¿Quién no ha querido ser, en algún momento, como el capitán Nemo, y explorar las profundidades del océano en su submarino personal? Durante mucho tiempo fue una idea relegada a la obra de Julio Verne y sus derivados, o a la exploración científica que solo está al alcance de multimillonarios como el cineasta James Cameron. Y aún así, se trata de vehículos muy funcionales, y poco amigables: el foco está en la exploración y la posibilidad de llegar a las mayores profundidades.
Pero una firma propone algo más modesto, pero por eso más asequible: un submarino biplaza de paseo. Así, salir a dar una vuelta en submarino se transforma en algo posible: este vehículo, el Nemo 2, se puede tirar al agua desde un yate, un muelle o una playa (con un trailer que permite llevarlo hasta el agua). Tiene lugar para dos personas, y un diseño cancherísimo tipo burbuja que apuesta por lo turístico: está pensado para ver los peces en el Caribe, antes que para luchar con un kraken o explorar mundos submarinos.
De hecho, solo se puede sumergir hasta 100 metros bajo el nivel del mar, algo bastante limitado para un submarino convencional, pero perfectamente razonable para un vehículo con el que podamos salir a dar una vuelta.
El submarino Nemo está hecho con una burbuja de acrílico transparente, puede bajar a 100 metros, tiene una velocidad submarina de 3 nudos, y sus motores eléctricos tiene una autonomía de 8 horas, suficiente para dar una vuelta de todo el día dentro del vehículo, que tiene una cabina para dos personas, pero nada más.
La compañía detrás del Nemo 2 es U-Boat Worx, que presentó un primer modelo en abril de 2020, en pleno inicio de la pandemia. En ese entonces, la primera versión de este submarino biplaza tenía un precio cercano al millón de dólares; este nuevo modelo es más asequible, aunque sigue sin ser para cualquiera: tiene un precio de 600.000 dólares. Igual, parece tener demanda: la compañía calcula que para 2030 habrá vendido más de mil. La producción comenzará en 2023 en el astillero de la compañía en Curazao.
El diseño del Nemo 2 hace recordar al sumergible que usó Vladimir Putin en 2019 y que nos dejó algunas de sus imágenes más icónicas, aunque en ese caso se trataba de un vehículo de uso militar, y con capacidad para tres personas.
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