU.

 

El submarino clase Yasen, conocido también como Proyecto 885, es un submarino de misiles de crucero nuclear desarrollado por Rusia.

Descripción técnica y capacidades del submarino clase Yasen

Diseñado por la Malakhit Marine Engineering Bureau y construido por Sevmash, estos submarinos están destinados a reemplazar a los submarinos clase Akula y Oscar en la flota de la Marina Rusa.

Con un desplazamiento de 8,600 toneladas en superficie y 13,800 toneladas sumergido, el submarino mide 120 metros de largo y tiene una manga de 15 metros. Está impulsado por un único reactor de agua presurizada tipo KPM, que le proporciona una velocidad máxima de 20 nudos en superficie y 28 nudos sumergido. La clase Yasen tiene una profundidad máxima de inmersión de 600 metros y una tripulación de 90 personas.

El Proyecto 885 está equipado con una variedad de sistemas de armas avanzados. Entre ellos se encuentran 24 tubos de lanzamiento vertical para misiles de crucero como el P-800 Oniks, con un alcance de 300 kilómetros. También dispone de ocho tubos lanzatorpedos de 650 mm para torpedos y misiles antibuque. Además, el submarino está equipado con el Granat, el equivalente ruso del misil de crucero Tomahawk de la Marina de EE. UU., con un alcance de hasta 3,000 kilómetros y capacidad para portar una ojiva nuclear.

Comparativa con submarinos clase Akula y Oscar

Rusia envía dos de sus mejores submarinos al Mar del Norte
Submarino Clase Akula. Crédito de la imagen: Imagen generada por ordenador, captura de pantalla.

A pesar de su sofisticación, la clase Yasen presenta desventajas en comparación con los submarinos clase Akula y Oscar que pretende reemplazar. En primer lugar, es más costoso, lo que implica que Rusia no podrá producir tantas unidades como de los modelos anteriores, especialmente de la clase Akula.

El tamaño y la complejidad del Proyecto 885 lo hacen más difícil de operar y mantener en comparación con los submarinos más antiguos, que son más pequeños y menos avanzados. Además, siendo un sistema relativamente nuevo, es probable que surjan problemas imprevistos durante su servicio en la Marina Rusa.

Estos submarinos continúan la tradición rusa de construir submarinos poderosos y amenazantes para desafiar la dominancia de las marinas occidentales. Sin embargo, su complejidad y alto costo podrían acarrear complicaciones no deseadas.

Implicaciones estratégicas para la OTAN y la Marina de EE. UU.

China puede atacar el “corazón de EE. UU.” con un misil JL-3
Submarino ruso clase Yasen.

La clase Yasen supone una amenaza significativa para la Marina de EE. UU. y las marinas de la OTAN debido a sus capacidades avanzadas y poder de fuego. La capacidad del submarino para lanzar una amplia gama de misiles de crucero y torpedos lo convierte en un oponente formidable en misiones antibuque y de ataque terrestre.

La avanzada tecnología sonar y de sigilo de la clase Yasen hace que sea difícil de detectar y rastrear, dándole una ventaja significativa en la guerra submarina. Rusia, conocida como el bazar de armas del mundo, podría eventualmente exportar este sistema a sus aliados, aumentando el riesgo para las fuerzas navales de EE. UU. y la OTAN.

Aunque la producción a gran escala podría ser un desafío para Moscú debido a problemas de capacidad industrial exacerbados por la guerra en Ucrania, la amenaza persiste. La clase Yasen, aunque tiene limitaciones, representa un avance real en la tecnología naval rusa y podría resultar útil en condiciones favorables para Rusia, como en los estrechos del Mar Báltico.

Exportación potencial y consecuencias geopolíticas

Con la economía global cada vez más dividida por diferencias políticas, Rusia podría considerar la exportación de la clase Yasen por razones económicas y estratégicas. Actualmente, no hay planes para hacerlo, pero la posibilidad de que estos submarinos sofisticados se vendan a otros países que podrían desafiar a los estadounidenses en el mar es real.

Rusia, junto con ChinaIrán y otras naciones del Sur Global, se ve a sí misma liderando una revuelta global contra el imperialismo percibido de Estados Unidos. La venta de estos submarinos podría fortalecer esta alianza y aumentar la capacidad de sus socios para desafiar la hegemonía estadounidense.

La participación de Rusia en un movimiento global contra Estados Unidos, junto con la presión económica interna debido a las sanciones occidentales, podría acelerar la decisión de exportar la clase Yasen. A pesar de sus limitaciones, la amenaza que representan estos submarinos para las fuerzas navales de EE. UU. y la OTAN es significativa y creciente.

Cuando un submarino alemán hundió al buque mercante argentino Río Tercero

 Uno de los tres torpedos que le dispararon fue certero, letal. Atravesó el casco. En apenas once minutos, el Río Tercero, un buque de la marina mercante argentina, se fue a pique luego del ataque del submarino alemán U-202. Eran las 12.34 horas del 22 de junio de 1942, la Segunda Guerra Mundial estaba en su punto más álgido y el navío estaba a 120 millas náuticas de Nueva York. Regresaba a Buenos Aires luego de dejar una carga de cereales y recoger otros productos. Fue el último de los tres barcos argentinos torpedeados por los nazis durante el conflicto.

   El Río Tercero era un buque a vapor construido y botado en 1912 por la naviera británica Palmers Shipbuilding & Iron Co. Ltd., en Hebburn, un barrio de Newcastle sobre el río Tyne, al norte de Inglaterra. Podía transportar 4864 toneladas. La primera propietaria del barco fue la compañía African Steamship, que lo bautizó Eboe. Cuatro años más tarde lo compró una empresa italiana y lo rebautizó como Fortunastella. 

buque rio tercero

   Cuando comenzó la Segunda Guerra Mundial estaba en la ciudad bonaerense de Necochea, donde permaneció retenido. En 1941, el gobierno argentino -en ese momento a cargo de Ramón Castillo- lo adquirió para incorporarlo a la recientemente creada Flota Mercante del Estado. Como consecuencia de la guerra, los buques de las potencias navieras -fuesen estos alemanes o británicos- estaban expuestos al ataque enemigo. Ya no llegaban a comerciar en el puerto de Buenos Aires como en años anteriores, por lo que era menester enviar la producción agropecuaria por otros medios. Los navíos escogidos eran en su mayor parte de origen italiano, retenidos, como el Río Tercero, en los puertos argentinos.

   La neutralidad argentina, que terminó recién el 26 de enero de 1944 cuando el gobierno de facto de Edelmiro Farre le declaró la guerra al Eje (a Japón y Alemania, más precisamente), fue siempre motivo de polémicas. Pero aunque desde Londres y Berlín se reclamaba que Buenos Aires adoptara una posición más afín a cada uno de los bloques en pugna, también es cierto que la logística de la guerra -en ambos bandos- incluía a los productos argentinos en un lugar destacado. Y al ser neutrales, la posibilidad de llegar a salvo con la carga de cereales y carne para alimentar a las tropas aumentaba considerablemente. Pero a veces, como vemos, podía fallar.

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El submarino U-202 de la armada nazi. Fue uno de los

El submarino U-202 de la armada nazi. Fue uno de los "lobos grises" que asolaron el océano Atlántico durante la Segunda Guerra Mundial. Hundió a 9 buques y averió a 4. En 1943 fue hundido cerca de Groenlandia

   Para poder navegar con relativa tranquilidad, existía un acuerdo internacional. Los buques mercantes de nuestra nacionalidad debían tener indicados en su casco el país y la denominación por lo menos cinco veces y en un lugar bien visible. Igual que los de Suecia, por ejemplo. Por su parte, los capitanes de los submarinos poseían un libro con las siluetas de los buques mercantes registrados y las señas de cada uno.

   El mecanismo aceptado por las convenciones de las partes involucradas en la guerra era el siguiente: si un submarino interceptaba a un barco de una nación neutral, debía detenerlo y revisar que no llevara carga bélica. Si no había nada inconveniente a bordo, debía dejar que continuara su navegación. Pero con el correr del conflicto, esto se hizo más complicado.

   El U-202 había zarpado del puerto de Brest, en Francia, el 27 de mayo de 1942. Su misión principal era llevar a territorio norteamericano a cuatro espías alemanes para tareas de sabotaje a instalaciones militares y vías férreas. Los dejó cerca de Long Island, adonde desembarcaron en un bote inflable. La operación, luego, fracasó estrepitosamente y los cuatro fueron apresados.

   El sumergible continuó viaje no sin algunos contratiempos: quedó atrapado en un banco de arena y para su fortuna, la marea lo liberó. Fue entonces cuando se encontró con el Río Santiago. Luego del incidente, el capitán del sumergible nazi, el capitán teniente Hans-Heinz Linder, adujo que el buque argentino no poseía las señales que lo identificaban como un barco de un país neutral, y que sólo lo reconoció luego del ataque.

   En su bitácora escribió: “No hay tráfico cerca de la costa. Actividad aérea media, sin patrulla marítima. Vapor argentino Rio Tercero ex Fortunstella (4.864 BRT) hundido, sin bandera ni marcas de neutralidad. Servicio de transporte Nueva York a Buenos Aires”... “El vapor navegaba con rumbo 135°, no lo hacía en zigzag.

   La identidad del buque fue descubierta después del hundimiento, por declaración del capitán argentino.” Linder mintió: en su libro “Two centuries of shipwrecks in the approaches to New York” (“Dos siglos de naufragios en las proximidades de Nueva York”), el investigador Bradley Sheard señaló que el Río Tercero, que era capitaneado por Luis Pedro Scalese, llevaba pintadas en su casco 13 banderas argentinas y su nombre se podía leer nueve veces. Están, además, las fotos para comprobarlo.

El capitán nazi del U-202, Hans Heinz Linder. Murió en 1944 durante un ataque aéreo de los soviéticos cuando estaba en Letonia

El capitán del U-202, Hans Heinz Linder. Murió en 1944 durante un ataque aéreo de los soviéticos cuando estaba en Letonia

   De las 44 personas a bordo, cinco tripulantes murieron en el fondo del mar junto al Río Tercero: el marinero Justino José Aguilar, el fogonero Angel Elfi y los carboneros Clemente Alvarez, Roberto Emilio Giménez y Luis Santiago Protto. Los restantes -entre ellos el único pasajero, el médico Francisco Arumbarri- fueron rescatados por guardiamarinas norteamericanos, según refiere el sitio de divulgación histórica marítima Histarmar, que recopiló el relato del telegrafista del buque, Roque Volpe.

   De acuerdo a su testimonio, fueron atacados por el U-Boot sin previo aviso. Y sólo lo vieron luego de ser torpedeados, cuando ya estaban en los botes salvavidas: “Yo pedí el S.O.S, me atendieron enseguida los norteamericanos. A la hora y media ya nos sobrevolaba el avión bombardero que nos habían mandado. Quedaron 39 náufragos repartidos en dos botes, rescatados por la noche y llevados primero a Estados Unidos. Pero antes de que esto ocurriera, estuvieron a un paso de que los submarinistas los despacharon a tiros. El submarino que los había atacado emergió poco después junto a los botes de los náufragos. Tenía escrito en la torreta: U-Boot, un número y la inscripción ‘Innsbruck’...

   “Al capitán Scalese se le ocurrió decirles a los alemanes que no habíamos pedido auxilio y que no teníamos con nosotros ningún libro de navegación. Entonces lo metieron en el submarino. Finalmente, Scalese terminó por darles el libro y el submarino se alejó, pero al poco rato volvió junto a los botes. Los alemanes nos apuntaron desde la torreta con dos ametralladoras”...

   “Todos pensamos que los submarinistas creyeron que no habíamos alcanzado a pedir auxilio y habían decidido matarnos para eliminar cualquier indicio del ataque a un barco de un país neutral. En aquel dramático momento, un bombardero norteamericano arrojó cuatro bombas que levantaron grandes columnas de agua cerca del submarino. Este rápidamente desapareció bajo el agua”.

   El hecho provocó una enorme indignación en Buenos Aires, pero el gobierno decidió no romper relaciones con Alemania. El 26 de junio, la Embajada argentina en Berlín presentó una carta de protesta. Cuatro días más tarde, el Tercer Reich respondió la nota y se dispuso a pagar los daños. Como excusa le endilgaron el error al capitán. Al regresar al país, la tripulación del Río Tercero debió responder por un falso rumor que se hizo correr. Decían que la causa del ataque del U-202 era que el capitán Scalese había roto la neutralidad y le había informado a los norteamericanos la posición de otro submarino alemán. Esto, luego, fue atribuido a una operación de la Cancillería para no afectar los intereses alemanes en la Argentina.

 

El buque mercante Uruguay navegaba con rumbo a Limerick, en Irlanda. El 27 de mayo de 1940 se encontraba a 160 millas al oeste del Cabo Villano, cerca de Galicia, cuando fue atacado por el sumergible U-37. El torpedo no lo alcanzó, pero fue abordado por los nazis y hundido con cargas explosivas. 15 miembros de la tripulación se extraviaron en un bote salvavidas y jamás fueron hallados

 

El buque mercante Uruguay navegaba con rumbo a Limerick, en Irlanda. El 27 de mayo de 1940 se encontraba a 160 millas al oeste del Cabo Villano, cerca de Galicia, cuando fue atacado por el sumergible U-37. El torpedo no lo alcanzó, pero fue abordado por los nazis y hundido con cargas explosivas. 15 miembros de la tripulación se extraviaron en un bote salvavidas y jamás fueron hallados

   El sumergible alemán continuó su campaña. Hundió un total de 9 buques y averió a otros 4. Pero su final fue el fondo del mar. A las 3 de la madrugada del 2 de junio de 1943, en el Atlántico Norte, cerca del Cabo Farewell al sur de Groenlandia, fue alcanzado por cargas de profundidad lanzadas por la corbeta británica Starling. El saldo fue de 18 muertos y 30 sobrevivientes. El capitán Linder, por su parte, sobrevivió un año a su antiguo sumergible. Murió el 10 de septiembre de 1944 durante un ataque aéreo de los soviéticos en Libau, Letonia.

   No era fácil la navegación con el océano infestado de submarinos alemanes. Y eso se debió a un error de la política británica. Luego de su derrota en la Primera Guerra Mundial, el Tratado de Versalles permitió a los germanos poseer una modesta armada de guerra, que no pudiera rivalizar con la Royal Navy, dueña de los mares. Pero les prohibió construir submarinos: entre 1914 y 1918, con esa fuerza, los alemanes habían hundido a 5.554 buques, según enumeró el historiador Helmut Kraft. El yerro sucedió en 1935. Con Hitler encumbrado en el poder alemán, Londres le dejó construir el 35% de los submarinos que poseían los británicos. Cuando en 1939 los nazis invadieron Polonia, el Tratado de Versalles se deshizo, y los alemanes comenzaron a fabricar submarinos a contrarreloj bajo la tutela del almirante Karl Dönitz, comandante supremo de la Kriegsmarine, la armada nazi. Y aunque el número de unidades de ese arma era significativamente superior del lado británico (135 a 57), los sumergibles alemanes eran todos modernos. Cuando finalizó la segunda guerra mundial, los U-Boots nazis habían hundido 148 navíos de guerra aliados y averiado otros 45. Y habían enviado a pique a 2.779 buques mercantes. Entre ellos, a tres argentinos.

El buque tanque Victoria, atacado el 17 de abril de 1942 en el océano Atlántico Norte por el submarino alemán U-2QI. No fue hundido, pero la tripulación lo abandonó. Reparado en los Estados Unidos, continuó navegando bajo esa bandera

El buque tanque Victoria, atacado el 17 de abril de 1942 en el océano Atlántico Norte por el submarino alemán U-2QI. No fue hundido, pero la tripulación lo abandonó. Reparado en los Estados Unidos, continuó navegando bajo esa bandera

   El primero en sucumbir a un ataque de los “lobos grises”, como se llamaba a la fuerza de sumergibles nazis, fue el buque de la marina mercante Uruguay, que llevaba 6500 toneladas de maíz, trigo y lino hacia el puerto de Amberes, en Bélgica. En pleno trayecto sucedió la invasión nazi a ese país, entonces recibió la orden de cambiar el rumbo y dirigirse a Limerick, Irlanda. Cuando a las 21.12 horas del 27 de mayo de 1940 se encontraba a 160 millas al oeste del Cabo Villano, cerca de Galicia, un torpedo fue disparado contra él por parte del sumergible U-37, pero no acertó.

   El capitán Víctor Oehrn, divisó que era un buque neutral. No obstante, el submarino emergió y lanzó una bomba contra el buque para que se detenga. Como a bordo no hallaron la documentación que certificara su destino, decidieron hundir el barco. Le dieron 20 minutos a la tripulación para abandonarlo y luego colocaron cuatro cargas explosivas. A las 21.48 horas, el Uruguay se fue a pique. En dos botes salvavidas, la tripulación quedó en alta mar. El capitán Antonio García, junto a 12 marinos, fue rescatado por un pesquero español, el Ramoncín, que los llevó hacia La Coruña. El otro bote, que ocupaban 15 tripulantes, jamás fue hallado.

   El segundo fue el buque tanque de ultramar Victoria, que pertenecía a la compañía naviera Mihanovich. El 16 de diciembre de 1941 partió de Nueva York con una carga de crudo. Al llegar al puerto de Buenos Aires lo descargó y marchó a Rosario, donde cargó aceite de lino y partió nuevamente a los Estados Unidos. El 17 de abril de 1942, a 300 millas del Cabo Hatteras, a la altura de Carolina del Norte, el submarino alemán U-2QI le disparó dos torpedos. El buque, averiado, fue abandonado en botes salvavidas por la tripulación, que no sufrió bajas. A flote, el barco fue remolcado por la Guardia Costera de los Estados Unidos. Allí lo repararon y volvió a navegar bajo bandera norteamericana con el nombre de Culpepper. La última vez que lo vieron fue en 1963, en Panamá, totalmente abandonado.

   Fuente: Hugo Martín / Infobae.

¿Cuál es la profundidad maxima de crucero de un submarino convencional?

 

Un submarino es una nave que puede viajar debajo del agua ajustando su flotabilidad. La flotabilidad es la fuerza que permite a algo flotar o hundirse en el agua.

Un submarino posee una estructura especial llamada casco, que se divide en dos partes: el casco ligero y el casco de presión. El casco ligero constituye la capa exterior que le da forma al submarino y le permite moverse con fluidez en el agua.

El casco de presión constituye la capa interna que protege a la tripulación y al equipo de las altas presiones externas.

La presión del agua es la fuerza ejercida por el agua en cualquier objeto que se sumerja en ella. Entre mayor sea la profundidad, mayor será la presión.

Por cada 10 metros (33 pies) de profundidad, la presión se incrementa en una atmósfera (1 bar, 14,7 psi, 101 kPa). Esto quiere decir que a 300 metros (1.000 pies), la presión es ¡30 veces mayor que en la superficie! Esto significa un montón de presión.

Esta presión puede deformar o incluso colapsar el casco si excede la profundidad de aplastamiento del submarino.

La profundidad de aplastamiento de un submarino es la profundidad a la cual el material del casco no puede resistir la presión del agua y comienza a combarse hacia adentro.

Esto puede ocasionar una implosión catastrófica, que es un colapso repentino del casco hacia adentro y que libera una gran cantidad de energía y ruido.

La profundidad de aplastamiento de un submarino depende del tipo y grosor del material del que esté fabricado el casco, así como de la forma y tamaño del submarino.

Por ejemplo, un submarino militar típico hecho de acero puede sumergirse a unos 800 metros (2.600 pies) antes de alcanzar la profundidad de aplastamiento. Un submarino de investigación fabricado de titanio puede llegar a los 6.500 metros (21.300 pies) antes de que alcance su profundidad de aplastamiento.

El sumergible Titan

El Titan era un sumergible especial diseñado por OceanGate, una compañía privada que ofrecía expediciones turísticas para observar el pecio del Titanic.

El Titanic se encuentra a casi 4.000 metros (13.000 pies) bajo el nivel del mar, por lo que el Titan debía ser capaz de aguantar muchísima presión.

El Titan estaba fabricado de un compuesto de fibra de carbono, que es más ligero y fuerte que el acero o el titanio. Tenía un casco cilíndrico presurizado (corregido) con capacidad de cinco personas: un piloto y cuatro pasajeros.

También contaba con una fuente de oxígeno de emergencia que podía durar hasta 96 horas en caso de anomalía.

El Titan supuestamente tenía una profundidad de aplastamiento (o de implosión) de 6.000 metros (19.700 pies), que significa debía ser capaz de bajar sin problemas hasta el Titanic y volver.

Sin embargo, algo terrible ocurrió el 18 de junio de 2023, cuando el Titan desapareció durante su descenso.

La marina estadounidense detectó una anomalía compatible con una implosión o una explosión, de acuerdo con datos acústicos tomados de la misma área donde el Titan desapareció.

Tras una operación de búsqueda que duró una semana se encontraron fragmentos del Titan en el fondo marino, lo que confirmó que las cinco personas a bordo habían fallecido.

Todavía se desconocen la causa y localización exacta de la implosión, pero los expertos dicen que probablemente se debió a un fallo estructural o una fisura en el casco que permitió al agua entrar en una avalancha y comprimir el aire interior.

La implosión habría ocurrido de una forma tan increíblemente rápida e indolora para los ocupantes, que probablemente ni siquiera se dieron cuenta de lo que estaba pasando.

Rusia y EEUU juegan una partida de ajedrez con submarinos en aguas cubanas

 Submarino y buque ruso en la Habana (5)

La armada rusa cerca de la Catedral Ortodoxa Nuestra Señora de Kazán, similar a visitas anteriores. (Foto © Periódico Cubano)

La tensión entre Washington y Moscú debido a la guerra en Ucrania se trasladó a Cuba esta semana, como en los peores tiempos de la Guerra Fría. Cuál si fuera una partida de ajedrez, ambos países desplegaron submarinos nucleares en las aguas circundantes de la Isla.

Los dos submarinos en Cuba

El Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba anunció a principios de mes que el 12 de junio, una flota de la Armada Rusa, que incluye un submarino de propulsión nuclear y una fragata, visitaría la capital para una visita oficial de cinco días. Junto a ellos, llegaron el remolcador de rescate Nikolai Chiker y el petrolero Pashin.

Ese día en la mañana, el submarino Kazan de 130 metros de eslora realizaba una épica entrada por la bahía de La Habana en alarde de poder y autoridad. Periódico Cubano capturó imágenes exclusivas de la armada rusa cerca de la Catedral Ortodoxa Nuestra Señora de Kazán, similar a visitas anteriores.

El Ministerio de Defensa cubano aseguró con ironía que los barcos no portaban armas nucleares y que no representaban “una amenaza para la región”, en referencia a Estados Unidos y los momentos particularmente tensos entre Washington y Moscú, semanas después de que el presidente Joe Biden permitiera a Ucrania atacar directamente el territorio de Rusia con las armas proporcionadas.

Un día después de la llegada de las fuerzas navales rusas a La Habana, el USS Helena, un submarino nuclear de ataque rápido, emergió en la bahía de Guantánamo. El Comando Sur de EEUU explicó en un comunicado en X que esta visita es “parte de una visita rutinaria a puerto” mientras transita por el área de responsabilidad del Comando Sur, llevando a cabo su misión de seguridad marítima global y defensa nacional.

Submarino y buque ruso en la Habana (9)

El Comando Sur de EEUU explicó en un comunicado en X que esta visita es “parte de una visita rutinaria a puerto”. (Foto © Periódico Cubano)

Regresan los rusos a Cuba

Los estrechos vínculos con los rusos se remontan a febrero de 1960 cuando el líder de la extinta Unión Soviética, Nikita Jrushchov envió a Anastás Mikoyán a Cuba, tras el fracaso del viaje de Fidel Castro a Washington, en el que el presidente Dwight D. Eisenhower rehusó reunirse con él.

Rápidamente Cuba se convirtió en un aliado político clave de la Unión Soviética en la Guerra Fría, albergando misiles nucleares durante la crisis de los misiles cubanos de 1962; y de forma paralela en un dependiente económico de los créditos y mercados del bloque socialista.

La llegada de estos buques rusos en medio de la guerra en Ucrania, ocurre en un panorama en el que Cuba depende cada vez más del petróleo y la ayuda de los rusos en medio de su peor crisis económica en décadas es invaluable.

El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, fue cuestionado sobre la posibilidad de una base militar rusa en Cuba, a lo cual respondió que los ejercicios militares son una práctica normal y no hay motivo de preocupación.

EEUU y Cuba: tensiones y descontentos

Funcionarios del Departamento de Estado han enfatizado que la actividad rusa es rutinaria y no representa una amenaza para EEUU, destacando que Cuba ha recibido buques rusos anualmente entre 2013 y 2020. El Pentágono afirmó que la presencia de la flotilla rusa, a 145 kilómetros de Florida, no supone una amenaza para la seguridad de EEUU, con destructores y aviones de caza submarinos P-8 monitoreando los movimientos rusos.

Por otro lado, Cuba si mostró descontento con la presencia del submarino USS Helena en Guantánamo. El viceministro de Relaciones Exteriores, Carlos Fernández de Cossío Domínguez, declaró que aunque EEUU informó de su presencia con antelación, no aprueban su tránsito por aguas cubanas y recurrió al discurso de que la ocupación militar de Guantánamo por parte de EEUU es ilegítima, un tema de larga controversia.

Submarino y buque ruso en la Habana (8)

Cientos de cubanos y turistas formaron filas desde la tarde del jueves para visitar la fragata Gorshkov. (Foto © Periódico Cubano)

Y los cubanos de turistas

 

El público pudo visitar la fragata Almirante Gorshkov, uno de los buques más modernos de la flota del dictador Vladímir Putin.

Cientos de cubanos y turistas formaron filas desde la tarde del jueves para visitar la fragata Gorshkov. Imágenes de Periódico Cubano mostraron a personas de todas las edades esperando su turno para abordar la embarcación.

En las fotografías también se aprecia el submarino nuclear Kazan, emergido en el puerto de la capital cubana, junto al petrolero Pashin y el remolcador Nikolai Chiker.

Pruebas de mar del submarino S-81 Isaac Peral

10 junio 2024

El uso de drones en la detección de vida submarina

 En los últimos años, la tecnología de los drones ha revolucionado numerosos campos, y la detección de vida submarina no ha sido la excepción. Gracias a la capacidad de estos dispositivos para sumergirse en el agua y obtener imágenes detalladas del fondo marino, los científicos han podido estudiar de manera más eficiente y precisa la biodiversidad y los ecosistemas marinos. En este artículo, exploraremos cómo los drones han cambiado la forma en que se realiza la investigación submarina y cómo su uso está contribuyendo a la conservación de los océanos.

¿Cómo funciona un dron submarino?Los: nudibranquios

Un dron submarino es un dispositivo autónomo que se sumerge en el agua para realizar diversas tareas, como la exploración marina, la inspección de estructuras submarinas o la vigilancia de áreas acuáticas. Estos dispositivos están equipados con sensores y cámaras que les permiten recopilar datos y enviarlos a un centro de control en tiempo real.

El funcionamiento de un dron submarino es similar al de un dron aéreo, pero adaptado al medio acuático. Están diseñados para resistir la presión del agua y moverse de forma ágil y precisa bajo el mar. Utilizan propulsores para desplazarse en todas las direcciones y pueden sumergirse a profundidades considerablemente grandes.

Para controlar un dron submarino, se utiliza un mando a distancia o un sistema de navegación autónomo. Los operadores pueden programar rutas de navegación, establecer puntos de interés y realizar diferentes tareas, como la recopilación de muestras o la inspección de estructuras submarinas.

Vehículos submarinos

Los drones submarinos, también conocidos como ROVs (Remote Operated Vehicles), son vehículos no tripulados que pueden sumergirse a grandes profundidades y transmitir imágenes en tiempo real a la superficie. Estos dispositivos están equipados con cámaras de alta resolución, luces LED y sensores que permiten a los investigadores explorar el fondo marino de manera detallada y precisa. Gracias a su maniobrabilidad y capacidad para llegar a lugares de difícil acceso, los drones submarinos son una herramienta invaluable para la detección de vida submarina.

Uno de los principales usos de los drones en la detección de vida submarina es la identificación de especies marinas. Las cámaras de alta resolución de estos dispositivos permiten a los científicos capturar imágenes nítidas de peces, corales, crustáceos y otras formas de vida marina, facilitando su identificación y estudio. Además, los drones pueden recorrer grandes distancias en poco tiempo, lo que les permite mapear extensas áreas marinas y detectar la presencia de especies en peligro de extinción o en estado crítico.

Análisis de los ecosistemas marinos

Otro aspecto importante del uso de estos dispositivos en la detección de vida submarina es su capacidad para monitorear el estado de los ecosistemas marinos. Gracias a su capacidad para obtener imágenes en tiempo real, los drones pueden detectar cambios en la biodiversidad, la calidad del agua y la salud de los arrecifes de coral. Esta información es fundamental para la conservación de los océanos, ya que permite a los científicos identificar áreas en peligro y tomar medidas para protegerlas.Dron

También para la conservación marina

Además de su utilidad en la investigación científica, los drones submarinos también son una herramienta de gran valor para la conservación marina. Al proporcionar información detallada sobre la biodiversidad y el estado de los ecosistemas marinos, permiten a los gobiernos y organizaciones ambientales tomar decisiones informadas sobre la gestión de áreas protegidas y la implementación de medidas de conservación. Además, los drones pueden utilizarse para monitorear actividades humanas como la pesca ilegal o la contaminación, ayudando a preservar la vida marina y los ecosistemas marinos.

Diferentes beneficios a conseguir

Una de las principales ventajas de esta tecnología en la detección de vida submarina es su capacidad para acceder a áreas de difícil acceso para los buzos. Esto es especialmente útil en la exploración de arrecifes de coral, cuevas submarinas y otras formaciones geológicas que requieren de un equipo especializado para su estudio. Los drones pueden desplazarse con facilidad por estos entornos y proporcionar información detallada sobre la biodiversidad y el estado de conservación de los ecosistemas marinos.

Además, los drones submarinos son una herramienta muy efectiva en la monitorización de especies en peligro de extinción, como el tiburón blanco o la tortuga marina. Gracias a su capacidad para realizar seguimientos a largo plazo, los investigadores pueden recopilar datos sobre la distribución y el comportamiento de estas especies, lo que contribuye a su conservación y protección.

Otra aplicación importante es la identificación y seguimiento de derrames de petróleo y otros contaminantes en el mar. Estos dispositivos pueden detectar la presencia de sustancias tóxicas en el agua y mapear su dispersión, lo que facilita la respuesta rápida de las autoridades ambientales y minimiza el impacto de estos accidentes en los ecosistemas marinos.

Como conclusión

Estas innovadoras tecnologías nos permiten adentrarnos en un mundo desconocido y revelar los secretos que se esconden en las profundidades del mar. Gracias a su versatilidad y precisión, los drones submarinos se han convertido en aliados indispensables en la protección de la biodiversidad marina y la preservación de nuestros océanos para las generaciones futuras.

Sin duda, el futuro de la investigación submarina está en las manos de los drones.