China parece estar abriendo nuevos horizontes con el desarrollo de submarinos impulsados por láseres. Este avance, reportado por el South China Morning Post, surge de investigaciones realizadas en la Universidad de Ingeniería de Harbin. La idea de esta propulsión innovadora surgió hace dos décadas en Japón, pero es ahora cuando se está materializando.
Esta tecnología utiliza un láser de dos megavatios, transmitido a través de fibras ópticas microscópicas que envuelven el submarino. Este mecanismo genera plasma en el agua, provocando una onda de detonación que impulsa la nave hacia adelante con una fuerza impresionante, hasta 70 000 newtons.
Pero eso no es todo: esta propulsión láser también produce un fenómeno de "supercavitación", vaporizando el agua alrededor del submarino para crear burbujas de aire. Esta capa de aire reduce drásticamente la fricción, ofreciendo teóricamente al submarino la posibilidad de superar la velocidad del sonido.
Sin embargo, a pesar de estos avances notables, la tecnología aún no está lista para equipar submarinos nucleares. Los investigadores deben superar varios desafíos, incluyendo la disipación del calor de las fibras ópticas y su resistencia en el ambiente marino, así como su integración con los revestimientos acústicos.
El equipo de Ge Yang de la universidad de Harbin ha logrado avances significativos mejorando la eficiencia de conversión de los láseres en propulsión. También han obtenido inspiración de la industria aeroespacial para optimizar el sistema, reduciendo las pérdidas de energía y minimizando las fricciones internas.
El potencial aplicativo de esta tecnología se extiende más allá de los submarinos, abriendo posibilidades para armas submarinas, misiles y torpedos, aumentando su alcance submarino gracias a la supercavitación.
No obstante, permanecen desafíos, incluyendo la gestión del calor y la durabilidad de las fibras ópticas, así como su integración en estructuras ya existentes. Además, el efecto de las burbujas de cavitación sobre la discreción de los submarinos sigue siendo una cuestión pendiente, posiblemente comprometiendo su furtividad.
A pesar de estos retos, esta tecnología no solo promete revolucionar la propulsión naval, sino que también tiene aplicaciones civiles.
El equipo de Ge Yang de la universidad de Harbin ha logrado avances significativos mejorando la eficiencia de conversión de los láseres en propulsión. También han obtenido inspiración de la industria aeroespacial para optimizar el sistema, reduciendo las pérdidas de energía y minimizando las fricciones internas.
El potencial aplicativo de esta tecnología se extiende más allá de los submarinos, abriendo posibilidades para armas submarinas, misiles y torpedos, aumentando su alcance submarino gracias a la supercavitación.
No obstante, permanecen desafíos, incluyendo la gestión del calor y la durabilidad de las fibras ópticas, así como su integración en estructuras ya existentes. Además, el efecto de las burbujas de cavitación sobre la discreción de los submarinos sigue siendo una cuestión pendiente, posiblemente comprometiendo su furtividad.
A pesar de estos retos, esta tecnología no solo promete revolucionar la propulsión naval, sino que también tiene aplicaciones civiles.
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