El Gobierno ha dado luz verde este martes para que la Escuela de Buceo de la Armadapueda disponer de una nueva embarcación de apoyo a buceadores (EAB) de cara a los próximos años. De esta manera, la institución con sede en Cartagena (Murcia) podrá dar de baja al veterano A-20 Neptuno, una embarcación que ha tenido hasta tres nombres distintos y numerosas funciones -incluso por fuera de la fuerza naval- a lo largo de sumedio siglo de vida.
Esta embarcación fue botada por el astillero asturiano Duro Felguera allá por 1974, en Gijón, bajo el nombre de Amapola. En aquel momento, el propósito del buque era remolcar y aprovisionar plataformas petrolíferas al servicio de empresas civiles del sector. No obstante, hacia finales de los 80, la Armada precisaba un buque potente y amplio capaz de transportar todos los equipos necesarios para realizaran inmersiones de hasta 100 metros de profundidad, por lo que puso el ojo en el Amapola. De esta manera, tras 14 años en el sector privado, en 1988 el navío fue incorporado a la fuerza naval y rebautizado A-102 Mar Rojo.
Sin embargo, por diversas cuestiones presupuestarias no fue hasta mediados de la década siguiente que el buque pudo someterse a un exhaustivo proceso que lo convertiría en una plataforma capaz de llevar a cabo todo tipo de trabajos subacuáticos: desactivación de explosivos, apoyo a actividades de buceo y hasta tareas de rescate y salvamento. La embarcación, renombrada A-20 Neptuno tras esta transformación, desde entonces también se ha desempeñado como buque nodriza de submarinos.
Tantas son las funciones de las que se ha ocupado el Neptuno dentro de la Armada que el Ministerio de Defensa planea sustituirlo mediante la adquisición de dos nuevos navíos: la mencionada EAB y el futuro BAM-IS, una embarcación de mayor tamaño. Para la construcción del primero, el Gobierno ha aprobado este martes desembolsar la suma de 23 millones de euros y se prevé que la licitación se lleve a cabo en breve.
De acuerdo a los planes de la Armada, la nueva embarcación de apoyo a buceadores heredará el atraque del Neptuno en la Estación Naval de La Algameca y se utilizará para un amplio rango de operaciones subacuáticas. Así, además de servir como plataforma de adiestramiento de los buzos españoles, la EAB cubrirá el hueco operativo entre una lancha semirrígida RHIB y un buque de 5.000 toneladas, como será el BAM-IS. El futuro buque, a la espera de conocer en detalle sus características, estará dotado de un sistema de buceo a gran profundidad con campana húmeda y un dron submarino (ROV), entre otras tecnologías.
Del panteón romano al griego
Actualmente, el astillero público Navantia está inmerso en el desarrollo del futuro Buque de Acción Marítima para Intervención Subacuática (BAM-IS) de España, que será el reemplazo directo del Neptuno y al que la Armada ha optado por denominar Poseidón. De esta manera, la fuerza naval dejará de confiar el bienestar de sus submarinistas al credo romano para depositar su fe en la mitología griega, dado que el Poseidón será la unidad que entre en acción en caso de que alguno de los futuros submarinos de la familia S-80sufra un accidente.
El BAM-IS, en cuya construcción el Gobierno ha invertido 166,5 millones de euros, contará con cámaras hiperbáricas fija y modular, un vehículo sumergible operado remotamente, sistemas de posicionamiento hidroacústico, ecosondas, sónar remolcado y sistemas de fabricación, almacenamiento y recarga de gases de buceo. Asimismo, la embarcación tendrá en la popa una amplia cubierta de trabajo donde se montará una grúa con capacidad de hasta 50 toneladas, mientras que en proa dispondrá de una cubierta para el aterrizaje y despegue de helicópteros.
La embarcación presentará una eslora de 84,6 metros y podrá desplazar unas 5.000 toneladas a una velocidad máxima de 15 nudos, gracias a un innovador sistema de propulsión eléctrica. Su tripulació
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